Restaurada la capilla de San José y el segundo machón de la galería oriental del Patio de los Naranjos

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El importe de ambas obras, íntegramente costeadas por el Cabildo Catedral, asciende a la suma de 176.500 euros

El Cabildo Catedral presentó el martes, 29 de octubre, las restauraciones de la capilla de San José y del segundo machón de la galería nororiental del Patio de los Naranjos, dos intervenciones que resaltan la importancia de la conservación del patrimonio en la Mezquita-Catedral de Córdoba.

El canónigo obrero del Cabildo Catedral, Pedro Soldado, inició el acto de presentación de agradeciendo la asistencia de los presentes y destacando el compromiso y dedicación del equipo de restauración y mantenimiento. Soldado subrayó que, en esta ocasión, el Cabildo ha asumido el coste íntegro de la restauración, que ha alcanzado los 176.500 euros, y añadió que “estos esfuerzos reflejan el compromiso de la institución capitular con el patrimonio”, afirmando que “la riqueza patrimonial de la Mezquita-Catedral es inmensa y que su conservación beneficia tanto a Córdoba como a sus visitantes”.

Durante una visita periódica del equipo técnico de conservación y mantenimiento del Cabildo, se detectó en la capilla de San José una humedad en la zona inferior del retablo correspondiente al lateral derecho de la hornacina que porta las esculturas de Jesús atado a la columna y San Pedro. Inmediatamente se instaló un andamio con el fin de localizar el foco de la afección y posibles daños estructurales, determinándose el desmontaje del retablo para el obligado estudio del estado de conservación mediante reconocimiento táctil y catas en los revestimientos. Además, se cursó la pertinente solicitud a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, pues se observaban daños estructurales importantes como grietas y abofamientos en los revestimientos murarios y ataque de xilófagos.

El arquitecto Francisco S. Rebollo se encargó de dar detalle de los procedimientos aplicados en la capilla de San José, indicando que la intervención ha incluido la impermeabilización con morteros de cal y la instalación de un vidrio detrás de la celosía de mármol para evitar la entrada de agua y mejorar la ventilación. Rebollo esplicó que, a pesar de las modificaciones, “no se han efectuado cambios en el sistema constructivo ni en la estructura existente”.

Por su parte, la restauradora Anabel Barrena explicó el minucioso trabajo en el retablo de San José, una obra anónima del siglo XVIII con daños estructurales causados por insectos xilófagos y alta humedad. Según Barrena, la intervención ha incluido una limpieza profunda, tratamiento antixilófagos, y consolidación de las piezas dañadas, utilizando madera de pino similar a la original. También se ha efectuado un minucioso proceso de reintegración cromática para devolver el retablo a su aspecto original.

Igualmente, en este día se dio a conocer la intervención sobre el segundo machón de la Galería Oriental del Patio de los Naranjos, la segunda fase de un proyecto de restauración de toda la fachada. Este machón, al igual que el primero, presentaba un deterioro avanzado debido a la humedad y el paso del tiempo. Los trabajos se han centrado en la limpieza y consolidación de las piedras en mejor estado y la sustitución de los sillares más dañados.

Descripción de la capilla

La capilla de San José se encuentra adosada al muro oriental del templo, en la ampliación de Almanzor, junto a la puerta del mismo nombre y presidida por un retablo de medianas dimensiones. Se encuentra dividido en 3 niveles y una única calle, siendo el nivel 3 el ático que corona el retablo. En él se representa a Cristo atado a la columna con San Pedro a su izquierda, ambos enmarcados por una hornacina flanqueada por columnas salomónicas y volutas con angelitos, en el ático también se observa un pequeño lienzo en el que aparece representado San Antonio con el Niño Jesús de autor anónimo.

El conjunto se presenta como una rica estructura decorativa de madera con tallas, dorada y policromada. Al volumen que le ofrecen las columnas salomónicas y un arco de medio punto, se alternan elementos propios del altar barroco. El cuerpo del retablo presenta dos columnas, de fuste decorado con hojas y frutos de vid, y capiteles corintios coronados con entablamento clásico. Los elementos ornamentales en relieve, siguiendo la tradición estilística del decorado del retablo, están adornados con pan de oro sobre fondo rojizo realizado mediante la técnica del falso mármol. En la hornacina, enmarcada por un arco de medio punto, se aprecian dos tallas de madera policromada que adornan la escena central del retablo.

La imagen central está formada por una representación de Jesucristo atado a la columna. Este tema iconográfico alude a una escena evangélica del ciclo de la Pasión que es representada con mucha frecuencia en el arte cristiano. La columna no lleva las argollas y Jesús se encuentra atado a ella, esperando a ser sometido a la flagelación y la coronación de espinas. La postura arrodillada de San Pedro sugiere su arrepentimiento.

Con respecto al ático se observa un marco para lienzo flanqueado por dos roleos de hojarasca. El lienzo, de pequeño tamaño, es una pintura al óleo sobre soporte de lino de trama fina. Esta pintura evoca otra imagen, casi en contraposición al tema del grupo escultórico. La escena produce un sentimiento de ternura que emana de la representación de San José con el Niño Jesús entre sus brazos. El Niño lleva unas azucenas en las manos, símbolo de pureza y castidad.

La obra de arquitectura debió quedar sujeta a la dirección de Hernán Ruiz I, maestro mayor que entonces se encontraba dirigiendo la obra de crucero.

Historia de la capilla

Fue fundada por Beatriz e Inés Fernández y Urraca Alfonso, hijas de Fernán Ruiz de Biedma y de Constanza Alfonso, según consta en sus testamentos otorgados en 1349. Todavía a mitad del siglo XVI se recordaba esta primera fundación. Su solar ocupa un intercolumnio y está ubicado entre el paso a la puerta de San José, cerrada desde 1901, y la capilla de Nuestra Señora de la Concepción.

En 9 de diciembre de 1524 hay una segunda fundación cuando el Cabildo hace donación de su recinto al canónigo Alonso Sánchez de Ávila. Queda constancia de la conclusión de la obra y de la colocación de la reja de esta capilla según acta capitular de 9 de diciembre de 1527. Sin duda, por razón de su estilo y de la administración de la Catedral en ese momento, la obra de arquitectura debió quedar sujeta a la dirección de Hernán Ruiz I, maestro mayor que entonces se encontraba dirigiendo la obra del crucero.

Retablo de San José con el Niño Jesús

Se desconoce quién pudo ser el autor del pequeño retablo en madera que preside la capilla anteriormente descrita, aunque por sus características formales pudo ser realizado entorno al 1715-1720. El lienzo del titular, San José con el Niño Jesús, fue colocado en fecha posterior que el resto de las imágenes. En la predela durante el proceso de restauración, se descubrió en la esquina superior derecha del ornamento central una inscripción que hace referencia a un traslado del retablo en 1906 casi ilegible.

El retablo de San José mostraba un estado de conservación degradado. A nivel estructural el soporte estaba agredido por insectos xilófagos, provocando daños en el sistema de anclaje entre las piezas que constituyen el conjunto. Las más destacables se hallaban en el ático, la hornacina y la predela. Estos daños de los estratos inferiores habían derivado en alteraciones del estrato pictórico, lo que había supuesto su pérdida en múltiples zonas. Por otro lado, la acumulación de polvo, la oxidación del barniz y el alto porcentaje de humedad dieron lugar a una imagen desvirtuada, con lagunas en el oro y la policromía.

En un primer análisis, las dos imágenes centrales del retablo “San Pedro” y “Cristo atado a la columna”, no presentaban alteraciones visibles en el soporte, sin embargo, la policromía era claramente un repinte que no establecía relación con la talla y época de creación, falseando la imagen y su simbolismo. Por su parte, la pintura de caballete del ático “San José con el niño”, también tenía numerosas alteraciones tanto estructurales como en el estrato pictórico. Así, examinados los daños que afectaban a la obra se presentó el proyecto para su restauración y una vez aprobado por la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, se iniciaron los trabajos. En líneas generales, los tratamientos efectuados sobre el retablo de San José, se han enfocado en la recuperación de la obra con criterios conservativos, aplicando métodos específicos para cada una de las fases de actuación.

La primera operación consistió en la protección de la policromía descohesionada para proceder a su desmontaje, pues la pérdida de anclaje estructural y la humedad del reverso, hacían peligrar la estabilidad de la obra. Una vez traslado al taller de restauración, re realizó una limpieza de la suciedad superficial mediante aspirado y brocha suave. A continuación, se llevó a cabo un tratamiento antixilófagos como medida de prevención.

La intención global del proyecto ha sido consolidar, limpiar y reintegrar todos los elementos arquitectónicos y decorativos, permitiendo devolver a esta gran obra su carácter original.

El importe de la restauración del retablo y capilla de San José ha ascendido a 78.500 euros, costeados íntegramente por la institución capitular.

Segundo machón del Patio de los Naranjos de la galería noroeste

El material predominante en la construcción de esta pieza es una piedra sedimentaria de naturaleza carbonatada que posee una porosidad variable según la piedra que se trate y de granulometría identificable a simple vista. Esta característica la hace muy susceptible a los factores medio-ambientales. Presentaba como patologías la arenización de la piedra, que consiste en la pérdida de su cemento natural, además de un evidente desplacado y la disgregación del sustrato, que es el resultado de fenómenos de exfoliación paralelos a la superficie de la piedra. Patologías provocadas por una acción sinérgica del agua, viento y temperatura.

Del mismo modo, se detectó presencia puntual de microorganismos tales como líquenes sobre los morteros de intervención, cementos y zonas puntuales de piedra original cuya presencia produce la consiguiente degradación del material sobre el cual se desarrollan sus rizomas y raíces. También hay que mencionar la ausencia de mortero en juntas, que se localiza especialmente en aquellas zonas inferiores de los muros. Dicha situación favorece la meteorización de los cantos perimetrales de los mampuestos al estar más expuestos a la intemperie, así como para la acumulación de depósitos de suciedad y biológicos. El aumento en la falta de mortero genera el despiece progresivo del muro y un futuro riesgo de colapso.

Por todo ello, detectadas las patologías, se procedió a la limpieza superficial para retirada de elementos ajenos y eliminación de cementos, consolidando acto seguido el material pétreo con tratamiento biocida. Se reintegró volumétricamente con mortero de cal y se le aplicó protección.

El importe de la restauración de este segundo machón ha ascendido a la suma de 98.000 euros, igualmente asumidos por el Cabildo Catedral.





























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