Muchos somos los que, en estos días de incertidumbre, buscamos desde el corazón la mirada de nuestra Madre. Una búsqueda que entremezcla la súplica, por la preocupación que provoca esta pandemia, con la acción de gracias por el mimo entretejido de quienes nos regalaron la vida y nos la siguen dando. Y es así, como Madre muy Amada, que la Virgen de Los Reyes, también en medio de estas circunstancias, nos sigue cuidando.
Por esta razón, surge en el Arciprestazgo de El Hierro la iniciativa de implicar a los más pequeños de la casa en la recitación de unas Loas que fueran eco de estos mismos sentimientos que brotan del corazón de todos los herreños. Unos sencillos versos que, a su vez, quieren ser también acción de gracias y felicitación por tanto amor derramado de nuestras madres.
De esta manera, su presencia maternal en La Dehesa acompaña el despertar de la esperanza, en unos próximos días en los que, junto a la isla de La Gomera, avanzaremos a la siguiente fase de desescalada. Así, a partir de mañana, retomaremos al 30% y siguiendo todas las medidas de prevención, la celebración de la Eucaristía. Para ello, toda la comunidad cristiana se prepara en la desinfección y estableciendo las medidas de control propuestas, para así poder seguir celebrando la entrega que de Aquel que da sentido a la nuestra. De la misma manera, se retomarán las reuniones arciprestales de los sacerdotes, adaptadas a las nuevas normas.
Todo ello, para seguir creciendo en la fe, para hacer brotar la esperanza y, especialmente, para avanzar en pasos concretos de caridad que nos sigan poniendo al servicio de los demás.
Con todo ello, pareciera como si hoy, más que nunca, nuestro mundo necesitase del calor maternal para avanzar. Por eso, gracias, Señor, por el regalo de tu Madre, de nuestra Madre. ¡Ayúdanos a caminar!
