La tradicional visita de Nuestra Señora de La Esperanza, patrona de Calasparra, del mes de mayo, así como la fiesta grande del 8 de septiembre, Natividad de la Virgen, se vieron suspendidas por motivo de la alerta sanitaria de la Covid-19. Por eso, ante la festividad del próximo 18 de diciembre se está celebrando por primera vez un quinario, ofreciendo así una alternativa a la supresión de las fiestas de los meses anteriores. José Manuel Martínez Rosique, rector del santuario de Nuestra Señora de La Esperanza y párroco de San Pedro de Calasparra, afirma que esta iniciativa surge como respuesta «al clamor de un pueblo que se ha quedado este año a la espera de su Madre».
El pasado domingo, la imagen de la patrona fue trasladada desde su santuario centenario a la iglesia de Nuestra Señora de La Merced, lugar donde permanecerá hasta el viernes. Atendiendo a las medidas extraordinarias por la pandemia, se celebrarán tres misas diarias a las 8:00, 12:00 y 19:00 horas, facilitando así la distribución del aforo. Celebraciones que serán retransmitidas por las televisiones locales.
Según Martínez Rosique, el de La Esperanza es uno de los santuarios marianos más visitados de España y la devoción popular continúa traspasando fronteras, suscitando especial fervor entre la comunidad latinoamericana, además de entre los autóctonos. Por este motivo, el sacerdote invita a vivir estos días con intensidad y cercanía: «Que la visita de la imagen de La Esperanza a nuestro pueblo permita vivir unos días de esperanza, nunca mejor dicho; de esperanza frente a la crisis sanitaria, frente a la crisis económica… Que sea un tiempo de acudir a la Madre, para que ella escuche nuestras súplicas y que estos días la iglesia de La Merced sea un lugar de espiritualidad, de encuentro con María, para que nos lleve a su Hijo, y su Hijo nos conceda las gracias que todos deseamos: la curación, la sanación, la fortaleza, la alegría y el gozo; sobre todo consuelo y ánimo para todos, de forma especial para todos los calasparreños».
