Separatismos, nacionalismos, divisiones políticas, conflictos entre estados, entre familias… Son las noticias que abren cada día los informativos y a las que ya casi nos hemos acostumbrado. Frente a un mundo dividido, el Evangelio lanza un mensaje de unidad y reconciliación del que los cristianos hemos de ser los primeros testigos.
La de Málaga es una de las diócesis punteras en el acercamiento y el diálogo entre los cristianos de las distintas confesiones presentes en nuestro territorio. El 18 de enero dio comienzo la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que concluirá el próximo día 25, festividad de la Conversión de San Pablo. La Delegación Diocesana de Ecumenismo, en coordinación con los responsables de las distinas confesiones cristianas presentes en la diócesis, organiza diversos encuentros de oración, como el que presidió el Sr. Obispo en la tarde de este domingo 21 de enero en la Catedral.
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (SOUC) es una tradición cada mes de enero. Desde hace un par de años se viene trabajando por la integración en las celebraciones de las distintas confesiones presentes en nuestra diócesis, implicando de una forma más activa a las parroquias. Para ello se han fijado celebraciones ecuménicas por zonas, siendo estas coordinadas por los representantes de las Iglesias presentes en el lugar. «De esta forma –afirma el delegado de Ecumenismo, Rafael Vázquez– le hemos dado autonomía y mayor participación a las Iglesias, y hemos integrado a más arciprestazgos en la celebración de la Semana de Oración por la Unidad». Otra novedad este año será la oración ecuménica enfocada a los religiosos y religiosas, que tendrá lugar en la residencia de las Hermanitas de los Pobres en Málaga. «Junto a estas novedades, continúa Vázquez, consolidamos este año la celebración de unas vísperas ortodoxas en la Semana de Oración, que nos muestre la riqueza litúrgica de otras tradiciones, y que tendrá lugar en la Iglesia del Santo Cristo de la Salud». Por último, aunque quede fuera de la SOUC, el delegado destaca «la implicación de los jóvenes en el movimiento ecuménico, al dedicarse el Adoremus de febrero a la petición por la unidad de los cristianos».
Ecumenismo todo el año
El camino ecuménico no puede quedarse en una semana al año. Para Vázquez, «la SOUC es expresión de lo que se viene trabajando a lo largo de todo el año, y los distintos acercamientos que se van dando entre las Iglesias. Por ello, podemos decir que este año se ha avanzado en las relaciones con nuestros hermanos ortodoxos, que se está trabajando por sensibilizar a las parroquias con la cuestión ecuménica a través de cursos de formación y la creación de grupos parroquiales que trabajen por el ecumenismo, que estamos haciéndonos presente en el mundo de los jóvenes, como ocurrió al llevar a cabo talleres en el encuentro diocesano de juventud, etc. Junto a todas estas tareas, hemos logrado que la reunión de pastores que se lleva a cabo cada año sea una reunión de trabajo, en la que las Iglesias programemos acciones conjuntas. De esta forma se ha dado el paso de “sentirnos invitados” a actividades organizadas por una Iglesia concreta a programar juntos una actividad que todos hacemos nuestra. Es un paso muy significativo».
Uno de los puntos fundamentales para seguir avanzando en el diálogo ecuménico es el de la formación y el conocimiento mutuo. El delegado asegura que «debemos procurar la formación en las parroquias e invitar a nuestros fieles a participar en cursos de ecumenismo. Este año, a partir de febrero, se desarrollará uno en la Escuela de Teología de Málaga. El conocimiento mutuo nos llevará a superar muchas ideas preconcebidas que son fruto de la ignorancia, y a apreciar lo que el Espíritu Santo ha venido realizando fuera de nuestras “fronteras católicas”. A partir de aquí, hay miles de acciones que se pueden llevar a cabo: transmitir esta sensibilidad en nuestras catequesis, tener presente la intención por la unidad de las Iglesias en nuestras oraciones, organizar actividades conjuntas a nivel social, actividades con jóvenes y niños de distintas confesiones, acercamientos entre las distintas comunidades presentes en el territorio de cada parroquia, celebraciones conjuntas de las fechas más importantes, etc. Pero todo ello ha de brotar de una buena formación».
Sociedades dialogantes
Para Rafael Vázquez, los cristianos tenemos mucho que aportar para la construcción de un mundo más dialogante: «Nuestra sociedad es plural en todos los sentidos, también a nivel religioso.
Necesitamos el diálogo para poder convivir y compartir el mismo espacio sin que nos sintamos extraños. Nuestro mundo ha cambiado y esto nos afecta a todos. Las barreras culturales y religiosas han caído. No podemos seguir pensando y actuando como si aún existieran fronteras, porque no es ese el mundo en el que vivimos. El movimiento ecuménico es el gran instrumento para ayudarnos a crear sociedades integradoras, respetuosas y dialogantes, valorando la diversidad y la identidad propia. El ecumenismo insta a las Iglesias a que sean favorecedoras de unidad en una sociedad en la que, por desgracia, existen y se promueven demasiadas divisiones. El factor religioso no puede ser un elemento de división, sino todo lo contrario, ha de favorecer necesariamente la comunión».
El lema de la SOUC de este año es: “Fue tu diestra quien lo hizo, Señor”, y ha sido desarrollado por las iglesias del Caribe. Como recuerda Vázquez, «estas Iglesias vivieron la esclavitud en sus miembros y encontraron en el Evangelio la fuerza necesaria para su liberación. Independientemente de las confesiones de cada una, el Evangelio les hizo experimentar a todos la liberación de la esclavitud y la esperanza de una nueva sociedad más justa. Es esta experiencia de liberación y esperanza la que quieren transmitirnos a todos a la luz del único Evangelio que todas las Iglesias compartimos».