El director de Cáritas Diocesana de Jaén, Rafael López-Sidro, hace balance de la campaña, que califica de “muy tranquila”, y aboga por impulsar cambios para una mejor acogida.
El director de Cáritas Diocesana de Jaén, Rafael López-Sidro, ha hecho balance, esta mañana, de la campaña de recolección de la aceituna en la provincia, teniendo en cuenta de manera especial aquellos municipios en los que ha habido albergues. Según ha manifestado, ha sido “la más tranquila desde el año 2000 para acá”. Entre los datos de los recursos facilitados por Cáritas en la capital, Linares, Úbeda, Martos, Alcalá la Real y Porcuna (donde dispone de comedores), ha subrayado que, entre el 20 de noviembre y el 31 de enero pasados, se han servido 6.425 desayunos, 20.000 cenas, 362 comidas, más de 10.000 bocadillos, 2.000 duchas y más de 260 lavados de ropa.
En este sentido, ha destacado como única salvedad la realidad de la capital jiennense. “La ciudad de Jaén es la puerta de entrada y salida de nuestra provincia y, lógicamente, aquí se acumula una cantidad de personas que no lo hace en el resto de la provincia”, ha apostillado. López-Sidro ha defendido que los problemas no han ido a mayores gracias a la apertura de urgencia –llevada a cabo el 21 de noviembre- de la Casa de Acogida Nuestra Buena Madre, en la que se han registrado 4.124 pernoctaciones y por la que han pasado alrededor de 900 personas. “Esto ha ocurrido en una ciudad como Jaén, con un albergue de 150 camas, que, salvo un par de noches, ha tenido camas vacías la mayor parte de la campaña. El tener esta casa abierta ha permitido que en vez de que 40 o 50 personas hayan tenido que dormir en la calle todas las noches, se haya pasado a que solo hayan pernoctado al raso 4 o 5 personas, y porque no querían ir a ningún recurso”, ha declarado. En su opinión: “Los datos justifican la puesta en marcha de un centro como este”.
López-Sidro ha considerado que, en el caso de la capital, es necesario un cambio de actitud con respecto al albergue de temporeros. “Las exigencias de las cuatro noches como máximo y los requisitos de identificación, utilizados con una actitud muy rigurosa, nos lleva a exigir un cambio en estas actitudes. No es permisible bajo ningún concepto. Debemos plantearnos la necesidad de que el ser humano sea atendido de acuerdo con su dignidad, cosa que lamentablemente no está ocurriendo”. Lamenta que no se cubran todas las camas libres que haya, a pesar haber cubierto el plazo máximo de estancia prefijado.
Frente a ello, contrapone el resultado “altamente satisfactorio” de la Casa de Acogida Nuestra Buena Madre, debido, especialmente, a la actitud de “disponibilidad extraordinaria de la comunidad de los Hermanos Maristas”. El director de Cáritas Diocesana de Jaén ha anunciado que el centro va a seguir abierto a lo largo del año, dirigido a personas sin hogar y también para la atención de migrantes y refugiados establecidos en Jaén. “Esta casa se está convirtiendo en una experiencia riquísima tanto para las personas que han pasado, como para los voluntarios y los técnicos de este recurso. Esta experiencia nos enriquece mucho a todos”, ha dicho. La Casa de Acogida Nuestra Buena Madre está coordinada por Cáritas Interparroquial de Jaén y cuenta con la colaboración diversos colectivos eclesiales, que aportan alrededor de un centenar de voluntarios.
Por su parte, el director del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Jaén, Jesús Castro, ha puesto en valor que “distintos grupos de Iglesia se hayan unido para dar respuesta a esta realidad”. Ha destacado que la mayoría de las personas que han pernoctado durante la campaña en la Casa de Acogida Nuestra Buena Madre han sido migrantes. En esa línea, ha defendido la adopción de un nuevo modelo: “Se ha producido un verdadero encuentro y un acompañamiento de estas personas, no solo ofreciéndoles un lugar para dormir, sino que se han establecido vínculos y se han hecho actividades más allá del mero hecho de pernoctar”, ha concretado el sacerdote. Entre ellas, se han celebrado asambleas en las que han podido compartir su situación, actividades culturales en la capital, actividades deportivas y oraciones conjuntas, entre otras. “Lo que queremos decir es que acoger de manera digna es enriquecedor. Animamos a la Administración a ir más allá del mero hecho de pernoctar. Se han establecido vínculos de amistad con muchos chicos y ese acompañamiento ha hecho de este espacio un hogar. Ellos se sentían mejor acogidos que en ningún sitio. Creemos que ese es el camino y animamos a las entidades a seguirlo”.
Finalmente, ha intervenido José Carlos Fernández, jefe de Estudios de Primaria de Maristas y voluntario de la casa de acogida. “Creo que ha sido un acierto que la institución marista diera un paso al frente ante situaciones de injusticia que se estaban dando en nuestra ciudad, en Jaén, el ofrecer espacios que estaban inutilizados”. Fernández ha destacado que ha sido una experiencia rica y debe seguir así. “Con respecto al futuro, ya nos estamos sentando para que siga siendo un lugar de acogida a personas sin hogar y a migrantes y refugiados”, ha concretado.
Cáritas Jaén
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