El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, presidía el pasado sábado, 23 de enero, una Misa de rogativas a Ntra. Sra. de la Capilla, patrona principal y alcaldesa mayor de la ciudad de Jaén.
Dicha Eucaristía, organizada por la Cofradía de Ntra. Sra. de la Capilla de Jaén, comenzaba pasadas las 18.30 horas, en la Basílica Menor de San Ildefonso. Estuvo concelebrada, además, por el párroco de San Ildefonso, D. Pedro Ortega; y el Secretario del Obispo, D. Juan Pedro Moya.
Los miembros de la Cofradía fueron los encargados de las lecturas y de la oración de los fieles, mientras que el Evangelio lo proclamó el párroco.
La Virgen de la Capilla ha presidido, a lo largo de los siglos, las tradicionales rogativas del pueblo de Jaén ante situaciones de catástrofe, sequía, plagas o enfermedad. La última vez, en 1949, fue llevada en rogativas a la Catedral para pedirle que lloviera ante la sequía que azotaba los campos.
Así, aplicando todas las medidas seguridad frente a la COVID- 19 y con un aforo reducido al 30% de la capacidad del templo, más 72 años después, la patrona principal volvió a presidir una de esas tradicionales celebraciones. Para la ocasión la Virgen lucía el manto verde de rogativas, regalo del histórico hermano mayor José Gómez Soriano, que lució precisamente la última vez que la imagen fue llevada en rogativas hasta la Catedral.
Homilía
Durante su homilía el Obispo quiso dirigirse a la Virgen: “Querida Madre, Virgen de la Capilla, has querido bajar, junto a nosotros, como Madre de la Iglesia, para acoger nuestras peticiones y para participar con nosotros de esta plegaria”. En este sentido Don Amadeo continuó explicándole que “en esta Eucaristía, del tercer domingo del T.O, Domingo de la Palabra de Dios, y con un corazón abierto a Jesucristo, que es palabra viva, estamos aquí para rogarte querida Madre. Para poner ante ti, y en tus manos, las preocupaciones, las dificultades, los llantos, las angustias, los dolores del corazón del mundo y del corazón de esta tierra”.
Del mismo modo el Pastor diocesano continuó rogando a la Santísima Virgen de la Capilla que “intercedas ante tu hijo y San José bendito y que le pidas a Dios que nos salve, que nos muestra el camino. Te pedimos que nos protejas, que protejas, especialmente, las capacidades, la inteligencia, las manos, el tacto humanitario, la más profunda sensibilidad humana… para poner dedicación, amor y consuelo en estos tiempos”. Así, quiso pedir, de un modo especial, por los que están en primera línea de acción. “Protege con mucha fuerza a aquellos que están en primera línea de acción, especialmente, el amplísimo ámbito sanitario, que están en lucha permanente para frenar este mal que tanto daño nos está haciendo físico, espiritual, moral, económico, social… Protege, Madre querida, a todos los que están prestando un servicio esencial”.
Asimismo, el Obispo quiso pedir a todos los fieles un profundo sentido de responsabilidad, “cuidarnos para cuidar a los demás”. Y subrayó que habrá muchas celebraciones que tendrán que posponerse hasta que la pandemia lo permita.
Finalmente, Monseñor Rodríguez Magro, quiso subrayar que “en este tiempo de corazones rotos e indecisos queremos decirte, Madre, que aquí tienes a este grupo de fieles que queremos ser testigos del señor, y continuar la obra de Dios y de los apóstoles. El que te súplica es el pueblo santo dolorido, son los familiares que han perdido a sus seres queridos, son las víctimas, los que vivimos con este temor. Gracias por escucharnos. Confiamos, igual que has hecho tantas veces, en que en esta tarde estás acogiendo las muestras y poniéndolas donde tú sabes, ante el corazón de Dios, ante el amor que siente por todos los seres humanos. Que así sea”.
La Eucaristía culminaba con el canto de la Salve y la bendición del Obispo sobre el pueblo fiel.
Posteriormente, tuvo lugar el rezo del Santo Rosario. Finalmente, los fieles devotos pudieron venerar a la Santísima Virgen.
Galería fotográfica: «Misa de rogativas a la Virgen de la Capilla»