El pasado 4 de septiembre concluían las tradicionales fiestas de “moros y cristianos” de Sierro. Las actividades festivas se iniciaron el 31 de agosto con el pasacalles y encendido del alumbrado pero fue necesario esperar al segundo día para dar comienzo a las “relaciones de moros y cristianos” que comenzaron con la solemne procesión de San Sebastián, patrón de la villa serrana, y la Virgen del Carmen. El Santo patrón es apresado por los islámicos, quedando expuesto en el castillo en la plaza de la Constitución donde es velado toda la noche en una continua oración de súplica e intercesión. El domingo, día de la resurrección del Señor, se procede al rescate del Santo por parte del bando cristiano y se lleva a la Iglesia parroquial donde se celebra la Santa Misa. Estas tradicionales fiestas finalizan con la traca fin de fiestas con el abrazo festivo entre serranos y serranas.
Unas fiestas que tienen su origen en la Guerra de las Alpujarras
En la guerra de las Alpujarras, San Sebastián, es entronizado como patrón en diversos lugares del alto Almanzora por D. Juan de Austria. En esta guerra tiene su origen las actuales fiestas de moros y cristianos que se han anualmente en la Villa de Sierro.
Las “relaciones”, representadas por integrantes de la cofradía de San Sebastián, son una representación popular con enfrentamientos, desafíos y batallas glorificando al santo patrón de la villa. El símbolo diferenciador de cada bando son las banderas y estandartes. Las banderas gozan de una importante función, su juego significa, simbólicamente, el rendir homenaje a la cultura a la que pertenecen. Los abanderados actúan en la Eucaristía, inclinándose ante el Santísimo durante la consagración, en desfiles y procesiones.