Con esta procesión, la Hermandad del Santísimo, de Huéscar, culmina las celebraciones del Corpus Christi, que viene organizando desde hace casi 500 años
El pasado fin de semana, Huéscar ha vuelto a vivir unas jornadas cargadas de raigambre y religiosidad en sus calles con la conocida “Misa de las Espigas”, enmarcada dentro de las acciones pastorales que la Hermandad del Santísimo tiene en la Octava del Corpus. Esta Eucaristía consigue cada año avivar la religiosidad de los fieles oscenses que, con su presencia y su trabajo, han conseguido darle la solemnidad y el esplendor de sus primeros momentos. Unos momentos que se remontan al 23 de julio del 1544, cuando se fundaba en esta parroquia la Hermandad del Santísimo Sacramento. Se constituyó siguiendo las indicaciones de la bula promulgada por el pontífice Paulo III, el Papa que convocó el Concilio de Trento.
Desde entonces, la misión para la cual fue fundada dicha hermandad sigue conservando su mismo espíritu, que no es otro que “acrecentar, aumentar y mejorar el culto y el servicio divino como a tan alto Sacramento se requiere…”.
Fiel a la tradición, la hermandad ha llevado a cabo la “Procesión de las Espigas,” que se celebra una semana después de la fiesta del Corpus Christi. Este año ha tenido lugar en la mañana del domingo 9 de junio, aunque, en verdad, los actos han tenido sus prolegómenos en la misma noche del sábado, en la que los vecinos se han ocupado de engalanar con mucho gusto las calles por donde iba a pasar Jesús Sacramentado, y de preparar el altar donde se ha celebrado la Santa Misa.
El recorrido procesional se cubrió de plantas olorosas (hierbabuena, romero, tomillo, palma rizada). Y no solo se adorna el lugar de la celebración, sino que también se engalanan calles y se visten altares, sacando todo lo que los vecinos tienen en sus casas, aportando colorido y buen olor por la gran cantidad de hierbas aromáticas que esparcen. Con mucho gusto, los vecinos han hecho posible que, una vez más, Jesús Sacramente haya sido por siempre bendito y alabado.
De todos es sabido que el día del Corpus es uno de los días que con más luz propia brilla en Huéscar. Es en este día cuando la Hermandad del Santísimo tiene su cabildo general de hermanos, en el que se rinden cuentas, se elige al nuevo tesorero y se renueva el censo de la hermandad.
A las siete de la tarde comenzaban las solemnes vísperas que, hasta el jueves de la octava del corpus, se han cantado en latín, finalizando con una procesión claustral por el interior del templo. El día principal de las vísperas fue el jueves 6 de junio, cuando, al finalizar el rezo de vísperas, Jesús Sacramentado, en la breve, pero majestuosa y solemne procesión, salía de nuevo alrededor de la parroquia. No podían faltar los altares, ni los villancicos, las hierbas aromáticas y los pétalos que caían de los distintos balcones, incluso desde las cúpulas de la iglesia de Santa María.
No me queda más que agradecer todo el bien que desinteresadamente se hace cada año para dar culto al Santísimo Sacramento.
José Antonio Martínez
Párroco de Huéscar