Joseph Ratzinger
Presente y futuro de Europa. Sus fundamentos hoy y mañana
Madrid, Rialp, 2021
Este importante libro constituye, a mi juicio, una herramienta indispensable para orientar nuestra reflexión y para estimular nuestra responsabilidad sobre unas cuestiones de nuestras vidas como ciudadanos europeos. A partir del análisis de los hechos fundamentales de la historia, Joseph Ratzinger se pregunta y se responde a las cuestiones básicas que hacen posible o dificultan la convivencia, la libertad, la solidaridad, la tolerancia, el derecho, la moral y la igualdad, esos principios y esos valores que tienen sus orígenes y sus fundamentos en el reconocimiento explícito de la dignidad y en los derechos humanos que están por encima de decisiones o de acuerdos políticos.
En las tres partes, tituladas respectivamente “Qué es Europa”, “Política y Moral”, y “Responsabilidad por la paz”, nos responde de manera rigurosa, detallada y clara a la pregunta que él formula al comienzo del libro: ¿Qué es realmente Europa? Parte del supuesto de que Europa, más que una noción geográfica, es un concepto cultural e histórico.
Nos recuerda cómo, desde Herodoto y, después, con la formación de los estados helenísticos y del Imperio Romano, y con las renovadoras transformaciones aportadas por la fe cristiana, ha ido consolidando su peculiaridad gracias a los lazos culturales, comerciales y políticos que le proporcionan una unidad que es compatible con sus diversidades lingüísticas. Importante, sin duda alguna, son sus análisis de la evolución de los diferentes procesos culturales, morales y religiosos, apoyados en la conciencia de la dignidad del hombre, de la libertad, de la igualdad y de la solidaridad junto con las afirmaciones fundamentales de la democracia y del Estado de Derecho, que implican una peculiar imagen del hombre.
Estoy convencido de que los que lean y relean atentamente el libro comprobarán que Joseph Ratzinger responde de manera rigurosa y detallada las dos preguntas fundamentales: ¿Cómo se originó Europa? y ¿Quién tiene derecho a llamarse europeo y entrar en la nueva Europa? Su conclusión es categórica y esencial: “Los creyentes cristianos deberían considerarse como una minoría creativa y contribuir a que Europa recupere lo mejor de su patrimonio y sirva así a toda la humanidad.
José Antonio Hernández Guerrero