En los primeros pasos del retrato de Gálvez, el pintor nos recibió en su estudio, ante la atenta mirada de algunos de sus cuadros, donde Carlos Monserrate (Málaga, 1933) ha dedicado 600 horas a recrear en un lienzo a Bernardo de Gálvez, militar de Macharaviaya que contribuyó decisivamente a la independencia de Estados Unidos. La obra se presenta hoy en el Capitolio, donde será expuesta dando cumplimiento a una resolución de 1783 que al fin consigue llevarse a efecto.
El cuadro ha sido donado por el pintor desinteresadamente, con el deseo de que sea regalado al pueblo de EEUU. Con la entrada oficial del cuadro en el Capitolio, el Congreso de los EEUU cumple el compromiso al que llegó hace 231 años, cuando acordó que un cuadro de Bernardo de Gálvez colgara en la «Casa del Presidente», por el extraordinario papel del militar de Macharaviaya en la Guerra de Independencia americana.
El acto de presentación quedó finalmente fijado para el 9 de diciembre de 2014.
El encargo sobre el militar Gálvez le llegó de manera curiosa. Simultáneamente, la asociación Bernardo de Gálvez, con sede en Málaga, y Teresa Valcarce, amiga de la familia y principal impulsora de la recuperación de este retrato en Washington, contactaron con él para ofrecerle el trabajo. Aunque algunos pusieron pronto fecha de terminación, Monserrate se mostraba sensible ante esto, y afirmaba al comenzar el proceso: «el cuadro estará terminado cuando esté listo. En el arte no se puede meter prisa».
El retrato de Gálvez es la número 2.029 de sus obras catalogadas, adelantándose a un inmenso lienzo sobre el fusilamiento del general Torrijos que ha tenido que posponer. Aunque asegura no tener un género favorito, sus retratos han adquirido fama mundial. Después del primero, realizado a su hermano Luis con apenas catorce años, han pasado por sus pinceles el rey Juan Carlos I, los beatos Enrique Vidaurreta y Juan Duarte así como algunos obispos de Málaga, cuyos retratos embellecen las paredes de la sala capitular de la Catedral, y que Monserrate desearía que fueran más conocidos. Siente un cariño especial por el retrato de Benedicto XVI, que regaló al pontífice a través del Obispado de Málaga en el 2005. La Secretaría de Estado Vaticano le hizo llegar una carta de agradecimiento que el pintor muestra con emoción, y en la que puede leerse: «el Santo Padre le agradece profundamente este gesto de afecto a la vez que lo encomienda al Señor para que le ayude con su Gracia en su vida cristiana y pueda ofrecer a través de la belleza y el arte un testimonio eficaz y luminoso de los auténticos valores cristianos, tan necesarios para construir un mundo más humano».
Tan altas metas son las que dan sentido y alimentan la obra de este artista, al que la pintura religiosa le hace vibrar de forma especial. El magnífico grupo pictórico con alegorías de la Eucaristía, pasajes del Nuevo Testamento, la Asunción de la Virgen y la Resurrección del Señor que donó a su parroquia, la iglesia del Corpus Christi, dan muestra de ello. De sus pinceles generosos se sigue beneficiando la Iglesia de Málaga, y ya también, el Congreso de los Estados Unidos.
Autor: Ana María Medina @_AnaMedina_