Fiesta litúrgica de la Virgen de la Canelaria.
Los actos de este 2 de febrero congregaron a numerosos fieles en torno a la Patrona de Canarias. Según informa el Consistorio, en estos días se han acercado hasta la Villa Mariana unas 13.000 personas
El día principal de las fiestas de la Virgen de Candelaria comenzó con la Procesión Cívica con el traslado del escudo de La Villa hasta la Basílica de Candelaria, acto presidido por el alcalde de la Villa, José Gumersindo García Trujillo, acompañado por la Corporación Local.
El Obispo Nivariense presidía posteriormente la Eucaristía la Basílica. Entre las autoridades presentes estaba el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, el presidente del Cabildo Insular, Carlos Alonso, el subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz, así como varios alcaldes de la Isla. La representación militar estuvo encabezada por Juan Martín Villalón, Teniente General del Mando de Canarias.
Bernardo Álvarez señaló en la homilía que esta es la fiesta del «encuentro»: «Vamos caminando al encuentro del Señor»- dijo-. Encuentro de Dios con su pueblo. Encuentro entre jóvenes (María y José) y ancianos (Simeón y Ana), expuso citando al Papa.
«Ir al encuentro del Señor, es una síntesis del día a día de la vida cristiana que se concreta significativamente cuando en días como hoy, peregrinamos, por todos los caminos, hasta aquí, la Basílica de la Virgen María Ntra. Sra. de Candelaria» – prosiguió.
Es necesario abrir las compuertas de nuestro corazón para que pueda entrar Jesús. «Abrir compuertas es quitar obstáculos, sobre todo el obstáculo del pecado, para que pueda entrar Cristo e iluminarnos con su palabra y con la fuerza de su gracia salvadora».
«En la fiesta de hoy, celebramos lo que representa esta imagen de la Virgen María, en su advocación de Candelaria: al presentar María a Jesús en el templo, nos muestra a Jesús como ‘luz del mundo’ y el Salvador. De ahí, el niño y la ‘candela encendida’ en manos de María – explicó.
Para Álvarez, María está comprometida con nosotros. Nos acompaña siempre en el camino de nuestra vida, para que guardemos los mandamientos de Dios y nos mantengamos fieles en el seguimiento de Jesús.
En otro momento de la homilía el obispo recordó la exhortación apostólica del Papa Francisco que presenta –señaló- una magnífica semblanza de lo que la Virgen María significa en la vida cristiana. Así citó al obispo de Roma al señalar que María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura; la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza; la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas; la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia; es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno.
Por último, el prelado nivariense señaló que «le pedimos a María que nos ayude a seguir siempre caminando al encuentro del Señor, que nos ayude a unirnos a Cristo de todo corazón, para poder ser también nosotros, por él, con él y en él, luz del mundo».
