El párroco de la Santísima Trinidad de Málaga, José Ruiz Córdoba, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo, XXIII del Tiempo Ordinario, 4 de septiembre de 2022.
El amor prioriza
El evangelio de este domingo comienza diciendo que “mucha gente acompañaba a Jesús”. Pero, a juzgar por su respuesta, Él prioriza otras cuestiones a la cantidad. Porque eso de ser “discípulos” no es cuestión de inercias, sino de opciones personales pensadas y discernidas que permitan “posponerse” hasta a sí mismo. Y este planteamiento evangélico nos parece inhumano, tan radical que nos provoca rechazo. Pero si cuestiones parecidas encontráramos en otros órdenes de la vida, lo mismo no es tan “raro” lo que nos dice el evangelio. Pongamos un ejemplo. Cuando contemplo a los buenos padres y a las buenas madres, observo que siguen al pie de la letra el texto bíblico. Ellos, por su hijo o hija queridos, posponen lo que haga falta, renuncian a lo que fuera necesario. Y lo hacen con tanto sacrificio como naturalidad. Todo auténtico amor, todo verdadero vínculo te pone en la coyuntura de dar lo mejor de ti y de renunciar a realidades hermosas y legítimas pero que no son prioritarias.
El discípulo se encuentra con Jesús, pero antes de embarcarse en la aventura del seguimiento se sienta a calcular, a deliberar, a personalizar la respuesta, a discernir. Y cuando se decide a arriesgar, lo hace con la convicción de que muchas cosas pueden ser buenas pero que pudieran verse pospuestas por una opción que unifica, que configura y que organiza la vida. Que en ocasiones podrá apartarte de los tuyos; pero que normalmente te hará coger la cruz de la vida cotidiana, de la entrega ordinaria a los más cercanos.