Finalizamos el mes de junio, tradicionalmente dedicado por la Iglesia a esta devoción popular del Sagrado Corazón de Jesús, contemplando esta devota imagen de la Parroquia de San Sebastián ,de Sevilla, ante la cual repetimos la oración que el papa Francisco nos invita a hacer: “Jesús, haz que mi corazón se parezca al tuyo”. De este modo, nos dice el Santo Padre, “nuestro corazón, poco a poco, se volverá más paciente, más generoso, más misericordioso”.
Realizada en el año 1954 por el escultor e imaginero Sebastián Santos Rojas, esta escultura en madera de ciprés policromada nos muestra a Jesús de pie, señalando con la mano izquierda su corazón mientras que la derecha se adelanta hacia el fiel que lo contempla en un gesto de cercanía y acogida, mostrándose en ambas manos las llagas de la crucifixión que nos recuerdan que es el Resucitado.
Como señala el también escultor Sebastián Santos Calero, hijo del maestro, la equilibrada posición de la figura sobre un eje longitudinal ligeramente arqueado, remite a claramente a modelos de Martínez Montañés, reconocibles igualmente en la distribución del manto que aparece sobre el hombro izquierdo mientras que en el brazo derecho aparece suelto, recurso habitual en el escultor de Alcalá la Real, como señala Manuel Jesús Roldán en el catálogo de la exposición celebrada hace escasos meses en nuestra ciudad, el cual apunta también influencias montañesinas en el rostro del Señor, con los ojos almendrados, la boca entreabierta y en el dibujo del bigote y la barba. Consigue así Sebastián Santos un rostro dulce y lleno de unción, pero alejado del amaneramiento habitual que presentan las imágenes de esta devoción.
Por último, subrayar el elegante contraposto que presenta la imagen, con la pierna derecha adelantada levemente, que provoca un estrechamiento en la base que estabiliza compositivamente el conjunto.
Como suele ser habitual en esta iconografía, viste túnica blanca y manto rojo, destacándose en ambos la calidad del estofado.
Se conserva el boceto original de esta obra, realizado en madera de cedro, de tan solo 37 centímetros, en el que se puede descubrir la calidad de sus esculturas de pequeña factura, especialmente en el modelado y el acabado.
Sebastián Santos Rojas nació en Higuera de la Sierra en 1895, muriendo en Sevilla en 1977, dejando una obra extensa entre la que destacan el Crucificado de la Parroquia de San Jacinto, en Triana, la Asunción de Villanueva de la Serena, el Buen Pastor de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro de Ronda, donde recibe culto igualmente su Virgen de los Dolores, la Virgen de la Consolación y Correa del Monasterio de San Leandro de Sevilla, el grupo de la Santísima Trinidad de las Hermanas Trinitarias de Sevilla, la Divina Pastora de Aracena y la de Antequera, así como las imágenes del Cristo de la Sagrada Cena, la Virgen de los Dolores del Cerro, la Virgen de las Penas de la Hermandad de Santa Marta, para la que talla también la Santa titular, la Virgen del Refugio de la Hermandad de San Bernardo, así como las titulares de las Hermandades del Silencio y de Pasión, la Virgen de la Concepción y la de la Merced respectivamente, el Yacente de Jódar y la Virgen de la Estrella de Jerez de la Frontera. Hay que destacar también su delicada producción en pequeño formato entre la que sobresalen sus obras para el Convento de los Capuchinos de Sevilla, como la Virgen Niña dormida o la Pastora Inmaculada, así como subrayar igualmente su obra profana, como el monumento de Carmen la Cigarrera que se encuentra frente a la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla y el monumento a Miguel de Cervantes en la céntrica calle Entrecárceles de la capital hispalense.
Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural
Fotos: Daniel Villalba
