Este domingo 11 de mayo, cuarto de Pascua y Domingo del Buen Pastor, la Iglesia celebrará de manera conjunta la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas, bajo el lema «Para el Señor, en los hermanos».
Este lema fue el fruto del reciente Congreso de Vocaciones, celebrado el pasado mes de febrero en Madrid, que reunió a más de tres mil personas vinculadas a la vida eclesial. En respuesta a la pregunta clave del encuentro, «¿Para quién soy?», los participantes coincidieron de forma unánime en que su vocación es vivida «para el Señor, en los hermanos», una afirmación que ahora se convierte en el eje central de esta jornada.
La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones invita especialmente a los jóvenes a discernir su vocación en la Iglesia —ya sea al sacerdocio, la vida consagrada, o laical comprometida— y llama a toda la comunidad cristiana a acompañarlos con su oración y cercanía.
Por su parte, la Jornada de Vocaciones Nativas tiene un carácter misionero, y se orienta a sostener las vocaciones en los territorios de misión, allí donde las dificultades económicas y sociales pueden poner en riesgo su desarrollo. A través de la oración y también de la colaboración económica, se busca garantizar que ninguna vocación quede frustrada por falta de recursos.
En nuestra diócesis, el padre Ricardo Jiménez, responsable de la Pastoral Vocacional, y José Sánchez, director del Secretariado de Misiones, han destacado la relevancia de esta doble jornada. “Estas jornadas son una oportunidad única para reflexionar sobre la importancia de las vocaciones aquí y en los territorios de misión, y para apoyar a nuestros hermanos y hermanas que, con gran dedicación y sacrificio, responden al llamado de Dios en contextos a menudo desafiantes y de persecución”, señalan.
Ambos recuerdan que, como Iglesia universal, la misión llega a todos los rincones del mundo, y que en muchas comunidades lejanas o perseguidas, las vocaciones nativas son esenciales para que los cristianos puedan vivir su fe con autenticidad. Sin embargo, advierten que estas vocaciones enfrentan numerosos retos, sobre todo por la falta de medios económicos y de formación. Es por ello que destacan la importancia de la colaboración económica. «Les invito a unirse en oración y a contribuir generosamente con su limosna. Su apoyo financiero es crucial para que estas vocaciones puedan florecer y para que los sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos puedan recibir la formación y el sustento necesarios para llevar a cabo su misión evangelizadora. Recaudemos también todas las oraciones que podamos, ya que serán necesarias para la vida espiritual de los futuros misioneros. La limosna no solo es un acto de caridad, sino también una manifestación concreta de nuestra fe y solidaridad con aquellos que más lo necesitan. Al contribuir con nuestra limosna, estamos apoyando la formación y el sustento de las Vocaciones y las Vocaciones Nativas, permitiendo que la Iglesia crezca y se fortalezca aquí y en los territorios de misión».
La celebración de esta jornada es, por tanto, una invitación a toda la Iglesia a en su acompañamiento y sostenimiento, especialmente allí donde más lo necesitan.
MATERIALES PARA LA JORNADA
Catequesis para niños, jóvenes y adultos