Oración por la unidad de los cristianos. Estarán unidas en tu mano

Carta Pastoral del Obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos Atienza. Mis queridos diocesanos:

Hemos iniciado el año 2009, hace sólo unos días, con la Jornada Mundial de la Paz. También estamos a punto de celebrar, como en años anteriores, el Octavario de oración  por la unidad de los cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero de 2009, con el siguiente lema: “Estarán unidas en tu mano”. Estas palabras proféticas del profeta Ezequiel dirigidas al pueblo elegido son una alegoría de la unidad de la Iglesia, aunque el profeta las aplica a la necesaria unidad de Israel rota por las peleas de los dirigentes del pueblo.

1. “Estarán unidas en tu mano” (Ez 37,17)

El texto para la Semana de oración de este año tiene como tema la segunda visión de Ezequiel, donde dos trozos de madera simbolizan los dos reinos en los que Israel queda dividido. Los nombres de la tribus de cada uno de los reinos (dos de las doce tribus en el Norte y diez en el Sur) son inscritos sobre estos trozos de madera que luego son unidos para formar uno solo (cf. Ez 37,15-23).

Para el profeta Ezequiel la división de su pueblo era el reflejo y la consecuencia del pecado y del alejamiento de Dios. Formar de nuevo un solo pueblo era posible a condición de renunciar al pecado, de convertirse y de volver hacia Dios. Pero, en definitiva, es Dios quien une a su pueblo purificándolo, renovándolo y librándolo de sus divisiones. Para el profeta esta unidad no es una reunificación simple de grupos antes separados; se trata más bien de una creación nueva, del nacimiento de un pueblo nuevo que deberá ser un signo de esperanza para otros pueblos y para toda la humanidad. De ahí el lema: “Estarán unidas, en tu mano” (Ez 37,17).

2. Tiempo fuerte de plegaria ecuménica

En el año 1909, el Papa Pío X dio su bendición oficial a la Semana de oración por la unidad, animando a todos los católicos a unirse al llamado ecumenismo espiritual, que consiste en la oración personal y comunitaria, y a la conversión a Jesucristo a favor de la unidad de los cristianos. Este año se celebra el centenario de esta iniciativa en el seno de la Iglesia Católica.
 

La Semana de Oración cuyo objetivo es universalizar la plegaria por la Unidad responde al objetivo señalado y a lo expuesto en el Decreto Unitatis Redintegratio, del Concilio Vaticano II, cuando afirma: “Esta conversión del corazón y santidad de vida, junto con las oraciones públicas y privadas por la unidad de los cristianos, deben considerarse como el alma de todo el  movimiento ecuménico, y  pueden llamarse con razón ecuménico espiritual” (UR 8).

Felizmente existe como un consentimiento implícito en todo el mundo cristiano en considerar esta Semana como el tiempo fuerte de la plegaria ecuménica. Es la Semana por excelencia para rogar por aquella unidad tan ardiente y suplicante de Jesús en la noche de la última Cena, poco antes de padecer. Somos conscientes de que la unidad pertenece a la afirmación “Una, Santa Iglesia de Cristo”. Al mismo tiempo que confirma esta verdad de fe para los católicos, el Concilio Vaticano II, dice también que “los que creen en Cristo y han recibido ritualmente el bautismo están en una cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia católica” (UR 3).

3. Encuentro Ecuménico

Nuestra Diócesis viene celebrando esta Semana de oración por la unidad de los cristianos desde hace muchos años. Nuestras parroquias, comunidades religiosas y organizaciones de todo tipo se unen, a veces con hermanos de otras Iglesias cristianas, en una misma plegaria, que pide al Padre la plenitud de unidad entre los discípulos para que el mundo crea. Así lo venimos haciendo, y este año nuestro querido Director del Secretariado diocesano de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales, nos ha convocado para el viernes 23 de enero, a las 20:00h., en la Santa Iglesia Catedral de Cádiz, para un encuentro ecuménico.

Hay que destacar, en este sentido, los importantes pasos que hemos dado hacia la unidad visible, pero tenemos que reconocer que aún nos queda mucho camino que recorrer.

Con algunas Iglesias, como es el caso de las antiguas Iglesia orientales y la Iglesias ortodoxas compartimos la sucesión apostólica en el Episcopado y la misma fe en los sacramentos. Por esta razón, recientemente los obispos españoles, conscientes de las necesidades espirituales de tantos hermanos nuestros provenientes de las Iglesias orientales, se han propuesto aplicar las orientaciones del Concilio Vaticano II, según las cuales “la práctica pastoral demuestra, en lo que se refiere a los hermanos orientales, que se pueden y se deben considerar diversas circunstancias personales en las que ni sufre daño la unidad de la Iglesia, ni hay peligros que se deban evitar, y apremia la necesidad de la salvación y el bien espiritual de las almas. Por eso, la Iglesia católica, según las circunstancias de tiempos, lugares y personas, usó y usa con frecuencia un modo de actuar más suave, ofreciendo a todos medios de salvación y testimonio de caridad entre los cristianos, mediante la participación en los sacramentos y en otras funciones y cosas sagradas” (Decreto Orientalium Ecclesiarum, n. 26).

4. Unidad de los cristianos 2009

Este año la Semana de oración por la unidad de los cristianos ha sido preparada e inspirada en el contexto del movimiento ecuménico coreano.

La comunidad católica fue fundada en Corea en 1784 por el primer católico bautizado, Lee Sung-Hun, que difundió la doctrina católica entre sus compatriotas. El protestantismo fue introducido en Corea en 1880. En 1919, con la llegada de otras religiones, entre otros los responsables del Budismo, del Taoísmo Chon y de otras tradiciones religiosas, los cristianos coreanos organizaron la resistencia contra la fuerza japonesa para mantener la independencia de Corea.

El nacimiento del movimiento ecuménico en Corea aumenta con las recomendaciones y el espíritu del Concilio Vaticano II (1962-1965), y en particular con el Decreto sobre el ecumenismo, que subrayaba la importancia de los esfuerzos de todos los cristianos con vistas a la unidad cristiana.

La fuerte experiencia y la confianza mutua adquiridas en el marco de sus programas comunes de actividades, responsables de las Iglesias protestantes y católica en Corea organizaron una peregrinación ecuménica desde el 8 al 16 de diciembre de 2006. El grupo visitó al Papa Benedicto XVI en el Vaticano, al Secretario general del Consejo ecuménico de las Iglesias en Ginebra, Suiza, y a Su Santidad el Patriarca ecuménico de Estambul, Turquía. En Roma, también han sido recibidos por el Consejo Pontificio para la promoción por la unidad de los cristianos y en Ginebra por el equipo de la Comisión Fe y Constitución del Consejo ecuménico de las Iglesias. En el curso de estas visitas el grupo sugirió confiarles la realización del proyecto de textos para la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2009 a los cristianos de Corea.

5. Preparación

Este grupo se reunió por primera vez el 8 de febrero del 2007 y escogió como tema el pasaje de Ezequiel 37, 15-23, donde se encuentra la profe
cía del reino reunificado de Israel. Para las Iglesias en Corea, este pasaje de Ezequiel es particularmente evocador de la situación vivida en la península coreana, que queda como el único país dividido en el mundo. Se decidió entonces, que cada confesión se encargara de la redacción de una meditación bíblica y de una oración para cada día del “octavario”. Así empezó la tarea que finalmente llevó a la redacción final de los textos distribuidos en el mundo entero para la Semana de oración 2009.

6. Invitación a la plegaria ecuménica

Durante la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2009, queridos diocesanos, estáis invitados a rezar por la promoción de la unidad y por la construcción de la paz, que son importantes responsabilidades en las que los cristianos de todo el mundo deben comprometerse.

La esperanza sobre la que se funda esta oración es que todos los habitantes de la tierra se hagan pueblo de Dios; que Dios sea su Dios; y que se dé a la humanidad la gracia de conocer la alegría y la prosperidad de una vez, los enfrentamientos, los conflictos y las divisiones superados y la unidad consumada. Los cristianos deben orar con paciencia hasta la llegada “de un cielo nuevo y de una tierra nueva”: “ellos será mi pueblo y yo seré su Dios” (Ez 37,23).

7. Plegaria hecha testimonio común

Los cristianos no están, sin embargo, apartados del mundo. Compartimos las mismas experiencias de las gentes. Sus gozos y sus tristezas, sus alegrías y sus penas son las nuestras. La situación económica y de paro la compartimos solidaria y fraternalmente. Ante un panorama así, nuestra fe de cristianos nos urge a testimoniar, junto con todos los cristianos del mundo que el amor de Dios elimina el temor. Es un grito de esperanza que nace de nuestra fe.

Este es el núcleo de la plegaría que durante una semana congrega a los cristianos de nuestra Diócesis a una plegaria que deberá hacerse testimonio común.

Reza por vosotros, os quiere y bendice,

+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta

Cádiz, 9 de enero de 2009

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