Tras el Jubileo del Mundo de la Comunicación, el segundo evento es el Jubileo de las Fuerzas Armadas, la Policía y los Cuerpos de Seguridad, los días 8 y 9 de febrero. Con este motivo, entrevistamos a Carmen Fernández, Brigada del Ejército del Aire y del Espacio y catequista en la parroquia de Santa María Goretti.
Brigada del Ejército del Aire y del Espacio. Seguro que es complicado explicarlo en poco espacio pero, ¿cuál es tu cometido?
Sí, realmente es complicado. He desempeñado distintas labores dentro de mi especialidad durante 22 años que llevo de servicio. Soy especialista en Telecomunicaciones; he estado destacada dos veces en Afganistán, dentro de la misión ISAF, allí supervisaba y reparaba todo el sistema electrónico y Guerra Electrónica de los aviones C-295 (Aviones de transporte estratégico). También he estado destinada en un Escuadrón de Vigilancia Aérea en Cádiz cubriendo el Estrecho de Gibraltar y el norte de África. Actualmente, estoy destinada en Málaga, aunque dependo de la Escuadrilla de transmisiones número dos de Sevilla, realizando labores de supervisión y reparación de sistemas de comunicaciones militares como radio-enlaces, sistemas de comunicación Tierra-Aire y Tierra-Mar de toda la provincia de Málaga y de Ceuta.
¿Qué significa para usted que en el calendario del Jubileo el Papa haya reservado un espacio para quienes velan por toda la sociedad?
Lo primero que me gustaría reseñar, es el enorme agradecimiento a Su Santidad el papa Francisco, por hacernos presentes en un momento tan espiritual como lo es el Jubileo. Es muy emocionante para nosotros que nos tenga en cuenta en un momento tan importante para los cristianos, puesto que los valores que llevamos como bandera (compañerismo, ejemplaridad, honor, espíritu de sacrificio, excelencia profesional…) se entrelazan irremediablemente con los de nuestra fe cristiana que son iguales o paralelos (compañerismo, responsabilidad, honestidad, sinceridad, confianza…). A nivel particular, es mi segundo Jubileo y es una satisfacción que me hagan partícipe del mismo, no solo como cristiana, sino también como miembro de las Fuerzas Armadas, porque me siento muy orgullosa de mi profesión y me encanta verme metida de lleno por partida doble en este año tan especial para los cristianos.
Es catequista en su parroquia. ¿Cómo fue que se embarcó en esa aventura?
Me alegra mucho que me hagas esa pregunta porque es una historia que me encanta contar. Soy feligresa de la parroquia Santa María Goretti y asidua de la Misa de los domingos. Hace unos años, cuando acudía a Misa, no me sentía plena, tenía la sensación de que tenía que aportar algo más que mi presencia en Misa o hacer obras de caridad, pero tengo un trabajo altamente exigente y dos niños, así que me costaba encontrar la manera de aportar algo más a la comunidad cristiana. Entonces, empezaron mis hijos con las catequesis para hacer la Comunión y, en la presentación de las catequistas, tuve el impulso de acercarme a una de ellas, María Dolores, y ofrecer mi ayuda por si necesitaban a alguien de apoyo. Curiosamente, ella estaba rezando a Dios, para que le enviara a alguien porque empezaba el curso sola. Yo no creo en las casualidades, creo en la Providencia de Dios. Él nos escuchó y me dio el empujoncito que yo tanto necesitaba y que tanta falta le hacía a María Dolores.
Brigada del Aire y del Espacio. Sabemos que el cielo físico no es el lugar donde sólo se encuentra Dios pero, ¿se está más cerquita de Él arriba?
A ver… depende del momento. Yo he volado bastante en avión, y desde una gran altura puedes admirar la grandiosidad de la obra del Señor: los océanos, las montañas, las ciudades, los inmensos lagos y ríos… y en ese momento, en el que te acarician las nubes y lo ves todo en perspectiva es cuando más agradeces a Dios todo aquello que nos da cada día. En otras ocasiones, como en una aterrizaje en Kazajistán con un viento lateral fortísimo y lloviendo a mares, te acuerdas de Dios, pero para rezar como una loca para que aquello termine y aterrice el avión con todos sanos y salvos dentro.
¿Cómo lleva su familia que ponga su vida en peligro para estar al servicio de los demás?
En mi caso, tengo la ventaja de que mi marido es Policía Nacional, así que ambos entendemos las vicisitudes de nuestros respectivos trabajos e intentamos apoyarnos lo máximo para que nuestra situación laboral impacte lo menos posible en nuestra familia. De todas formas, mis hijos ya están acostumbrados a que tengamos que ausentarnos uno u otro por cuestiones del trabajo. Son unos niños excepcionales y, aunque nos echan de menos, porque eso es inevitable, lo ven como parte de nuestra rutina.
Una petición a Dios en este Año Jubilar.
Es complicado, hay tanta necesidad espiritual en el mundo… yo creo que le pediría eso, que de alguna forma hiciera llegar su Espíritu a tanta y tanta gente que vive en la inmediatez, en el materialismo y en la superficialidad. Vivimos en un mundo en el que sólo cuenta el todo y el ya. Creo que se han perdido los valores fundamentales ya no solo de la fe, sino de la humanidad en sí. Le pediría a Dios fe para los que están perdidos.
Su libro favorito.
Ahora estoy empezando un libro que me tiene enganchada. Se titula “¿Ser todavía cristianos?” Su autor es Jesús Espeja, un religioso de la Orden de los Predicadores, doctor en Teología y un estupendo escritor. En el libro se habla de cómo en la sociedad actual acomodamos la religión a nuestra forma de pensar y de vivir y no al revés. Es una visión muy interesante.
Su película favorita.
“Resucitado” de Kevin Reynolds es un peliculón. La trama versa sobre cómo el tribuno romano que se encarga de ejecutar la sentencia a muerte de Jesús, emprende una ardua labor de investigación para encontrar su cuerpo cuanto éste resucita. La recomiendo fervorosamente.
Un olor.
El olor del lirio es de los que más me gustan. La flor es hermosa, así que disfrutas dos veces, cuando aspiras su aroma y cuando la admiras.
Una fecha que le marcó
Creo que la misma de muchísimas personas en este planeta, el 11 de septiembre del 2001, el día del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en Estados Unidos.
Estoy convencida de que habrá muy poca gente que no recuerde lo que estaba haciendo ese día en el momento en el que se llevaba a cabo, uno de los más terribles y mortíferos ataques terroristas de la historia. Creo que ése momento determinó mucho mi futuro. Yo por aquel entonces quería ser psicóloga, pero al ver aquello me di cuenta de que tenía que ser parte protagonista de la historia, aunque fuese con un pequeño papel, porque a veces, un pequeño gesto en una parte del mundo, mueve millones de conciencias en la parte restante.