La Casa de la Iglesia de Jaén acogió el pasado sábado la celebración de la VIII Escuela de Formación de Cáritas Diocesana de Jaén. El lema escogido para esta edición ha sido «Comunidades que acogen y siembran esperanza». Esta cita formativa, organizada por el equipo de Animación en el Territorio, contó con la participación de más de 120 agentes de Cáritas, entre personas voluntarias y técnicas de los ámbitos parroquial, interparroquial y diocesano.
La jornada comenzó con una oración, dirigida por el vicario de Caridad y delegado episcopal de Cáritas, Juan Raya, quien estuvo acompañado por el director, Rafael Ramos, y el administrador, Manuel Ruz. La ponencia inaugural estuvo a cargo de Jennifer Gómez, del equipo de Inclusión-Movilidad humana de Cáritas Española. Su intervención desgranó los aspectos fundamentales de la exhortación pastoral «Comunidades acogedoras y misioneras», aprobada por la Conferencia Episcopal Española el pasado marzo y en la que se establece el marco para la pastoral con personas migrantes. En sus consideraciones iniciales, puso el foco en el pontificado de Francisco. «En mi opinión, lo vamos a recordar como el pontificado profético. Su primer viaje fue a Lampedusa y allí lanza un discurso programático e inaugural, en el que ofrece una hoja de ruta si queremos ser comunidades acogedoras», manifestó Gómez. Recordó así los cuatro verbos que el Francisco propone: «Acoger, proteger promover e integrar». Subrayó que la movilidad humana es hoy «un signo de los tiempos» y que si deseamos construir comunidades acogedoras y que siembran esperanza debemos partir de «una conversión personal». «Sobre esta podremos caminar juntos hacia una renovación eclesial. Una renovación que no es solo ideológica, sino que toca tierra, que nos hace salir de nuestra zona de confort», añadió Jennifer Gómez.
Prosiguió su intervención apuntando a que la Iglesia lanza dos retos: catolicidad y misión. «Católico significa universalidad, ir más allá de lo cercano. Si somos una Iglesia universal, somos una Iglesia misionera, que nos lleva a salir al encuentro del otro, con un interés de apertura, que podamos convivir como hermanos. Sabemos que dificultades habrá, pero también tenemos herramientas, como el diálogo y la escucha».
Datos sobre las personas migradas
Jennifer Gómez puso sobre la mesa algunos datos, como en el mundo solo el 3,6% de la población es migrante internacional. «De este dato, el que más nos preocupa es el de aquellas personas que pierden de la vida en su intento. Sin ir más lejos, en nuestra frontera sur se estima que unas 10.000 personas perdieron la vida intentando llegar a nuestras costas», lamentó. Asimismo, también aportó que 89 millones de personas en el mundo viven desplazadas, cifra que ha aumentado por los conflictos en Ucrania y en Tierra Santa. «Como Iglesia debemos acompañar a estas personas. Ser persona migrada supone mucha vulnerabilidad. De hecho, una de cada dos personas migrantes se encuentra en riesgo de exclusión social severa en España y el 60% de los hogares migrantes con menores está en riesgo de pobreza», expuso. «Con la población migrada no hay convivencia, sino coexistencia», denunció Gómez.
En la charla desmontó lo que calificó como «falsos mitos» en torno a las personas migradas en nuestro país. Hizo hincapié en el ámbito laboral y en la identidad. Confrontó que mientras que se escucha que «nos quitan el trabajo», los datos corroboran lo contrario: ganan un 30% menos, gran parte trabaja en la economía sumergida, hay una importante brecha salarial y se concentran en empleos poco cualificados. Sin embargo, aportan a la economía tanto del país de origen como a la del país que los acoge. En cuanto a quienes los acusan de «amenazar la identidad» recordó que la emigración no es un problema, sino un fenómeno que ha existido siempre. «Gracias a Dios la identidad se modela, cambia, crece, se construye, se enriquece con el encuentro con los otros. Mi identidad se amplía», defendió. Reflexionó, asimismo, por el concepto de aporofobia, acuñado por la filósofa Adela Cortina.
Un elemento importante que desarrolló es que las personas migradas enriquecen nuestra fe «porque Dios se manifiesta en el otro». «La Iglesia llama a un diálogo ecuménico e interreligioso. Las personas migrantes nos ofrecen claves y orientaciones distintas para encontrarnos con Jesús», afirmó Gómez. «Como Iglesia estamos llamados a salir a las periferias como lo hizo Jesús. Por eso, nuestras comunidades están llamadas a ser lugares de encuentro», concluyó Gómez.
Cinco talleres
La VIII Escuela de Formación de Cáritas Diocesana de Jaén contó también con cinco talleres de trabajo. «Cuidado de la espiritualidad», impartido por el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Jaén y vicario de Caridad, Juan Raya, fue uno de ellos. Se fundamentó en que la acción no sea el centro del voluntariado, sino que se fundamente en el cuidado de una espiritualidad que ayude al encuentro con Dios en el rostro de las personas empobrecidas. El taller de «Animación comunitaria» estuvo dirigido por Juan José López, del equipo de Desarrollo Institucional de Cáritas Española. Animó a los participantes a pasar de la urgencia de las ayudas materiales y de los servicios -el «hacer- hacia la emergencia de lo esencial, hacia el acompañamiento transformacional desde relaciones humanizadoras y comunitarias que emerge del «ser».
«Gestión de emergencias: organizados en la tragedia» fue el título de la tercera propuesta, impartida en este caso por el Grupo Motor de Cooperación Fraterna de Cáritas Diocesana de Jaén. De una manera dinámica y vivencial, se conocieron cuáles son las claves para gestionar una situación de emergencia apoyándose en las líneas marcadas por Cáritas. También se puso el foco en las emergencias internacionales actuales. El responsable del Programa de Personas Privadas de Libertad, Exreclusos y Medidas Alternativas de Cáritas, Francisco Javier Cruz, estuvo al frente del taller «Estuve en la cárcel, y vinisteis a verme. La esperanza de la libertad». Acercó a los asistentes a la realidad de estas personas para eliminar estigmas sociales y profundizar en los procesos de acompañamiento e inserción social, laboral y familiar.
Finalmente, el quinto taller, titulado «La movilidad humana en clave intercultural», fue impartido por Jennifer Gómez. Ofreció un acercamiento a la movilidad humana desde dos perspectivas. La primera profundizó en los fundamentos bíblicos y de la DSI sobre las migraciones y la segunda reflexionó sobre la acción social de Cáritas con las personas migrantes y refugiadas. Estas dos perspectivas permitierona hacer una lectura de la movilidad en clave intercultural a través de un taller vivencial.
La Eucaristía celebrada en la Capilla Mayor del Seminario clausuró la VIII Escuela de Formación de Cáritas Diocesana de Jaén, una de las principales citas en el calendario anual de este organismo de la Iglesia de Jaén.
Cáritas diocesana de Jaén