En este día en el que la Iglesia recuerda a San Mateo apóstol, Fernando Ruano ha recibido la ordenación diaconal de manos del Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, en la que se ha convertido en su primera ordenación como Prelado a un diácono aspirante al sacerdocio, como Obispo de Jaén. Junto con el presbiterio diocesano, el Obispo emérito, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha querido compartir con su Diócesis este momento de Júbilo de esta Iglesia particular.
Fernando Ruano, natural de Arjonilla y de 28 años ha estado acompañado por miembros de su comunidad parroquial, la de Nuestra Señora de la Encarnación, así como su familia, amigos y compañeros del Seminario. La ceremonia ha sido solemnizada por el Coro y Orquesta MusicAlma.
Las lecturas han estado participadas por un amigo de Fernando, su compañero de Seminario, Salvador Ruiz y por una feligresa de su parroquia natal. Al finalizar la proclamación del Evangelio, a cargo del diácono permanente, D. Andrés Borrego, el seminarista se ha puesto en pie, a petición del Secretario Canciller, para que el Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz confirmara, ante el Obispo, que el joven arjonillero es apto para recibir el ministerio del diaconado.
Homilía
El Obispo Don Sebastián ha comenzado sus palabras saludando al Obispo emérito, al Cabildo Catedral, al presbiterio y a los fieles, en particular a los de la parroquia de Arjonilla, para, inmediatamente dirigirse a los padres del seminarista que iba a ser ordenado con una sentida intervención: “Permitidme que salude de una manera especial a los padres de Fernando, Maricarmen y Fernando. Somos conscientes de que este es un momento de gran emoción y orgullo para vosotros. Habéis acompañado a vuestro hijo desde su nacimiento. Al ofrecerle al Señor lo más valioso para vosotros, habéis dado un ejemplo profundo de entrega y confianza en la voluntad de Dios. Os felicito y os agradezco la gran generosidad de vuestro corazón, que el Señor os la recompense con abundantes bendiciones”.
Después, se ha dirigido a Fernando para decirle, “Fernando, hoy te unes a Cristo en un modo profundo y especial. La vocación diaconal te invita a configurarte con Él, el Siervo de los siervos, quien nos mostró el camino del servicio, la entrega y el sacrificio. A través de tu ministerio, vas a vivir tres compromisos esenciales: el celibato, la obediencia y la oración”.
Don Sebastián ha ido desgranando cada una de las promesas con las que se acaba de comprometer, para explicar al neodiácono y al pueblo fiel, lo que suponen cada una de ellas.
Respecto al celibato, el pastor diocesano le ha dicho: “El celibato que prometes hoy es un testimonio de amor radical y exclusivo a Cristo. Al renunciar al matrimonio, eliges amar de manera plena y desinteresada a Dios y a la comunidad que Él te encomienda”. Respecto a la obediencia le ha animado a verla siempre como don y nunca como imposición. En este sentido, Don Sebastián ha afirmado: “Esta obediencia no es una carga, sino un camino de libertad. A través de la obediencia, te pones al servicio de la Iglesia con total disponibilidad, dejando que el Señor guíe tu vida y tus decisiones a través de sus pastores”.
La oración, piedra angular de su vida interior: “Que tu vida de oración sea continua y ferviente, iluminada por el Espíritu Santo, quien te sostendrá en los momentos de alegría y en los momentos de dificultad”, ha expresado el Prelado.
La liturgia, la caridad y la palabra también han sido recomendadas por el Obispo como herramientas claves no solo para su servicio diaconal, sino para su futura vida como sacerdote.
Don Sebastián, con el amor entrañable de padre, ha querido expresar a Fernando, “Querido Fernando, Dios te ha buscado durante toda tu vida. Has reconocido esa llamada secreta que el Espíritu Santo te hizo, para responder al plan que Dios pensó para ti cuando pensó en ti y has respondido con todo el entusiasmo de tu corazón. ¡FELICIDADES! No temas por los deberes y las incógnitas del futuro. No temas que te falten las fuerzas o las palabras o incluso que te rechacen. Jesús, el Señor, vive entre nosotros y de modo invisible nos sostiene, y no nos abandona”.
El Obispo ha querido dirigirse, también a los jóvenes presentes para que se pregunten el para qué de su vida: “Queridos jóvenes, este momento no solo es significativo para Fernando, sino también para cada uno de vosotros que estáis aquí presentes. Es una invitación directa a reflexionar sobre vuestra propia vida y el plan que Dios tiene para cada uno de vosotros. Dios sigue llamando hoy a la vida sacerdotal. No tengáis miedo de preguntarle a Dios cuál es su plan para vosotros. Tal vez, entre los que estáis aquí hoy, Dios está llamando a alguien más a seguir este camino sacerdotal o de la vida consagrada”.
Para finalizar su intervención poniendo bajo el manto amoroso de la Virgen de la Cabeza, patrona de la Diócesis, su ministerio diaconal.
Rito de la ordenación
Al término de la homilía ha dado comienzo el rito propio de la ordenación diaconal con las promesas del aspirante ante el Obispo. A continuación, Fernando Ruano se ha postrado de rodillas ante el Prelado para prometer respeto y obediencia, hacia él y sus sucesores.
La oración hecha signo: mientras Fernando se ha postrado en el presbiterio ante el altar, mientras el pueblo fiel congregado en la Catedral de Jaén, ha ido respondiendo a las letanías de los santos, que han sido entonadas por el seminarista Daniel Cano para pedir la intercesión ante el Señor este nuevo diácono de la Iglesia y por su nuevo ministerio.
El momento de mayor recogimiento y emoción contenida de la ordenación se ha producido cuando el Obispo ha impuesto sus manos sobre la cabeza del seminarista, ya que, bajo la acción del Espíritu Santo, es en este mismo instante en el que queda marcado por signo indeleble de la ordenación.
Otro de los signos de esta ordenación es ser revestido con la dalmática y la estola. En esta ocasión, la estola no va sobre el cuello, sino que atraviesa en diagonal el cuerpo del diácono como símbolo de sacrificio y generosidad en el servicio de la comunidad cristiana. Han revestido al seminarista, el Vicario de Jaén y Mágina, y que fuera profesor de Religión del Seminarista cuando éste era estudiante, D. Jesús Millán, así como el sacerdote y profesor del Seminario, D. Antonio Robles Gómez, para ya como diácono tomar, de las manos del Prelado el Evangeliario, signo del ministerio que acababan de recibir. El penúltimo eslabón en una cadena de dones que los configura con Cristo, Buen Pastor, en su camino hacia el sacerdocio.
Las ofrendas han sido presentadas ante el Obispo por los padres del diácono ordenado.
Ya como diácono, Fernando Ruano se ha encargado del servicio del altar, ha anunciado el momento de la paz y ha despedido al pueblo. En el momento de la comunión los familiares del diácono la han recibido de sus manos.
La solemne celebración eucarística ha concluido con la solemne bendición del Prelado del Santo Reino, para después todos juntos hacerse una foto de familia.
A partir de ahora, Fernando será enviado como diácono a las parroquias de Bailén, como primer destino pastoral, mientras, a la vez, amplía sus estudios de Teología en Granada.
La Iglesia diocesana de Jaén da gracias a Dios por la vida de este hombre, que llamado por Jesús, atendió su petición de ser “pescador de hombres”.
Galería fotográfica: «Ordenación diaconal Fernando Ruano Segado»
The post Fernando Ruano Segado es ya diácono de la Iglesia de Jaén en su destino hacia el sacerdocio first appeared on Diócesis de Jaén.