El obispo de Córdoba presidió la misa en honor a María Auxiliadora en el colegio salesiano de la ciudad
La fiesta de María Auxiliadora fue un año más una de las citas más esperadas en la ciudad. El obispo de Córdoba acudió al encuentro con la familia salesiana en una jornada en la que la Virgen procesionó por las calles de la ciudad rodeada de alumnos salesianos, profesores y numerosos devotos.
“Cada 24 de mayo venimos a este Santuario del colegio para honrar a nuestra Madre, a María Auxiliadora”, aclamó el Obispo al comenzar su homilía ante un patio repleto de asistentes. “Cuando uno entra en un colegio salesiano, allí se tiene que rendir ante las plantas de María Auxiliadora porque todos, desde pequeños, se aprenden este nombre de María”, continuó el prelado.
Monseñor Demetrio Fernández recordó cómo la obra salesiana se ha extendido por el mundo entero bajo la protección de María Auxiliadora, porque “María nos libra de todos los peligros y de todos los males de nuestra vida, Ella nos protege siempre”. Asimismo, recordó que María “trae la alegría que viene del corazón, una alegría que no se termina nunca”. “El que se acerca a María Auxiliadora tiene la alegría de tener a Jesús, a Dios, la alegría de vivir en paz con Dios y en gracia con Él”, aseguró.
Seguidamente, se llevó a cabo la procesión de la Virgen acompañada por Don Bosco por las calles de la feligresía de San Lorenzo, una celebración que paralelamente se desarrolló también en Montilla con los alumnos del colegio salesiano.
Fotos: Salesianos Córdoba y Montilla.
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