
Han sido tres días intensos y de oración en el santuario, donde han podido rezar por la paz en el mundo y vivir el Jubileo de la Esperanza
Ya regresaron a sus localidades de origen los peregrinos que han viajado hasta Fátima para encontrarse con la Virgen. Ha sido una peregrinación diocesana, organizada por el secretariado de Peregrinaciones de la diócesis, en la que han viajado 37 personas de la diócesis de Guadix y otros de otros lugares. Al frente del grupo, ha estado siempre el sacerdote José Fernando Titos, que es el director de este secretariado.
Han sido tres días de cultura, de descanso y, sobre todo, de espiritualidad, porque el destino era Fátima, el Santuario donde se venera a la Virgen en esta advocación tan querida en la Iglesia y que recuerda sus apariciones a los pastorcillos y su mensaje a todo el mundo. Como comenta José Fernando Titos, en el recuerdo y en el corazón queda la celebración de la Eucaristía en el Santuario, ante la Virgen de Fátima, con la que han podido ganar el Jubileo de la Esperanza. También, han rezado por la paz, en estos días tan críticos para lugares en guerra como Gaza y Ucrania. “El corazón de María nos ayuda a limpiar nuestra vida de pecado y a seguir arrimando el hombro en la lucha por la paz del mundo”, comenta José Fernando Titos, al tiempo que recuerda que “la esperanza, vivida con María, anima siempre en los momentos difíciles de la vida”.
La peregrinación comenzó el viernes 28 de febrero y permitió disfrutar la tarde de ese día en el Santuario de Fátima, conociendo museos y enclaves referentes al misterio de Fátima. También hubo tiempo para rezar ante la Virgen.
Al día siguiente, se visitó la ciudad de Nazaré y el monasterio de Bathala, Patrimonio de la Humanidad. Por la tarde, la visita fue a Aljustrel, el pueblo de los pastorcillos. Y por la noche, se pudo participar en la conocida Procesión de la Velas, acompañando a Nuestra Señora del Rosario, la Virgen de Fátima.
El último día permitió conocer la ciudad de Lisboa, capital de Portugal, con un recorrido panorámico por sus plazas monumentales hasta alcanzar el Barrio de Belem, conocido por los Jerónimos, la Torre de Belem o sus famosos pastelitos. Al final domingo 2 de marzo, los peregrinos regresaron a su lugar de origen, después de tres días de mucha fe y devoción.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix