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La Eucaristía y la caridad, esencia de la vida de la Iglesia

Uno de los tres días en el año que reluce más que el sol, el Corpus Christi, este año se ha celebrado de una manera diferente. El Santísimo Sacramento no ha podido pasar por las calles adornadas con juncias, flores aromáticas, altares, alfombras de flores.

Tampoco se ha visto a niños y niñas de Primera Comunión, ni a los sacerdotes acompañar a la Custodia por las calles, pero a pesar de todo, el Corpus ha celebrado su esencia, que Cristo Eucaristía permanece en la historia de la humanidad hasta el fin de los tiempos.

Los fieles han acudido con tiempo a la Catedral de Jaén observando todas las medidas de higiene y prevención ante la COVID 19. Con el aforo reducido, unas 380 personas se han dado cita. Entre ellas, miembros de la Corporación municipal; el Subdelegado de Defensa; miembros de la Guardia Civil; la Policía Nacional y Local; representantes de la Universidad; representantes de las Cofradías de la ciudad, asociación de amigos de las Catedrales, Adoración Eucarística y Cáritas, representada en la persona de su director diocesano, Rafael López- Sidro.

El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha presidido la celebración el día en el que conmemoraba el quincuagésimo aniversario de su ordenación sacerdotal. Lo han acompañado miembros del Cabildo, sacerdotes de la Diócesis, seminaristas y todo el pueblo fiel que se ha unido en oración con el Pastor diocesano.

La magna celebración ha estado participada en las lecturas por el presidente de la Agrupación de Cofradías, el Hermano Mayor de la Hermandad de la Buena Muerte y la voz de Carmen Zapata de Dueto Enclave. El Evangelio lo ha proclamado el canónigo guardián del Santo Rostro, D. José López Chica.

Homilía
“Nosotros sin la Eucaristía no seríamos los mismos” ha comenzado diciendo el Obispo. “Dios está y estará con nosotros, esa es la gran verdad”. En la solemnidad del Corpus Christi, el Prelado ha afirmado que “El Señor camina con nosotros también en estas circunstancias difíciles de la pandemia provocada por el Coronavirus. Ha destacado la labor de médicos, enfermeras, limpiadoras y los sacerdotes que en este tiempo han sido presencia de Cristo en medio de nosotros”.
A propósito de las lecturas de la Misa, el Obispo ha recordado que este día es propicio para “recordar que Dios siempre ha estado siempre con nosotros. Cristo no deja de darse como alimento”. En este sentido, ha recordado en el Corpus, “el pueblo pone el corazón para decirle gracias al Señor por quedarse presente en la Eucaristía”.
Don Amadeo ha explicado que “la Eucaristía no es un acontecimiento intimista, no es acto de piedad, la Eucaristía es un acontecimiento que sucede entre el cielo y la tierra. Es un acontecimiento que nos llena de vida, de esperanza y que nos cambia la vida si la vivimos con intensidad si la recibimos como pueblo de Dios”.
En el día de la Caridad, el Prelado jiennense ha afirmado que “el gran programa del mundo, que es el Evangelio, vivido en su iglesia como proyecto de vida que nos lleva por el camino de la santidad y que tiene como lema la caridad”. En este sentido, ha explicado que “la caridad es la esencia de la vida de la iglesia y toda nuestra esencia como cristianos nace de la Eucaristía”.
Para concluir la homilía, el Obispo ha querido recordar el 14 de junio de 1970 cuando recibió su ordenación sacerdotal del entonces Obispo de Badajoz, D. Doroteo Fernández y Fernández. En sus bodas de oro sacerdotales, Don Amadeo ha querido dar las gracias a Dios, “por haber amado en estos 50 años la Eucaristía, haberla celebrado cada día. Soy, naturalmente, todo lo que el Señor me ha regalado y todo lo que ha ido haciendo de mí, durante 50 años, la Eucaristía”. Una vida sacerdotal en la que la Virgen, “mujer eucarística” ha estado siempre presente.
En la oración de los fieles, junto al Obispo, sus padres y el Obispo que lo ordeno, el Prelado del Santo Reino ha querido tener presente a la familia de Úbeda que presuntamente ha muerto a causa de violencia de género.

Después de la comunión, se ha expuesto el Santísimo, adorado por los congregados. Después, el Obispo ha subido hasta los balcones de la Catedral para bendecir con el Santísimo a la ciudad de Jaén.

El Santísimo ha quedado expuesto, para la adoración de los fieles, en la iglesia del Sagrario. A las 17:30 se han cantado las segundas vísperas y con ellas han quedado concluidos los cultos de este atípico Corpus Christi.

 

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