
España atraviesa un proceso inédito de fragmentación social: la clase media se contrae desplazando a muchas familias hacia estratos inferiores. Tras dos décadas de crisis encadenadas, las fases de recuperación no han cerrado la brecha y han llevado a España a contar con una de las tasas de desigualdad más altas de Europa. La integración social se erosiona y la exclusión grave permanece muy por encima de los niveles de 2007. En 2024, la exclusión severa se sitúa un 52% por encima de 2007, lo que arroja un saldo de 4,3 millones de personas.
Así se desprende del IX Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, realizado por un equipo de 140 investigadores procedentes de 51 universidades, centros de investigación, fundaciones y entidades del Tercer Sector. El estudio ha sido presentado este miércoles por Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, y Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación FOESSA y coordinador del informe.
La fuente principal de esta investigación ha sido la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales (EINSFOESSA), realizada en el primer semestre de 2024 a 12.289 hogares en todo el país y cuyos datos podrán explotarse próximamente a través de la web de la Fundación FOESSA.
Además del estudio general, se han elaborado otros 22 informes territoriales con la colaboración de otras 40 personas investigadoras, que serán presentados entre los meses de noviembre y febrero en las 17 comunidades autónomas y en las ciudades de Ceuta, Melilla, Ibiza y Albacete, además de la Diócesis de Barcelona.
Durante su intervención, la secretaria general de Cáritas señaló que el IX Informe FOESSA “llega en un momento histórico de profunda complejidad”. “Tras décadas de transformaciones aceleradas que han reconfigurado su estructura social, económica y territorial, el país se encuentra en una encrucijada que define no solo su presente, sino el horizonte de posibilidades para las próximas décadas. Aspiramos a que este estudio ayude a comprender esta realidad compleja, ofreciendo un análisis riguroso que permita no solo interpretar los procesos en curso, sino identificar las palancas necesarias para una transformación que sitúe la justicia social y el bien común en el centro de nuestro proyecto colectivo”, añadió.
No fallan las personas, falla el sistema
El IX Informe FOESSA señala que pese a las dificultades que afrontan a diario los hogares en exclusión severa, tres de cada cuatro activan estrategias de inclusión, es decir, buscan empleo, se forman, activan redes y ajustan gastos, pero chocan con barreras estructurales, se topan con dispositivos fragmentados, con recursos escasos y muy poco personalizados. La activación en estos hogares pasó del 68% en 2021 al 77% en 2024.
“El mito de la pasividad de las personas en situación de pobreza y exclusión, esa idea de que viven de prestaciones sociales sin buscar soluciones o emprender acciones para su inclusión, es falsa. Esta realidad demuestra que no fallan las personas, falla el sistema”, aseguró Flores.

