En el Video del Papa con la intención de oración para septiembre 2023, difundido hoy por la Red Mundial de Oración del Papa, Francisco invita a contraponer la “cultura del descarte” a la “cultura de la acogida” y a rezar “para que las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones de vida infrahumanas, no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas”.
[embedded content]
“Una persona sin techo, que muere en la calle, nunca va a aparecer en la primera página de los buscadores de internet o de los noticieros”: comienza con esta constatación el Video del Papa del mes de septiembre hecho público hoy a través de la Red Mundial de Oración del Papa, en el que Francisco pide rezar “por las personas que viven al margen” de la sociedad.
“¿Cómo hemos podido llegar a este nivel de indiferencia?” se pregunta el Papa en el video, mientras corren imágenes de personas sin hogar -solos o en pequeños grupos, a veces casi pisoteados por los transeúntes- en las aceras de Canadá, Estados Unidos, Camerún e India; niños de la calle que pasan el día lavando los cristales de los coches parados en los semáforos de San Salvador; personas con diversas discapacidades en España, Filipinas y Centroamérica; chabolas cerca de los rascacielos en Vancouver, edificios de Buenos Aires y Río de Janeiro.
Contraponer la “cultura del descarte” a la “cultura de la acogida”
“¿Cómo dejamos que la ‘cultura del descarte’, en la que millones de hombres y mujeres no valen nada frente a los beneficios económicos, domine nuestras vidas, nuestras ciudades, nuestro modo de vivir?”, continúa preguntándose el Santo Padre y con tristeza asegura: “Se nos va a endurecer el cuello de tanto mirar al otro lado para no ver esta situación”. El Pontífice insta a dejar de “hacer invisibles a los que están al margen de la sociedad, ya sea por motivos de pobreza, dependencias, enfermedades psíquicas o minusvalías”. Y da una indicación:
“Centrémonos en la acogida. En acoger a todas las personas que lo necesitan. La ‘cultura de la acogida’, de recibir, de dar techo, de dar hogar, de dar amor, de dar calidez humana”
Finalmente, invita a todos los creyentes que a orar “para que las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones de vida infrahumanas, no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas”.
ONU: 10% de la población mundial vive en extrema pobreza
Según las Naciones Unidas, más de 700 millones de personas, el 10% de la población mundial, vive en situación de extrema pobreza, con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso a agua y saneamiento. La propia ONU añade que alrededor de 1.600 millones de personas viven en condiciones de vivienda inadecuadas, y que los países más industrializados no son una excepción. Informes de la Organización Mundial de la Salud revelan, asimismo, que una de cada ocho personas en el mundo convive con un “trastorno mental”, mientras que el 16% de la población mundial experimenta una “discapacidad significativa”.
Acoger es más que ayudar
“La oración saca a la luz lo que está oculto en el corazón. Por eso, los que viven en los márgenes, como invisibles, deben encontrar espacio en nuestra oración, están en el corazón de la Iglesia: un corazón de carne y no de piedra. Un corazón de piedra descarta, un corazón de carne acoge”, afirma el Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, a propósito del video del Santo Padre para el mes de septiembre y añade: “El Papa Francisco conoce el poder educativo de la oración y a través de él nos invita a desarrollar una cultura de la acogida. “Acoger es más que ayudar – subraya – es poner al otro a nuestro nivel, redescubrir a una hermana o a un hermano que habíamos perdido. En la oración nos convertimos en miembros de un solo Cuerpo”.
La oración transforma el corazón
Por su parte, el Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, se pregunta “cómo es posible dar una solución tangible a los millones de descartados que a menudo sólo encuentran indiferencia, o incluso fastidio, como respuesta” y destaca que el Papa invita a un “enfoque diferente” de la pobreza y la exclusión. “Esto supone rezar – observa – pues la oración transforma nuestro corazón, cambia nuestra mirada y nos abre a los demás, en particular a los más vulnerables”.