exto íntegro del mensaje de Navidad del Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez.
Felicitación Navidad a la Diócesis de Jaén 2023
Queridos diocesanos, queridos jiennenses,
Caminamos siguiendo una estrella. Esa que se detendrá, en unos días, sobre un pobre pesebre en el que, envuelto en pañales, está la Luz del mundo.
Inmersos en el tiempo del Adviento, con actitud de preparación, de cambio, de ilusión por lo que está por acontecer, queremos echar hoy una mirada hacia atrás para contemplar este año que está a punto de concluir y poner a los pies del Niño Dios el próximo 2024 como nuestra mejor ofrenda.
Nuestra Diócesis, este 2023 ha tenido un rostro joven. La JMJ que vivimos en Lisboa, el pasado verano, impregnó todo el curso de aroma juvenil. Jóvenes con ganas de cambio, con muchas ilusiones, con sueños por cumplir y con la necesidad de cambiar el mundo y la sociedad en la que viven. Muchos de ellos han descubierto que cuentan para ello con el mejor aliado, con Jesús. Algunos ya le conocían de antes, para muchos ha llegado por primera vez a sus vidas y lo ha hecho para quedarse en ellas para siempre.
Este año también, en lo personal, he conocido de una forma profunda y directa a muchos jiennenses, gracias a la visita pastoral que daba comienzo en febrero. Los arciprestazgos de Alcalá la Real y el de la Sierra de Segura me han hecho enamorarme, aún más si cabe, de esta tierra a la que el Santo Padre me envió hace poco más de dos años.
La Visita Pastoral está siendo mucho más que una visita. Se ha convertido en un encuentro personal con niños, jóvenes, adultos, ancianos, que viven en esta tierra y que, con sus circunstancias, sus problemas, sus alegrías… en definitiva, con su vivir de cada día, quieren hacer de la nuestra, de Jaén, un lugar mejor y más fraterno. Realidades diversas y enriquecedoras de jiennenses, muchos de ellos, arraigados en la fe, que caminan con esperanza.
Y es que es tiempo de ESPERANZA con mayúsculas. El que está por nacer llega a nuestras vidas para transformar nuestro futuro a corto y a largo plazo. Y esa alegría que nos llena el corazón de gozo no podemos quedárnosla para nosotros, debemos salir a anunciarla.
El Adviento es tiempo de preparación, y la Navidad es tiempo de anuncio. Tiempo de salir a las calles para gritar que ha llegado la salvación a nuestras vidas. Dios se hace hombre y nace para ofrecernos la VIDA verdadera. Y ese mensaje debemos anunciarlo, y es nuestro propósito como Iglesia durante este curso. Hacer de nuestra VERDAD, la esperanza de tantos que caminan sumidos en un mundo gris y sin un horizonte al que dirigirse.
Permitidme que os recuerde que hace 2023 años un nacimiento cambió el curso del mundo. Ocurrió en Belén, una tierra que hoy vemos devastada por el horror de la guerra. Basta mirar cualquier informativo para que se nos encoja el corazón ante tanta barbarie. Son muchas las personas que en este conflicto palestino israelí han perdido la vida. Muchos niños a los que se les ha privado de vivir. Muchos muertos debajo de los escombros, mucho odio, mucho rencor. Hoy, mi corazón está con ellos: con los habitantes de esa tierra, Tierra Santa, donde quiso nacer el Hijo de Dios y que veinte siglos después no hallan la paz. Al Príncipe de la Paz le ruego, y os pido que os unáis en oración conmigo, para que allí, y en tantos lugares del mundo, cese la violencia y llegue la Esperanza y la Paz.
También quiero, en este mensaje de Navidad, tener presentes a los que sufren cerca de nosotros. A vosotros me dirijo especialmente: a los que pasáis necesidad. A los que lucháis contra una enfermedad, a los que sufrís de soledad. Quiero llevaros a todos hasta el pobre portal para que sea el Niño Dios el que colme vuestro corazón de amor y sane vuestras heridas.
Tened esperanza. Esperanza en el presente y en el futuro. Miremos con ojos llenos de ilusión el año que está por llegar. Que el 2024 sea para todos los jiennenses un año cargado de trabajo y de nuevas oportunidades, repleto de salud y de paz.
Que sea María, la mujer valiente de Nazaret, el espejo en el que reflejarnos; el consuelo en los momentos de tribulación; la madre amorosa en los días tristes y sobre todo, la que cada día nos acerque más a su bendito Hijo, nuestro Señor.
Os deseo una feliz navidad y un 2024 colmado de paz y de buenos momentos que compartir con la familia y la gente a la que queréis. Que el Anuncio de los pastores sea para nosotros un impulso diario, para que como ellos hicieron, digamos a todos los que nos rodean: “No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. FELIZ NAVIDAD