25 son voluntarios fijos con funciones determinadas además de otros muchos colaboradores en las parroquias de la Diócesis.
Desde la delegación cordobesa de Manos Unidas explican como este número de voluntarios se caracteriza es por la amalgama de personalidades, algo que los enriquece, y que potencia aún más el sentido del compromiso y la entrega incondicional.
Tienen voluntarios, con casi 80 años, un matrimonio que todos los martes, hacen su función. Cuentan también con voluntarios prejubilados que desean compartir su tiempo libre con los más pobres. Pero además, hay mucha gente joven que siempre está trabajando en la sede cuando su horario se lo permite y que se encargan además, de las redes sociales, de actualizar los archivos e incluso de ayudarles con el inglés.
En definitiva, grandes personas con gran corazón a las que hay que sumar todos los voluntarios que trabajan en las parroquias de la Diócesis y distribuyen y dan a conocer todo el material de las campañas contra el hambre.