¿En qué consiste el movimiento de Vida Ascendente?
Es de personas mayores, no para ellas. Se trata de que vivan su fe y la sigan aumentando. Es importante que no se quede todo en lo aprendido de niños, sino que veamos lo que vino a ser Jesús para nosotros al anunciarnos el reino de los cielos, que estaba aquí con nosotros, y avanzar. Tenemos tres pilares: la espiritualidad, la amistad y el apostolado. En eso nos basamos.
Existe el estereotipo en la sociedad de una Iglesia llena de personas mayores. ¿Podríamos decir que movimientos como este reivindican el papel de este colectivo a la hora de seguir creciendo y aportando en el terreno de la fe?
Por supuesto. Una persona mayor no es un mueble viejo que hay que arrumbar. Tiene una experiencia de fe que, si la va viviendo y alimentando, puede dar muchísimo. No es lo mismo que cuando tenía treinta o cuarenta años, pero puede aportar muchas cosas positivas y este movimiento ayuda mucho a descubrir que valemos, que no somos inútiles ni muebles viejos y que todavía podemos ayudar mucho a los demás, empezando porque nos ayudamos a nosotros mismos. En este grupo vivimos la fe desde el fondo.
¿Cómo funciona el grupo en Huelva?
Nos reunimos todas las semanas, entre hora y hora y media. En cada parroquia donde hay movimiento se reúnen y tenemos el guion –que este año se llama “Odres nuevas”-, que nos da unas pautas y lo leemos. Empezamos con una oración y leemos el Evangelio del domingo siguiente, lo meditamos y vemos lo que nos está diciendo y cómo podemos vivirlo. Hay personas que no se atrevían ni a leer y ahora lo hacen en público y están felices. Se dan cuenta de que el grupo es tan familia que hay problemas que no son capaces de contar a su propia familia y lo hacen ahí.
Más información: 959 80 47 71 (Ángeles García Reveriego).
