Componentes de un grupo flamenco, optaron por trabajar durante días en Paiporto como voluntarios. Ya preparan un festival para Navidad
Kike, Antonio, Marcelino, Pedro, Alberto y Álvaro son seis jóvenes de Priego de Córdoba y un salmantino de entre 26 y 29 años. Han vuelto de Valencia tras tres días dedicados a intentar ayudar a la población devastada por la Dana a recuperar lentamente la normalidad, que se sospecha todavía inalcanzable. Aun así han podido comprobar la hospitalidad de un pueblo herido por la tragedia que “te muestra una sonrisa cuando saben que hemos venido para ayudar”.
Tienen varios amigos militares que “sienten las cosas de cerca”. Sus propias descripciones de las consecuencias del terrible temporal movieron sus consciencias y alumbraron una decisión: organizarían un concierto de “flamenquito” en Priego para recaudar dinero y enseres y lo enviarán a Valencia.
La actuación el pasado 8 de noviembre fue un éxito por la colaboración de los prieguenses y asumieron entonces que ellos serían también los trasportistas. Se fueron para Valencia en coche para dejar lo recaudado y trabajar en la retirada de lodo y barro. Al llegar, comprobaron una realidad que supera con creces lo que percibimos a través de los medios de comunicación. Por eso al llegar, decidieron quedarse tres días en Paiporta porque “ayudar como sea” se convirtió en un objetivo compartido con otros miles de jóvenes.
Entregando lo que les han dado
Puerta a puerta han pasado preguntando por cada necesidad, por cada urgencia en medio de un ambiente caótico donde el voluntariado de jóvenes como ellos llegados de toda España son la luz que ahora falta. A la entrega de lo material se sumó la necesidad de ayudar, de ofrecer lo recolectado y horas de trabajo para intentar llevar un poco de normalidad a la zona devastada, “la gente cuando ve la realidad se presta, porque aquello es brutal; te sale solo ayudar no sólo mandar cosas”, explica Kike.
La descripción de lo vivido es “una película de guerra, con kilómetros de calles devastadas, coches amontonados, parques con columpios destrozados, árboles en el suelo”, Kike y sus amigos no encuentran más palabras y añaden a esa descripción un paisaje desolador donde hay lodo hasta la rodilla en algunos sitios y personas que no dejan de limpiar. En Paiporta, las primeras plantas de pisos están sin puertas ni ventanas, “una locura”, expresa con una mezcla de impotencia porque “parece que nunca estuvo urbanizado, solo tierra y barro”.
Los vecinos damnificados abren su casa dañada a quienes saben que van a prestar ayuda y también entre voluntarios jóvenes el clima de colaboración les sigue emocionando, porque también ellos han podido llegar a la puerta de personas con muchas necesidades y han comprobado cómo todos reconocen la necesidad de ayudar: “nos veían con los 4×4 y se abrían camino”. La urgencia es remolcar coches y sacar escombros.
Un nuevo festival en Navidad para volver a Valencia
Los jóvenes prieguenses se han visto obligados a regresar para atender sus obligaciones laborales, pero volverán en enero. El día 4 del nuevo año regresarán, esta vez para repartir entre los damnificados lo recaudado en el festival de Navidad que ya preparan. Será un regalo anticipado de Reyes Magos. Como los magos de Oriente, seguirán la estrella del amor al prójimo en forma de brazos jóvenes dispuestos a trabajar. Y a abrazar al hermano que sufre.
La entrada Jóvenes de Priego viajan a Valencia para entregar lo recaudado en su concierto apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis