Día de la Iglesia diocesana

Carta del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández

Un domingo al año centramos nuestra atención en la Iglesia diocesana, en la que viven los católicos durante toda su vida y donde se concreta nuestra pertenencia a la única Iglesia de Cristo, la Iglesia universal una, santa, católica y apostólica. Jesucristo ha fundado su Iglesia como la comunidad de los hijos de Dios, redimidos por su sangre preciosa, alimentada continuamente con dones divinos, alentada por el Espíritu Santo, cuyo centro es la Eucaristía, donde Jesús prolonga su presencia hasta el final de los tiempos. Esta única Iglesia de Cristo está fundada sobre el cimiento de los apóstoles, sucedidos por los obispos. Al frente Jesús puso a Pedro, al que sucede el obispo de Roma, el Papa.

Esta única Iglesia extendida por toda la tierra se asienta en miles de diócesis o Iglesias particulares por todo el universo, donde se agrupan los fieles laicos, los consagrados y los pastores, presididos por el Obispo, sucesor de los apóstoles, en plena comunión con el Papa. Celebrar la Iglesia diocesana es celebrar nuestra pertenencia a la Iglesia, aquí y ahora. Es celebrar nuestra pertenencia a la diócesis de Córdoba.

Cada diócesis, también la nuestra de Córdoba, tiene su propia historia de santidad, su propia historia de evangelización. Es una parcela de la Iglesia del Señor, continuamente evangelizada y evangelizadora, continuamente renovada por la santidad de sus hijos, continuamente en salida misionera hacia todos sus miembros, especialmente hacia los más apartados y hacia los más necesitados. Con una población de cerca de 800.000 habitantes, en más de 13.000 km2, con 350 sacerdotes (diocesanos y religiosos) para 231 parroquias y otros muchos servicios. En torno a 200 misioneros, sacerdotes, religiosos y laicos, que han dejado su tierra por el Evangelio.

Nos encontramos inmersos en el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba (2019-2022), como una gran misión juvenil, que despierte en tantos de ellos el acercamiento a Jesucristo y la adhesión a la Iglesia en sus parroquias, colegios, grupos y comunidades, hermandades y cofradías. Con 51 seminaristas diocesanos (mayores y menores) y 15 en el seminario Redemptoris Mater. Mirando a estos jóvenes, se hace realidad el lema de este año: “Sin ti no hay presente. Contigo hay futuro”. La diócesis de Córdoba es una diócesis viva, con mucha vitalidad eclesial. Abundante participación en la vida de las parroquias, muchos fieles laicos activos por toda la diócesis, Seminarios donde se forma un buen grupo de aspirantes al sacerdocio, vocaciones de jóvenes a la vida sacerdotal, religiosa y misionera. Con una población juvenil, que elige la enseñanza católica en bastantes Colegios, regidos por carismas religiosos y algunos dependientes del obispado. Una diócesis que acoge a los pobres, a los sin techo, que colabora en la inserción laboral, en la atención a los reclusos, a las mujeres en exclusión, que acoge la vida en su etapa naciente y en su declive natural. Una diócesis misionera, que prolonga su presencia en Picota, prelatura de Moyobamba/Perú.

Toda esta realidad necesita el apoyo de sus fieles, y lo tiene. Conocer nuestra diócesis en toda su riqueza vital y apoyarla cada vez más es el objetivo de este Día de la Iglesia diocesana. Gracias a todos por vuestra colaboración. Necesitamos voluntarios para Cáritas y Manos Unidas, necesitamos catequistas para la transmisión de la fe a todos los niveles, necesitamos personas que entreguen parte de su tiempo a tantas actividades pastorales en las parroquias, los grupos, las comunidades. Necesitamos recursos económicos para todas estas actividades, para hacer el bien y para el mantenimiento de tantos edificios monumentales: iglesias, ermitas, casas rectorales, etc. Seguimos contando con tu colaboración, señalando la X en la declaración de la renta, en tus donativos voluntarios según las colectas que se proponen, con tu cuota o suscripción voluntaria para ayudar a la Iglesia, con los legados testamentarios que hacen las personas buenas para la Iglesia.

Día de la Iglesia diocesana. Damos gracias a Dios por tantos dones, por esta diócesis en concreto, donde vivimos la fe en nuestra peregrinación hacia la patria celeste. Y aportamos entre todos a lo largo del año de mil maneras, también con nuestro donativo en este domingo.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández

Obispo de Córdoba.

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