El obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, presidió el pasado domingo en la Catedral de Cádiz la celebración de la Pascua del Enfermo.
Bajo el lema Cuidémonos mutuamente, la Iglesia instó a ser conscientes de la importancia de este momento para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades; en particular, a las personas que sufren en todo el mundo la pandemia del coronavirus, así como a los más pobres y marginados.
Así, la ceremonia contó, entre los fieles asistentes, con la presencia del delegado episcopal de Pastoral de la Salud, Fernando Carmona, voluntarios del equipo pastoral, representantes de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes, sanitarios, enfermos y capellanes de hospital.
Mons. Zornoza aseguró que el amor de Dios es caridad. “Cuando el hombre ama entra en esa relación de caridad con Dios y se abre a ese amor desinteresado por los demás. Dios se compadece de nuestras necesidades y, así, uno entra en la dinámica de la compasión y la misericordia. De esta manera, Dios nos convierte en ayudadores, consuelo para los demás, defensores de los otros. El Señor quiere llegar a los más necesitados, al que sufre también la enfermedad. El precepto de ‘Amaos como yo os he amado’, que debe llegar a todos, toma forma en este trato con los enfermos. Qué bonito es darnos cuenta que nuestra sensibilidad cristiana ha de llevarnos a cuidar a los otros”.
Finalmente, aquellas personas que lo solicitaron recibieron la unción de enfermos.