El Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, agradece la vocación de las personas consagradas en la Eucaristía celebrada en la Catedral por el 25 aniversario de la Jornada de la Vida Consagrada, que coincide con la Fiesta de la Presentación del Señor.
El 2 de febrero, D. Jesús Catalá recordó de modo especial a los consagrados, llamados a renovar sus compromisos y a reavivar la llamada que recibieron del Señor para entregarse totalmente a Él. En su homilía, a través del evangelio según San Lucas (Lc 2, 22), quiso «valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo mediante la vivencia de los consejos evangélicos». Además, recordó la importancia de la oración por estas personas.
La XXV Jornada de la Vida Consagrada lleva por lema «La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido», haciendo referencia a la parábola del Buen Samaritano por la condición herida del ser humano y al mismo tiempo la misión sanadora de las personas consagradas en la Iglesia y en la sociedad.
Tras dar gracias a Dios por «todas las personas de especial consagración, que, como buenos samaritanos, viven la fraternidad», el Obispo aseguró que «los consagrados aprendéis en la escuela de Cristo cómo asumir la fragilidad humana y las heridas propias y ajenas. En vuestro corazón contemplativo y profético sois parábola de fraternidad».
Lee aquí íntegro el texto de la homilía del Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá.
Escucha aquí la homilía del Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en audio.
Santiago Campos Martínez
