Belén Pardo Esteban es directora de “Proyecto Hombre Málaga” desde el 1 de diciembre de 2016 aunque lleva involucrada desde hace 15 años, en plantilla y también como voluntaria. Belén, casada y con dos hijos de 26 y 23 años, dedica su vida a la labor que desarrolla en Proyecto Hombre, a su familia y amigos.
¿Cómo va a enfocar la dirección?
Lo primero que he hecho ha sido reunirme con todos los equipos y lo que he pretendido en esas reuniones ha sido escuchar cuáles son sus necesidades tanto personales como profesionales y, los he distribuido como me parece que van a estar más completos. ¿Con qué objetivo? Pues con el objetivo de que las personas cuanto más satisfechas se sienten, mejor trabajan y mejor desempeñan su labor. Nosotros desempeñamos un trabajo muy importante, que es el de acompañar a personas que están dañadas, por lo que ahora mismo me interesa apuntalar y fortalecer los equipos y las personas que los forman, para que las cosas fluyan muy bien, y eso es lo que he hecho a corto plazo.
A medio y largo plazo, lo que quiero es estorbar lo menos posible en el trabajo de mis compañeros porque lo saben hacer muy bien y ser la persona que de un poco la imagen global a lo que hacemos en Proyecto Hombre, que esta sea una imagen mucho más abierta y mucho más real de lo que en estos 31 años se ha visto, porque la gente sigue vinculando a Proyecto Hombre con un patrón de personas que acudieron aquí hace 30 años y que ya no existe, que ya no se da aquí y sin embargo la gente sigue pensando que es un centro únicamente para toxicómanos y, esto no es así ya que tenemos un trabajo muy amplio con muchas personas que no tienen que ver con ese perfil y por eso me parece que una de las premisas que yo debo trabajar en estos meses es eso precisamente, cambiar la imagen de Proyecto Hombre con respecto a la calle. De cara al exterior, lo que quiero es tener una solidez económica que nos permita seguir hacia delante en los proyectos que tenemos
¿Cómo ha subido este escalón, colocándose como directora de la Fundación?
Con insistencia. Llevo aquí 15 años trabajando y hace 2 años ya se me propuso cuando mi compañero, que entonces estaba ejerciendo el rol de dirección pidió una excedencia pero yo en aquel momento no lo veía claro. Después de un año y medio me lo volvieron a plantear y me dije: ‘’pues si la vida me presenta esto por segunda vez, va a ser que la vida quiere que esté por aquí”, así que acepte el puesto. Todavía estoy un poco asustada con el cargo pero confío mucho en que Dios me va a guiar a buen puerto. Tengo muchas ganas de hacerlo muy bien y de que todo fluya. Lo voy a intentar con todas mis fuerzas.
¿Cuáles fueron sus primeros pasos en Proyecto Hombre?
Hace 25 años, mi marido y yo formábamos parte de la Pastoral Penitenciaria. A partir de ahí vimos a muchos chicos que tenían dificultades con las drogas. Al principio, cuando salían en tercer grado o con permisos, se venían a vivir con nosotros, pero vimos que no era suficiente, por lo que empezamos a ver que Proyecto Hombre tenía la respuesta que necesitaban, y esta fue nuestra primera vinculación. La metodología de Proyecto Hombre nos convenció muchísimo, como manera de entender la vida, de entender a la persona, de la formación que tiene y, a partir de ahí empecé a formar parte de su voluntariado. Más tarde me propusieron que me formase para formar parte de esta casa, en la prevención y dije que sí, por supuesto. Ya te digo, me convence muchísimo esta metodología como parte de la historia de vida de una persona y la primera, la mía. Y por eso estoy aquí, porque creo profundamente que lo que hacemos es fantástico y maravilloso.
¿Qué papel va a tener a partir de ahora? ¿Va a seguir haciendo lo mismo, sumándole el rol de directora o se va a centrar en mejorar la Fundación todo lo posible dejando un poco de lado el trabajo de campo?
Me encantaría seguir haciéndolo, pero la realidad es que no debo porque este trabajo tiene muchísimo contenido, se lleva muchas horas y, creo que ahora mismo es necesario que haya una persona que se centre en intentar crear una imagen de Proyecto Hombre como la que creemos que debe tener. Me encantaría formar parte de algún equipo y seguir con el aspecto terapéutico o con la prevención, pero la realidad es que cuando antecesores míos lo han intentado no lo han podido hacer a pleno rendimiento, con lo cual yo con todo el dolor de mi alma, ya que me encanta estar en el barro y trabajar con las personas, ahora mismo creo que mi cometido durante unos años va a ser otro, menos vistoso y menos gozoso para mí, pero creo que es más necesario.
¿Qué vinculación tiene con la Iglesia? Usted y la Fundación.
Toda mi vida he sido una mujer de iglesia y mis valores están asentados en la iglesia católica, soy una persona que sigue intentando vivir día a día el evangelio y la enseñanza de Jesús es la que me mueve; mueve mi corazón y mueve mis acciones, eso es lo que te puedo decir.
¿Se ha notado una evolución clara en la Fundación respecto a los pacientes que ingresan? ¿Cuántos pacientes reciben semanal o mensualmente ahora y cuántos hace unos años?
A lo largo de estos 31 años que llevamos en Málaga sí que ha habido una progresión, a medida que han ido cambiando los perfiles de las personas que consumen o de las adicciones; ya que han ido apareciendo nuevas adicciones; Proyecto Hombre Málaga ha tenido que adaptarse a todo eso.
La Fundación ha respaldado siempre todos los cambios que terapéuticamente hemos ido viendo, ¿por qué? porque hemos entendido que es necesario dar una respuesta a las necesidades que nos demandaban las personas que llegaban o si no dejaría de tener sentido nuestra misión en Málaga, y en ese sentido hemos evolucionado mucho. De hecho, antes, cuando se creó Proyecto Hombre en Málaga, solo había un único programa, que era el programa base, y ahora mismo está; el programa base, el programa nocturno, y todo un área de prevención en el que atendemos directa o indirectamente a más de 15.000 chicos y chicas de la provincia de Málaga; y todo eso lo estamos haciendo gracias a la adaptación que la fundación ha hecho en cuanto al trabajo, y la demanda que se está produciendo en la sociedad malagueña.
Con respecto a la gente que hace un programa terapéutico, hay gente que tiene mucho éxito y hay programas que tienen más éxito que otros; como son los programas de menores o los de mujeres; luego están las personas con adicción, que depende del grado de estructura o desestructura personal que traigan o el grado de maduración que les proporcione el programa, además de lo importante que es el hecho de que se fíen y se dejen, pues van a tener más o menos probabilidad de éxito. La fundación cada año, en junio, se encarga de sacar la memoria anual y ahí no solo damos cuenta de lo que hemos gastado económicamente, de lo que nos han ido donando, y de lo que hemos ido recabando, sino que además damos números también, porque debemos darle a la sociedad respuesta de esto que nos está demandando; cuantas faltas, cuantos abandonos, cuantas personas han terminado con éxito, etc. Las personas que estén interesadas en averiguar esta memoria pueden llamar a la Fundación o pueden dirigirse a nuestros medios de comunicación.
¿Qué aporta Proyecto Hombre a la sociedad?
Se puede decir que aporta tres cosas básicas: la prevención, que consiste en dar herramientas e instrumentos tanto a menores como a sus familias para que no entren en el fenómeno de las drogas y si entran que salgan cuanto antes y con el menor daño posible; por otro lado, aquellas personas que ya tienen la adicción, el proyecto aporta un modelo de vida diferente que dará un sentido a su vida impresionante y hasta este momento, será algo que nunca ha sentido esa persona, sanará sus heridas y les dará herramientas para seguir adelante con su vida; por otra parte, da una manera, un estilo de vida, que será muy coherente, con muchos valores, muy congruente, y que formará parte de ese sentido de la vida, que hace que seamos felices.
Teresa Ortega/Elena Contreras