Con gozo, un año más, la comunidad del Seminario Diocesano ha celebrado los cultos en honor a su patrona, la Inmaculada Concepción de María.
Solemne Triduo
Del 3 al 5 de diciembre se celebró un solemne triduo en su honor en la Capilla mayor del Seminario, dedicado cada día a un grupo.
El primer día estuvo dedicado a los jóvenes cofrades de nuestra ciudad. Celebración presidida por el vicerrector del seminario D. José Navarrete y concelebrada por el rector del seminario, D. Juan Francisco Ortiz. Durante el mismo se nos invitaba a transmitir el don de la fe que falta en los demás, a través de María, traspasando fronteras y continentes, y a ejemplo de San Francisco Javier, cuyo santo celebrábamos ese día. Tomar como ejemplo a María en su pureza y en el sí al Señor, y nacer a una vida nueva en este Adviento. Un primer día que concluyó con un pequeño refresco en el claustro del seminario.
El segundo día estuvo dedicado a los grupos Kairós y a los colegios de la zona. Celebración presidida por el rector del seminario, D. Juan Francisco Ortiz, donde contemplábamos a María como madre de la Esperanza. María nos invita a esperar en Cristo como hizo ella, con alegría y para que en un futuro podamos contemplar la felicidad de la entrega generosa en el ministerio sacerdotal.
El tercer día estuvo dedicado a las familias y a los jóvenes. Celebración presidida por el director espiritual del seminario, D. Raúl Contreras y concelebrada por el rector, D. Juan Francisco Ortiz y el vicerrector D. José Navarrete. En este día se nos invitaba, a ejemplo del Evangelio donde los ciegos miraron a Jesús y no perdieron la fe, a mirar a María, bajo tres formas distintas: hacia Dios, el prójimo y nosotros mismos.
El viernes, día 6, preparamos nuestro Belén y acudimos a la celebración de los 25 años de sacerdote de D. Miguel Ángel Solas León en nuestra parroquia de La Inmaculada y San Pedro Pascual, precisamente en el día en que celebrábamos la memoria de San Pedro Pascual. Una celebración donde dimos gracias por los años de servicio de D. Miguel Ángel y encomendamos su vida y su ministerio a la Inmaculada y a San Pedro Pascual.
Vísperas y vigilia de la Inmaculada
El día 7 de diciembre la comunidad del Seminario celebró vísperas solemnes del día de la Inmaculada a las 17 h en la Catedral. A continuación, se unió a los jóvenes de la diócesis en la vigilia de la Inmaculada, organizada por la Delegación de Juventud. El programa de actividades comenzó a las 18 h con la acogida y un pequeño concierto en el claustro del Seminario.
A las 19,30 h partió la procesión de la capilla mayor del Seminario con la imagen de la Inmaculada Concepción, titular de nuestro Seminario, a hombros de los seminaristas y jóvenes. La procesión fue encabezada por una larga comitiva de jóvenes cofrades y diocesanos que acompañaron a la Virgen por las calles de Jaén hasta la Catedral y acompañada con un quinteto de la asociación musical “Blanco Nájera”. La culminación de la vigilia tuvo lugar en el altar mayor de la catedral con la adoración del Santísimo Sacramento, que contó con la presencia de nuestro obispo, D. Sebastián Chico. Allí pudimos escuchar los testimonios de dos jóvenes, entre ellos la de uno de nuestros seminaristas.
En la prédica al pasaje del Evangelio, D. Sebastián recordó la necesidad de conversión y de renovación interiorde cada uno de nosotros, y también a todos los niveles dentro de la Iglesia. Insistió asimismo en la necesidad de descubrir y acoger nuestra vocación con humildad y docilidad, a ejemplo de María; y de acudir a ella, nuestra gran intercesora. Nos animó a no tener miedo y estar siempre dispuestos a colaborar con el Señor.
La vigilia acabó en la plaza de San Ildefonso ante el monumento de la Inmaculada donde se culminó con una oración y ofrenda floral, para terminar con la tradicional chocolatada en la calle Reja de la capilla, que congregó a un gran número de jóvenes.
Día de la Inmaculada y las familias
La solemnidad de la Inmaculada Concepción tuvo como núcleo la celebración de la Eucaristía y la consagración de los seminaristas, unida al día de las familias.
La jornada comenzó con el rezo solemne de Laudes en la Capilla Mayor del Seminario.
Al mediodía tuvo lugar la celebración de la Eucaristía en nuestra Santa Iglesia Catedral de Jaén, presidida por nuestro obispo, D. Sebastián Chico. En la homilía, el prelado nos animó a acoger el mensaje de Nuestra Señora con el corazón: creer en Dios y cumplir su Voluntad, que es la Verdad, frente a los falsos profetas de este mundo que hacen creer que la salvación viene por medio del dinero o de ciertas doctrinas políticas. Y nos animó a utilizar tres palabras en el camino de Cristo, a ejemplo de María: Realismo, Esperanza y Fidelidad. Ser realistas con nosotros y el prójimo, esperar como hizo María y ser fieles al mensaje de Cristo, discípulos de su palabra y obra. Y por supuesto, a dejarnos remover por Dios en nuestra vida.
Después y aprovechando también el día de las familias, tuvimos nuestra tradicional comida en el seminario con nuestro obispo y junto a los formadores y nuestros familiares. A continuación, nos trasladamos al salón de actos donde los nuevos seminaristas, Joel y Alberto se presentaron junto a sus familias y donde pudimos ver un vídeo recopilatorio del pasado curso 2023-2024. Tras esto, celebramos con solemnidad el oficio divino vespertino en la Capilla Mayor del Seminario, donde los tres seminaristas, Antonio Pradas, Francisco Comino y Guillermo Pérez se consagraron a la patrona de nuestro Seminario Diocesano, como es tradicional en los seminaristas de primer curso de discipulado. En la prédica, don Sebastián animó a los nuevos consagrados a vivir su vocación con confianza y disponibilidad al plan de Dios, pues consagrarse significa ponernos en sus manos con plena disposición de servicio. Y a todos los seminaristas nos recordó que el sacerdocio tiene que ver mucho con María, pues el cura es el encargado de llevar a Cristo a la humanidad; y que en nuestra configuración con Cristo debemos de aprender de Ella, pues es la mejor maestra, para que un día podamos decir que “es Cristo quien vive en mí”.
Finalmente, nuestro obispo bendijo el Belén situado a la entrada del Seminario, poniéndose fin a este día de nuestra Patrona.
¡Oh Virgen fiel!, haz de mí un auténtico discípulo e imitador de tu Hijo, la Sabiduría Encarnada. Contigo, Madre y modelo de mi vida, llegaré a la perfecta madurez de Jesucristo en la tierra y a la gloria del cielo. Amén
¡Totus Tuus!
Comunidad del Seminario diocesano de Jaén
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