El delegado diocesano de Misiones, Luis Jiménez, agradece la labor de los misioneros diocesanos en Caicara del Orinoco.
A nuestros misioneros hay que agradecerles que, a pesar de tantas dificultades, a veces en situaciones de guerra, de epidemias como el ébola, de persecuciones, estén siempre allí, con los más pobres y dando testimonio de fe y esperanza, dejándolo todo para seguir a Jesús.
Hay que agradecerles también su generosidad que nos da ejemplo a todos los que a veces nos encerramos en nuestros pequeños egoísmos.
Y les agradecemos que en nuestro nombre estén allí, en Caicara, entregando sus vidas sin pedir nada a cambio. Que estén allí como eso, como los «amigos fuertes de Dios». Ellos siguen siendo para nuestra diócesis ese faro que nos ilumina y nos dice que, a pesar de las dificultades y la falta de fe, merece la pena seguir dando la vida por el Evangelio, por el desarrollo integral de las personas, por la justicia y por el Reino.
Gracias, porque a través de ellos nuestra diócesis se siente más universal, más misionera.
Encarni Llamas Fortes