La Iglesia celebra, el domingo 26 de enero, el Domingo de la Palabra de Dios. Se trata de una iniciativa profundamente pastoral con la que el papa Francisco quiere hacer comprender lo importante que es, en la vida cotidiana de la Iglesia y de las comunidades, la referencia a la Palabra de Dios, una Palabra no encerrada en un libro, sino que permanece siempre viva y se hace signo concreto y tangible.
El lema elegido por el papa para este año, dentro Jubileo 2025, es un versículo del Salmo 119: “Espero en tu Palabra” (Sal 119,74). Se trata de un grito de esperanza: el hombre, en el momento de angustia, de la tribulación, del sin sentido, grita a Dios y pone toda su esperanza en Él.
Para ayudar en la celebración de esta jornada tan importante, la Santa Sede, desde el Dicasterio para la Evangelización, ofrece un subsidio litúrgico-pastoral que ofrece sugerencias para fomentar un encuentro profundo con la Palabra de Dios en la comunidad, en la familia, en la vida cotidiana, e incluye además artículos, meditaciones, textos para la Adoración y sugerencias pastorales.
Una celebración para todo el año
La celebración, enmarcada en el Año Jubilar, no solo busca profundizar en el amor a la Palabra de Dios durante este día, sino promover su vivencia continua, durante todo el año, como fuente de esperanza y guía espiritual en la vida cotidiana de los fieles. Por eso, desde el Dicasterio para la Evangelización proponen una serie de recursos o iniciativas para vivir la Palabra de Dios durante todo el año:
1.- Formación de lectores: es fundamental que las comunidades eclesiales se empeñen en la formación de los fieles que ejercitan el servicio de lectores en las Celebraciones Litúrgicas, para que ellos sean verdaderos anunciadores de la Palabra con una preparación adecuada, así como se realiza usualmente con los acólitos o los ministros extraordinarios de la Comunión.
2.- Llevar la Palabra “en tu bolsillo”: así sugiere el Papa Francisco: «Tened el hábito de llevar siempre un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la bolsa, para poderlo leer durante el día». Existen diversas ediciones del Nuevo Testamento o del Evangelio, en volúmenes ligeros, versiones de bolsillo, que fácilmente se pueden llevar en las bolsas o mochilas y que podemos llevar siempre con nosotros.
3.- Llevar la Palabra en tu teléfono móvil: se puede tener fácilmente la Biblia en tu teléfono móvil para consultarla en cualquier momento, existen varias aplicaciones y páginas de internet en diferentes idiomas, no solo con la Biblia sino también con las lecturas de la Santa Misa de cada día, páginas donde se puede leer o escuchar la Palabra de Dios, páginas con comentarios y reflexiones de la misma. Se puede activar también un recordatorio en tus notificaciones para tener un momento al día de encuentro con la Palabra de Dios, de tal modo que te acompañe donde quiera que vayas.
4.- Grupo bíblico: se podría organizar un grupo en la comunidad eclesial, con reuniones semanales o mensuales, que tenga momentos formativos o culturales de profundización de la Sagrada Escritura, y momentos de Lectio divina comunitaria.
5.- Rosario meditado: otra fuente para orar con las Escrituras es la variedad de oraciones católicas tradicionales, como el Rosario. Este es una oración evangélica con marcada orientación cristológica, definida por San Juan Pablo II como «compendio del Evangelio». De hecho, tiene un carácter esencialmente contemplativo, pues nos hace entrar en la meditación de los misterios de la vida del Señor, acompañados de Aquella que fue más cercana al Señor. Para dar fundamento bíblico y mayor profundidad a la meditación, es útil que la enunciación del misterio vaya acompañada por la proclamación de un pasaje bíblico correspondiente.