Instaurada hace cinco años por el Papa Francisco para clausurar el Año de la Misericordia, cada domingo previo a la solemnidad de Cristo Rey, la Iglesia universal pone a los pobres y las distintas pobrezas en el centro para crear conciencia sobre las personas más vulnerables de la sociedad.
A lo largo de la última semana, la Diócesis de Jaén a través de las distintas Delegaciones, Secretariados y Servicios y coordinadas por la Vicaría de Caridad y Acción Social, ha querido subrayar las distintas pobrezas que nos circundan y de qué manera trabaja la Iglesia diocesana para combatirlas. Unas actividades que han ido desde una ruta senderista, una exposición de fotografías, charlas sobre migración, pastoral penitenciaria, barrios ignorados y ecología, entre otras.
El domingo, el Obispo administrador apostólico, Don Amadeo Rodríguez Magro, presidió en la Catedral una Eucaristía con motivo de esta Jornada Mundial. Junto a los fieles, se hicieron presentes los representantes de todas las realidades diocesanas que trabajan frente a la pobreza.
El consiliario de la Pastoral Penitenciara, el salesiano D. José González proclamó el Evangelio.
Homilía
El pastor diocesano comenzó recordando a los presentes que en este domingo 33, del tiempo ordinario, Jornada Mundial de los Pobres. Concluyendo el año litúrgico, Don Amadeo recordó que finaliza este tiempo, y que como el nuestro concluirá, pero con la esperanza de la vida eterna. “Cristo nos acompaña en nuestra vida, en el camino de nuestra santificación. Y con la santificación Cristo nos ha ofrecido a cada uno de nosotros viviendo en todos nosotros, y nos va concediendo la salvación, la alegría de ese tiempo futuro”.
Del mismo modo, el Prelado jiennense, explicó que “los hombres que mejor han entendió la fe para un cristiano, es sobre todo esperanza, por eso tenemos que vivir en el camino de la esperanza que viene de la mano de Cristo Jesús”. En este sentido Don Amadeo resaltó que cada cristiano tiene el compromiso de reflejar el Evangelio. “Todo lo que hacemos en la Iglesia no es por nuestra propia satisfacción, sino que se hace por Cristo: la marginación, el descarte la pobreza… siempre hay alguien que se identifica con Cristo Jesús, porque los pobres son el rostro de Cristo”.
Don Amadeo también enfatizo que en “esta quinta Jornada de los Pobres el mensaje del Papa nos hace reflexionar que en los pobres descubrimos el bien del Evangelio, el rostro de Cristo, descubrimos el rostro misericordioso de Dios. Con el servicio y la donación de nuestra propia vida debemos ayudar a un mundo mejor y más digno en el que desaparezcan las terribles desigualdades y todos los grandes problemas endémicos de la sociedad en la que vivimos”. Y añadió: “Debemos poner nuestra propia espiritualidad en el encuentro con Cristo, en nuestra oración, en nuestra celebración eucarística, en nuestra vida sacramental, en nuestro desarrollo en nuestra vida de fe y en la búsqueda de la santidad, poniendo siempre esta solidaridad y cercanía con los pobres”.
Tras la bendición final, se anunciaba que el día 20 de noviembre se celebrará, en el primer templo de la Diócesis, una Eucaristía de acción de gracias por el ministerio episcopal de Monseñor Rodríguez Magro, que ha sido Obispo de Jaén durante el último lustro. Los fieles respondieron con un fuerte aplauso, gesto del cariño de los fieles del Santo Reino al que será, desde el próximo día 27 de noviembre, Obispo emérito de Jaén.