Jornada Nacional de Apostolado Seglar con el acento puesto en la santidad

Un año más se ha celebrado la Jornada Nacional de Apostolado Seglar en Madrid los días 27 y 28 de Octubre, organizada por la CEAS de la Conferencia Episcopal Española con el lema: “La llamada a la santidad en el contexto actual”; y con la participación de 42 Delegaciones diocesanas y 35 Asociaciones o Movimientos de Apostolado Seglar.

Los Objetivos de las Jornadas eran:

Reflexionar sobre la vocación a la santidad a la luz de la exhortación apostólica Gaudete et exsultate.
Evidenciar diversos caminos de la santidad para pensar en la respuesta que estamos dando cada uno en nuestra vida.
Preparar entre todos el Congreso Nacional de Apostolado Seglar para que ayude a impulsar el laicado, en su compromiso en la Iglesia y en el mundo.
Crecer en comunión entre las Delegaciones, Movimientos y Asociaciones.
Después de los actos de apertura conducidos por D. Javier Salinas, Presidente de la CEAS y Luis Manuel Romero, Director de la misma, se dirigió a la Asamblea Don José María Gil Tamayo, secretario general de la CEE para hacer hincapié en la importancia de la preparación del futuro Congreso Nacional de Apostolado Seglar en una Iglesia española centrada más en el culto y la caridad que en el compromiso y la presencia pública. Congreso que no pretende ser un evento más que saque a la luz neologismos o palabras bonitas, sino que suscite evangelizadores de espíritu en una sociedad que sólo escucha a maestros si son antes testigos.

Continuó la Jornada con la Ponencia: “Gaudete et exsultate. La santidad de los discípulos misioneros” a cargo del padre jesuita D. Gabino Uríbarri Bilbao, Doctor en Teología Universidad Pontificia Comillas; en la que analizaba las claves de la propuesta de santidad a los discípulos misioneros del Papa Francisco:

1. Una santidad desde la alegría, motor fundamental que nos lanza a comprar el terreno donde está el tesoro escondido. No podemos transmitir una Buena Noticia con una cara triste, ni ardor apostólico sin alegría.

2. Una santidad apostólica, misionera, en salida; en una vida cristiana entendida como misión. Cada cristiano es una misión.

3. Una santidad en la vida cotidiana, una vida cotidiana en el bus, el trabajo, la familia, con los enfermos; rebosante de amor de Dios y su presencia.

4. Una santidad para gente imperfecta, para el santo pueblo de Dios, con nuestras imperfecciones, para ir caminando a una santidad cada vez mayor. Situarse en una dinámica de crecimiento, ir a más sin pararnos. No somos perfectos, pero lo podemos vivir.

5. Una santidad en combate contracultural, ante las tentaciones actuales de Agnosticismo y Pelagianismo, centradas en nuestro yo y que nos llevan a la mediocridad y la tristeza junto a la negatividad, individualismo, el consumismo, etc.

6. Una santidad en discernimiento lúcido, para saber si viene del bien o mal espíritu y que nos previene del embelese de nuestra cultura: el mero éxito, también en la Iglesia. El discernimiento no es una rebaja de la santidad, sino un analizar la situación en la que estás, escuchar la voluntad de Dios y responder con mi vida.

7. Un santidad orante, que no busca mi bienestar emocional sino acompasar mi vida a la de Jesús; una oración activa, contemplación en la acción.

8. Santidad comunitaria, a través del roce con los demás y no busca aislarse en soledad.

9. Santidad misericordiosa, como lo fue Jesucristo, abierta a las periferias y las cunetas del mundo, opción preferencial por los pobres y tratarlos con dignidad.

10. Santidad con impregnación ignaciana, guiada por el principio y fundamento de darlo todo por una vida plena.

En definitiva, una santidad con olor a oveja, de una iglesia en salida donde cambiar la cultura del éxito a la cultura del encuentro y donde Francisco nos enseña el camino con su doctrina, pero también con su ejemplo pues él va delante, en medio y detrás.

Posteriormente se llevaron a cabo dos espacios en Mesas Redondas como testimonios de caminos de Santidad en el mundo de la familia(Encuentro matrimonial), el mundo del trabajo(JOC) y el mundo de los jóvenes(Pastoral de jóvenes). El segundo espacio continuó en estos caminos de santidad desde el mundo de una Delegación de Apostolado Seglar(Jerez), el mundo de la educación(JEC) y el mundo de la marginación(Comunidad Sant Egidio).

El Domingo se centró la Jornada en la preparación del Congreso Nacional de Apostolado Seglar, a celebrar en Febrero de 2020 en Madrid, que conllevará un trabajo, reflexión y preparación de cada Diócesis. Un Congreso para ver y oír al laicado actual y su pluralidad, que no busque grandes síntesis finales ni documentos, sino líneas por dónde caminar. Congreso que no pretende ser una meta, sino un punto de partida iluminados por la Gaudete et Exultate y que requerirá Asambleas diocesanas donde calentar motores y despertar nuestra vocación a la santidad.

José Antonio Periáñez,
delegado diocesano para el Apostolado Seglar

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