“San Juan Bautista de la Concepción es el santo de la vida y el pueblo cotidiano”

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“San Juan Bautista de la Concepción es el santo de la vida y el pueblo cotidiano”

La familia trinitaria de Córdoba celebra, a partir del 1 de febrero, un jubileo por el 50 aniversario de la canonización del reformador san Juan Bautista de la Concepción. El obispado de Córdoba ha confirmado a la comunidad y parroquia trinitaria de Córdoba la aprobación de este tiempo especial que se prolongará hasta el 15 de junio

La sede jubilar será la parroquia trinitaria de Córdoba, ubicada en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San Eulogio, donde se custodian las reliquias del santo. El padre Sergio García, superior de la comunidad trinitaria y capellán de la cárcel junto a Manuel García, párroco de Santa María de Gracia y San Eulogio, están muy implicado en la organización de las actividades jubilares, insertas en el Jubileo de la Esperanza. Propagar el carisma trinitario e impulsar la obra de su reformador son dos acciones preferente en este tiempo de gracia.

-Celebran un jubileo que marca medio siglo desde que el Papa Pablo VI proclamara santo al Reformador, un momento de gracia para la Orden y para vuestra provincia trinitaria. ¿Cómo se está viviendo, cómo se vive y se difunde el eco de aquel día?

Sergio García.-Con mucho gozo, con mucha esperanza, porque fue un momento de gracia muy grande para la Orden. Es un gran Santo y Córdoba es un lugar de referencia para todos los trinitarios del mundo porque es donde se encuentran sus reliquias, es donde él murió y desde aquí se promovió su beatificación y después su canonización. Aquel fue un momento de gracia  más de una década antes, en todo ese movimiento que supuso el Concilio Vaticano II, en cuanto a reforma de la iglesia. También, la canonización fue un momento de gracia donde las reliquias que están aquí en Córdoba viajaron por varios lugares de España significativos para su reforma y se promovió, entre otras cosas, la publicación de sus obras: es un gran místico reconocido por la iglesia durante el siglo de oro, al mismo de Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. Décadas después, se publicó la edición crítica de sus obras en la BAC, en la Biblioteca de Autores Cristianos y se reconoce como un gran santo para la Iglesia.

-Hemos llegado a este momento de gracia y se ha creado una comisión a raíz de esta concesión que ya ha sido presentada al obispo de Córdoba. ¿Existe ya alguna programación de actividades?

Manuel García.- Sí, desde hace ya dos años lo estamos trabajando junto con el obispo y  cuando se nos concedió este tiempo jubilar, desde el 1 de febrero hasta el 15 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, cinco o seis personas, entre ellas dos hermanos de la comunidad, estamos confeccionando el calendario de estos cuatro meses. Entre ellos tenemos actos religiosos, que son los más importantes, caritativos y también lúdicos para que la imagen del santo sea divulgada no solamente entre los feligreses de Santa María de Gracia y San Eulogio y la diócesis de Córdoba, sino también en el mundo entero.

Hay que recordar que San Juan Bautista es nuestro padre fundador de la rama descalza y es místico, místico reformador y un hombre con una fortaleza increíble que lucho mucho por la reforma, por eso sufrió penurias, divisiones, discusiones, muchas palizas y gracias a toda esa lucha él pudo ver con sus ojos que, al final, la obra era de Dios. Toda esa obra no solamente es para la gloria de la santísima Trinidad, sino también por los pobres y los cautivos.

-La canonización supuso, sin duda, un impulso para la difusión de la figura, la obra y el mensaje de San Juan Bautista de la Concepción, como se articuló desde la Orden, la propagación de su obra reformadora

Sergio García.- Lo hizo en distintas dimensiones, en el encuentro con Dios, en la oración, en  la formación para que se divulgue su obra a través de sus escritos místicos. Los especialistas dicen que es un poco del estilo de Santa Teresa de Jesús, porque utiliza muchos ejemplos cotidianos e iba narrando cómo Dios lo va llamando y va fundando los conventos, las dificultades que encuentra. Hubo muchísimas vocaciones y de ahí salieron también varios santos como San Miguel de los Santos del que también celebramos el cuarto centenario de su muerte en este año. Fue una ola de santidad y para la orden una bendición por todo lo que ha supuesto también para los más necesitados. Hay que decir también que ha sido un santo muy desconocido en la Iglesia y en muchos sectores de nuestra orden. Él tiene más escritos que San Juan de la Cruz y que Santa Teresa de Jesús y desde la canonización se han explotado mucho las ediciones nuevas de los escritos de nuestro padre. En la actualidad, todos los años hacemos una jornada de estudio de San Juan Bautista sobre temas diversos: sobre los pobres, la caridad, las llagas de amor, etc. Es un santo que siempre que “toca todos los palos”. Habla sobre cosas del campo, con fabulas, con cuentos; es un santo muy de la vida y del pueblo cotidiano. Incluso él habla comparando las cosas divinas con las cosas más humanas y hace referencia a los  juegos de cuando él era niño, a los toros de su pueblo cuando él los corría. Hay un dato poco conocido y es que San Juan Bautista de la Concepción, de ahí que la Orden Trinitaria fuera también la impulsora para la beatificación de San Juan de Ávila, por ser el tío del santo.

-¿Qué mensaje tiene aquella reforma en la iglesia de hoy?

Sergio García.-  Pues que es necesario seguir reformándonos. La orden tiene 825 años y la reforma fue hace 400 años. En esos momentos, donde toda la iglesia se estaba reformando, él convive con San Juan de Ávila, que como hemos dicho son paisanos y familia, los dos nacen en  Almodóvar del Campo.

Su referencia en una de sus citas figura “mi Trinidad, que es Dios, el pobre y yo”, entonces para llegar a Dios también tiene que ser a través de los pobres, a través de los cautivos, a través de la redención de los cautivos, de estas personas con las que trabajamos en la pastoral penitenciaria, en el comedor de Trinitarios, en la Fundación Prolibertas, con todas estas personas sin techo que tenemos en el Centro de Día. A Dios se llega a través del pobre.

-¿Cómo animaríamos a participar al pueblo de Córdoba en esta celebración jubilar?

Manuel García.- Cuando uno cruza una puerta santa tu vida cambia, se borra todo pecado y los sueños del Señor comienzan a florecer en la vida del que cruza esa puerta santa. Y si yo lo llevo a mi vida, puedo ver que en estos tres años que estoy aquí en Córdoba, esa puerta de los trinitarios, que no es santa hasta el día 1, pero es como si ya lo fuera, ha cambiado la vida de muchas personas. He visto mucho sentimiento, muchas historias, he visto mucho sufrimiento en vidas. Y cuando han entrado y se han encontrado con el Señor, he descubierto que por la intercesión de San Juan Bautista, sus vidas han sido distintas, diferentes. Si eso ha sido capaz de hacerse en un día normal y corriente, en este tiempo jubilar, qué es lo que puede hacer Dios con todas nuestras almas.

Es decir, los pobres no tienen ningún lugar, pero la casa de la Santísima Trinidad tiene un lugar para esta gente. Y eso es la casa de San Juan Bautista, porque luchó por eso mismo cuando él vino aquí. Nadie quería más fundaciones en Córdoba, porque había muchas órdenes religiosas y temían que se repartiera la comida. Entonces, nuestro santo decidió construir en la muralla, que era la periferia de la ciudad, allí donde no había absolutamente nada, tan solo una capilla con una Virgen, que es la Virgen de Gracia, por eso se llama la iglesia Virgen de Gracia, aunque  en nuestras reglas siempre se dice que todas las iglesias se llaman con el nombre de la Santísima Trinidad, pero aquí se respetó esa circunstancia. No había medios para levantar nada porque no había agua. Y hay una historia real y es que el santo pidió agua y debajo de la Virgen nació un pozo. Y de ese pozo se hizo el convento, la iglesia entera, y hasta el año 1970 ese pozo ha estado visible dentro de la iglesia, donde la gente cordobesa visitaba, un pozo que recogía aguas santas. Si buscamos en los anales de Córdoba, puede descubrirse el Pozo de Gracia de San Juan Bautista.

 








 

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