Se trata de una obra del pintor antequerano Andrés Gutiérrez que representa a la Virgen del Rosario de Santo Domingo.
La institución Museo Conventual de las Descalzas de Antequera ha visto aumentada su ya extensa colección permanente con la incorporación de una importante obra pictórica donada por una familia de la ciudad de Málaga. Se trata de un óleo sobre lienzo, cuyas medidas son 126 x 88 centímetros, que representa a la Virgen del Rosario de la iglesia antequerana de Santo Domingo y que fue pintado a finales del siglo XVII por el artista local Andrés Gutiérrez.
La temática iconográfica de la pintura corresponde al concepto de “verdadero retrato”, que los grabadores y pintores del barroco español practicaron como forma de reproducir imágenes sagradas muy concretas que recibían culto y veneración en determinadas iglesias o santuarios. Su intención era difundir la devoción hacia estas imágenes en los ámbitos domésticos o de representación, mediante su reproducción más o menos fiel. De hecho los grabados calcográficos de esta temática se generalizaban incluso en los hogares más humildes, mientras que las pinturas al óleo -de tamaños muy variados- eran encargadas por las familias con mayores medios económicos. Este último es el caso del lienzo que ahora se incorpora a la colección permanente del Museo Conventual.
La Virgen del Rosario se reproduce, situada en una hornacina rematada en venera, mostrando su naturaleza escultórica (Juan Vázquez de Vega, 1587) y recubierta con manto textil de color rojo y encajes de plata. A derecha e izquierda de la imagen se adivinan sendas columnas salomónicas y unos cortinajes o velos que servían en aquella época para ocultar y ‘desvelar’ el icono sagrado en determinados momentos. Como elementos argentíferos quedan representados la media luna con perfil humano, las coronas y los cetros de la Virgen y el Niño y un rosario de considerables dimensiones que portan ambas figuras. A la izquierda, revoleteando la cabeza de la Virgen, vemos una tórtola o paloma que, según la tradición, acompañó a la imagen durante la procesión organizada el 28 de junio de 1679 por el convento dominico tras finalizar la epidemia de peste de aquel año.
El lienzo es obra del pintor antequerano Andrés Gutiérrez, que se especializó, entre otros temas, en los “verdaderos retratos” de las imágenes marianas de mayor devoción en la ciudad, repitiendo en varias ocasiones a la Virgen de los Remedios, del Socorro y del Rosario en el ámbito espacial de sus camarines.