La Visita ad Limina, “una experiencia de la catolicidad de la Iglesia”

Foto Servicio Fotográfico de la Santa Sede: Saludo entre el Papa Francisco y el Obispo de Huelva en la Audiencia del viernes, 21 de enero.

Entre los días 17 al 22 de enero los obispos de las provincias eclesiásticas de Sevilla, Granada y Mérida-Badajoz, entre los que se encuentra el obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra, han participado en la Visita ad Limina Apostolorum que el episcopado español está realizando desde finales de diciembre y durante este mes de enero.

La Visita ad Limina es la que todos los obispos católicos deben hacer, cada cinco años, a Roma. Comprende la peregrinación a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo como expresión de comunión eclesial, reuniones en diferentes dicasterios de la Curia romana y organismos vaticanos y el encuentro con el Papa como sucesor de San Pedro, para informar sobre la situación de la Iglesia en la diócesis que cada obispo tiene encomendada.

Justo este viernes, 28 de enero, cuando se cumple una semana de la audiencia de los obispos con el Papa Francisco, el obispo de Huelva, D. Santiago Gómez, valora estos días de encuentro como “una experiencia espiritual y de apertura de cada uno, desde su propia realidad diocesana, a la Iglesia universal”. En definitiva, ha señalado, “una experiencia de la catolicidad de la Iglesia”.

Foto: La visita ad limina se iniciaba el lunes, 17 de enero, con la Misa votiva de los obispos ante el altar de la tumba de San Pedro.

Lunes, 17 de enero

La visita ad limina se iniciaba el lunes, 17 de enero, con una Misa votiva ante el altar de la tumba de San Pedro. La mañana continuó con los encuentros de los obispos en el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Monseñor Rino Fisichella, prefecto para la Promoción de la Nueva Evangelización, habló a los obispos sobre el nuevo Directorio para la Catequesis elaborado por este dicasterio con el deseo de acercarse a la nueva cultura y a los nuevos lenguajes atendiendo siempre al centro de la evangelización: cómo comunicar la posibilidad de que las personas vivan un encuentro personal con Jesucristo vivo, que nos ama y nos perdona. Se trata de entender, pues, que la catequesis no está ordenada, primariamente, a la preparación para recibir un sacramento, sino a la conformación de la identidad cristiana de cada creyente que vive de esa experiencia de encuentro. En este sentido, Fisichella recordó a los obispos que lo más importante es la incorporación de los catecúmenos a la comunidad cristiana, a sus actos y a su vida.

Junto a esto, Mons. Fisichella habló de la importancia de la belleza, de la peregrinación a los santuarios como ámbitos para la experiencia de la Misericordia de Dios y de la cercanía a los pobres, como vías para la nueva evangelización. Finalmente, recordó la celebración del Año Santo de 2025 que se celebrará en toda la Iglesia Universal con el lema “Peregrinos de la esperanza”.

Foto: Encuentro en el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

Tras esta primera conversación, los obispos se trasladaron a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y la Sociedades de Vida Apostólica en la que fueron atendidos por el prefecto, el cardenal Joao Braz De Aviz, y el secretario, Mons. José Rodríguez Carballo, OFM. Durante el encuentro, el prefecto exhortó a los prelados a avanzar en la unidad y comunión entre la vida jerárquica y la carismática en la Iglesia, trabajando juntos en clave de sinodalidad. Para ello, pedía que en los seminarios en los que se forman los futuros sacerdotes exista una formación sobre la Vida Consagrada. A continuación, dialogaron con preocupación sobre la situación de los monasterios presentes en España y el descenso de vocaciones en estas comunidades.

La mañana continuó con la visita a la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el prefecto Card. Luis Francisco Ladaria, S.I., quien habló del grave delito de los abusos de menores como principal preocupación, mostrando su aprobación a los pasos que la Conferencia Episcopal y las diócesis españolas vienen dando en este sentido. El cardenal Ladaria recordó la necesidad doctrinal de volver a la centralidad de Cristo, una centralidad no teórica sino de relación y espiritual, por lo que refirió la declaración Dominus Iesus que la propia congregación publicó en el 2000, a la que hay que volver una y otra vez. También pidió seguir profundizando y enseñando la antropología cristiana que concibe a la persona creada por Dios en la complementariedad hombre-mujer y, del mismo modo, profundizar en la eclesiología del Cuerpo de Cristo, en la que los distintos miembros y dones no pueden negarse, sino complementarse.

La mañana concluyó con la visita al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, presidido por el cardenal Michael Czerny, S.I.. En la conversación, explicó el sentido del “desarrollo humano integral”, recordando la expresión de S. Pablo VI en Populorum Progressio, un desarrollo que abarca a todo el hombre y a todos los hombres (PP, 14). El cardenal Czerny habló de las tres relaciones esenciales de la existencia humana –con Dios, con el prójimo y con la Creación (LS, 66)– de lo que se desprende, en la actualidad: la necesidad de acoger, acompañar, promover e integrar a los inmigrantes; una ecología integral que debe trabajarse a nivel diocesano y parroquial según la pautas de la plataforma Laudato Si’; e integrar a los pobres, no desde un asistencialismo buenista, sino desde una verdadera acogida, escucha e integración.

Martes, 18 de enero

La segunda jornada de esta Visita ad Limina se inició con la celebración de la Santa Misa en la Basílica Pontificia de San Juan de Letrán, mientras que el día contempló las citas en las congregaciones para los Obispos, el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, así como la cita del Sínodo de los Obispos.

Foto: El Obispo, el vicario general, los vicarios episcopales territoriales y el secretario general y canciller de la Diócesis de Huelva participaron el martes, 18 de enero, en la Misa en la Basílica Pontificia de San Juan de Letrán.

Los obispos se desplazaron, en primer lugar, hasta la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en la que fueron recibidos por el prefecto, Card. Arthur Roche. En la conversación mantenida, el prefecto exhortó a emplearse más a fondo en la formación litúrgica de pastores y fieles laicos, insistiendo en el sentido espiritual de las celebraciones, en los sacramentos con verdadero encuentro con Dios y en la importancia del canto litúrgico, evitando elementos profanos o folkclóricos, sobre todo en la celebración del matrimonio.

En una segunda parte de la conversación, el cardenal Roche habló sobre los motu propios del Santo Padre Tradiciones Custodes y Antiquum ministerium. En cuanto al primero de ellos, aclaró que su primera finalidad es la búsqueda constante de la comunión eclesial e indicó en qué casos el obispo debe pedir autorización a la Congregación: para la celebración con el Misal Romano de 1962 en una iglesia parroquial; y para la concesión del uso de este misal a presbíteros ordenados después de la publicación del motu proprio, es decir, a partir del 16 de julio de 2021. Por su parte, sobre Antiquum ministerium, a través del cual se ha instituido el ministerio de los Catequistas, explicó que son las Conferencias Episcopales las que deben clarificar el perfil, el papel y las formas más coherentes para el ejercicio de este ministerio en su territorio, determinando programas adecuados de formación para los candidatos.

Finalmente, fueron abordadas algunas cuestiones particulares, como: el uso del Rito Hispano-Mozárabe, para el cuál se ha creado una congregación cuya competencia es cuidar los libros litúrgicos de esa tradición y la disciplina que los regula, incluidas las rúbricas y el arte al servicio de la liturgia, animando a conocer y utilizar este rito; el culto a los beatos, restringido a las diócesis de nacimiento, ejercicio del ministerio u actividad y muerte de estos; etc. El Prefecto concluyó pidiendo que las soluciones pastorales se apliquen tras una profunda reflexión teológica y en fidelidad a la enseñanza de la Iglesia, sin desviarse de la dirección dada por el Concilio Vaticano II.

Foto: Reunión en la Congregación de los Obispos.

La tarde del 18, los prelados visitaron la Congregación para los Obispos, atendidos por el cardenal Marc Oullet y su secretario Mons. Francesco Monterisi. Por su parte, el prefecto exhortó a la esperanza cristiana no está sostenida por la situación sociológica de la Iglesia, sino por la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”. A partir de este principio, habló de la sinodalidad como clave para vivir este contexto, poniendo en relación el sacerdocio ministerial con el sacerdocio común de los fieles, clave con la que se ha organizado un simposio para finales de febrero. Debemos despertar la conciencia entre los bautizados de que son discípulos-misioneros, de que ellos también son mediación de Dios para el mundo y de que la Iglesia entera es sacramental (L.G. 1), contiene un misterio para el mundo, argumentó.

Por su parte, el secretario del Dicasterio, refiriéndose a la piedad popular, animó a trabajar con las hermandades y cofradías no solo la animación de la liturgia, la formación y la caridad, sino también subrayar la dimensión de la misionalidad. Finalmente animó a tener parresía apostólica para anunciar el Evangelio en el mundo de hoy, retornando a la Persona de Jesucristo como centro de todo programa pastoral.

Seguidamente, los obispos conversaron con el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos, y los dos subsecretarios, el agustino Luis Marín de San Martín y la javeriana francesa Nathalie Becquart, que explicaron el sentido del término “sinodalidad” como desarrollo de la eclesiología del Pueblo de Dios expresada en el Concilio Vaticano II relativa al ser, al actuar y al estilo de la Iglesia. Este crecer en sinodalidad, exige informar mucho, formar a todos los niveles y acompañar y explicaron los diversos materiales que la web del Sínodo ofrece para todos.

En el diálogo, los responsables del Sínodo de los Obispos advirtieron sobre el riesgo de, por un lado, hablar mucho de comunión y participación y poco de la misión, y, por otro lado, creer que la sinodalidad se acaba cuando se acabe el sínodo. En este sentido, ser Iglesia sinodal es un estilo y un modo de proceder en el que crear comunidad y vivir la sinodalidad son dos dimensiones que se retroalimentan. Sin comunidad no hay ámbito para la sinodalidad, y sin sinodalidad no hay verdadera comunidad.

Miércoles, 19 de enero

La Basílica Pontificia de Santa María la Mayor acogía la Santa Misa con la que daba inicio la jornada del miércoles que llevaría a los obispos a la Congregación para el Clero y, por la tarde, al Dicasterio para la Comunicación. Por su parte, el vicario general, los vicarios episcopales territoriales y el secretario general y canciller de la diócesis onubense, que acompañaron al Obispo en este viaje, asistieron el miércoles a la Audiencia General del Papa Francisco.

Foto: Los obispos, en la Basílica Pontificia de Santa María la Mayor.

Foto: Los vicarios y el secretario general y canciller participaron el miércoles, 19 de enero, en la Audiencia General del Papa Francisco.

El encuentro de la mañana fue presidido por Mons. Lazzaro You Heung-sik, prefecto de la Congregación para el Clero, que estuvo acompañado del secretario, Mons. Andrés Gabriel Ferrara Moreira. El prefecto comenzó su intervención hablando de la alegría como señal de santidad y fuerza de atracción y animó a promover la vida en común de los sacerdotes, como señala Presbyterorum ordinis, decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros. En este sentido, el Seminario debe ser una verdadera comunidad de discípulos en la que se viva la sinodalidad en la comunión, la corresponsabilidad y la participación, desde la Palabra de Dios para que no sea una sinodalidad ideológica. Finalmente, se trató sobre el acompañamiento y formación de los candidatos al diaconado permanente.

La tarde la ocupó la visita al Dicasterio para la Comunicación, en la que el Dr. Paolo Ruffini, prefecto, y el secretario Mons. Lucio Adrián Ruíz trataron con los obispos sobre la comunicación como servicio a la misión de la Iglesia, con la intención de llegar incluso a los no creyentes. Entre otros asuntos, se reflexionó sobre las situaciones de crisis y cómo la comunicación tiene sus propias herramientas para gestionarlas. También se abordó la labor pastoral con los jóvenes a través de una comunicación que reconstruya lo que la sociedad destruye, no solo desde la tecnología, sino también desde los medios más tradicionales como la homilía, la catequesis, la visita pastoral, etc., en favor del anuncio del Evangelio. Para ello, es necesario una adecuada formación, también para los seminaristas y los catequistas, para que entiendan a los jóvenes –nativos digitales– en sus prácticas comunicativas y se haga uso de las redes sociales como instrumentos para la edificación de la comunidad. Por otro lado, se invitó a los obispos a estar en el continente digital, espacio que habita el hombre de hoy y donde la debe Iglesia, entendiendo el funcionamiento de estas nuevas herramientas y el potencial evangelizador que poseen.

Foto: Los obispos, en la Basílica Pontificia de San Pablo extramuros.

Jueves, 20 de enero

La mañana del jueves comenzaba en la última de las grandes basílicas pontificia, en este caso la de San Pablo extramuros, donde los obispos celebraron la Santa Misa. Tras la celebración se dirigieron al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida donde el prefecto, Card. Kevin Farrell, les recibía. En primer lugar, el cardenal abordó la dificultad actual en la pastoral matrimonial con jóvenes en el contexto de un gran aumento de divorcios a la vez que una importante disminución de los matrimonios “por la Iglesia”, animando a plantear el matrimonio en clave vocacional desde los primeros años de la catequesis. Sobre esta pastoral, animó a celebrar diocesanamente el X Encuentro Mundial de las Familias, desde el 22 al 26 de junio próximos. Otros temas tratados fueron: la pastoral del deporte; orientaciones para la celebración diocesana de las JMJ anuales; criterios para el sano ejercicio del gobierno en las asociaciones internacionales de fieles; el grave problema del aborto y la necesidad de educar para cambiar la mentalidad que sobre este problema existe; o la piedad popular en la vida de los laicos.

Foto: En primer plano, el obispo de Huelva, Santiago Gómez, en la reunión celebrada en el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

La tarde ocupó la visita a la Congregación para la Educación Católica, reunión que fue presidida por el secretario, Mons. Angelo Vinzenzo Zani, que planteó, en un primer momento, el trabajo que quiere ir desarrollando la Congregación: la identidad del proyecto educativo católico; la comunidad educativa; la formación de los formadores; y los católicos en diálogo con la cultura. A continuación, habló sobre los principios del Pacto Educativo Global: poner a la persona en el centro; escuchar a las jóvenes generaciones; promover a la mujer; responsabilizar a la familia; abrirse a la acogida; renovar la economía y la política; y cuidar la casa común.

Viernes, 21 de enero

El viernes, amaneció con la Misa en la capilla del Pontificio Colegio Español San José y estuvo marcado por la audiencia de los obispos con el Papa Francisco, en lo que el obispo de Huelva definió como un encuentro conjunto de tres horas de “diálogo abierto”. Inmediatamente  después de salir de la reunión, D. Santiago Gómez se pronunciaba así: «Yo he presentado a la diócesis diciendo que somos la Diócesis de Huelva, de donde salieron los descubridores para llevar la fe a América. Y el Santo Padre nos ha dicho que reza por las diócesis y que recemos por él también. Ha sido un mensaje alentador a la evangelización en una sociedad pluralista como es en la que estamos, en unas claves de diálogo, con una identidad cristiana clara y llamando a la cercanía de todos».

Foto: Los obispos, el viernes, 21 de enero, antes de dirigirse a la audiencia con el Papa Francisco, en la puerta del Colegio Español San José.

En el encuentro con el Santo Padre, en primer lugar los obispos se preocuparon por su salud tras la intervención quirúrgica que le fue practicada el pasado julio, a lo que expresó que se encontraba bien. El Papa hizo, a continuación, un análisis del contexto social actual en el que predomina una intensa secularización. Esto exige de los pastores cercanía y no sorprenderse de nada. En cuanto al momento social de España, animó a los obispos a trabajar por la  fraternidad y la amistad social.

Foto Vatican Media: El Papa Francisco entra en la sala para comenzar el diálogo con los obispos.

Francisco dedicó también un tiempo a hablar del fenómeno de la inmigración, distinguiendo dos niveles: el de los gobiernos y la Unión Europea, que deben establecer el número de emigrantes capaces de acoger; y el de los inmigrantes que llegan hasta nosotros, que deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados.

En cuanto al ministerio episcopal, el Papa habló de las cuatro cercanías que debe vivir el Obispo. Primero, con Dios, rezando, meditando su Palabra, delante del Sagrario,… como el trabajo principal del pastor. Segunda, con los otros obispos, en una relación de libertad y discernimiento juntos. Tercera, con sus sacerdotes, mostrándose como un padre cercano. Y cuarta, con la gente de su pueblo, estando cerca y compartiendo la vida. También tuvo ocasión de aclarar algunas cuestiones sobre la sinodalidad, explicando que el sínodo no es una encuesta, sino un proceso de oración, escucha y discernimiento

Foto Vatican Media: Momento de la Audiencia con el Papa Francisco.

Otros temas siguieron surgiendo en una conversación sosegada y sincera en la que los obispos tuvieron la posibilidad de exponer al Santo Padre sus inquietudes. Uno de estos temas fue el de la catequesis de iniciación cristiana en la situación de secularización en que vivimos. Según el Papa, no podemos dar la fe por supuesta, ni siquiera en los padres que llevan a sus hijos a la catequesis. Por otro lado, ésta suele pecar de intelectualismo, cuando la catequesis no tiene que llegar solo a la cabeza, sino también al corazón y a las manos. En este sentido, Francisco señaló los oratorios como un modelo que puede servirnos para una catequesis más integral, capaz de vincular a los chicos con la comunidad cristiana, ayudarles al encuentro afectivo con Jesús desde la oración y comprometerles en un servicio hacia los demás.

Sábado, 22 de enero.

La mañana del sábado culminaba la Visita ad Limina con el encuentro mantenido con el responsable de la sección segunda para las relaciones de Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Paul Richard Gallagher.

El arzobispo Gallagher dedicó una primera reflexión al problema de que muchos de los políticos europeos católicos, incluso practicantes, contrariamente llevan a delante políticas agresivas contra la Iglesia Católica, y señaló que el Gobierno de un país no puede pretender buenas relaciones con la Santa Sede, si no mantiene una buena relación con los Obispos de la propia nación.

Con respecto a los Acuerdos Iglesia-Estado, exhortó a la Iglesia española a seguir explicando al pueblo que estos no son más que la manera lógica de ordenar las relaciones entre el Estado y la Iglesia y no una situación de privilegio, dando a conocer, como se viene haciendo, la aportación de la Iglesia a la sociedad española y favoreciendo un periodismo católico que, en el universo digital, muestre la verdad sobre la vida de la Iglesia. Por último, otros temas ya dialogados en otras instancias a lo largo de esta semana fueron también tratados, como la inmigración, la presencia de los laicos católicos en la vida pública, especialmente en la política, etc.

Foto: La reunión de los obispos en la Secretaría de Estado puso el punto final a la visita ad limina.

Con el encuentro en la Secretaría de Estado se puso el punto final el sábado, 22 de enero, a los días de Visita ad Limina. La dimensión espiritual y el intercambio de experiencias y aportaciones completaron, así, las agendas de los prelados desplazados a Roma.Tal y como ha señalado el obispo de Huelva,  Mons. Gómez Sierra, en las diferentes reuniones se ha insistido, entre otros muchos temas de actualidad, en la misión de la Iglesia, que es evangelizar, con la conciencia de que «tenemos una misión compartida, una misión común».

 

 

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