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Cursillos: «Dios, ni existía ni hacía falta en mi vida»

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) es un movimiento eclesial diocesano de difusión mundial «que actúa en el interior de la Iglesia Católica, sintiéndose vocacionado a participar activamente en la gran misión del anuncio de la Buena Nueva del Evangelio a través de un método propio kerygmático», explican sus responsables.

«En el inicio del Movimiento, allá por los años 40, se encuentra la acción del Espíritu en un grupo de personas, que compartían una mentalidad y que comenzaron a trabajar por una misma finalidad: vertebrar en cristiano, hacer un mundo más cristiano, haciendo más cristianos a los hombres«, añaden.

En palabras de san Juan Pablo II, este método de Cursillos es «un instrumento suscitado por Dios para el anuncio del Evangelio en nuestro tiempo».

Este instrumento de evangelización ha creado multitud de núcleos de cristianos que viven y conviven lo fundamental cristiano y se esfuerzan por fermentar de Evangelio los ambientes.

En un Cursillo de Cristiandad se produce un triple “encuentro” en los tres días que lo forma: un encuentro contigo mismo, un encuentro personal con Jesús de Nazaret y un encuentro con los demás, con tu prójimo.

En la Diócesis de Málaga llevan 60 años anunciando la Buena Nueva en los ambientes en los que cada uno se mueve.

Para más información: C/ Postigo de San Juan, 5, 29005, Málaga, y el e-mail
mcursillos@gmail.com. También pueden encontrarlos en Facebook: Cursillos de Cristiandad de Málaga

TESTIMONIO. Manuel Nieto

Me llamo Manuel, tengo 58 años y estoy casado con Ana desde hace 35 años. Tenemos dos hijos, Miguel A. y Jose M. Desde 2010 formo parte del MCC Málaga. Llegué a un Cursillo… creo que de vacaciones, lleno de soberbia, prepotencia y, lo peor de todo, lleno de dolor por creer que Dios ni existía ni hacía falta en mi vida.

Aquel Cursillo fue como el bálsamo que cura tus heridas, ese que el buen samaritano aplicó al herido del camino. Me presentaron a un Dios vivo y cercano, padre misericordioso y siempre dispuesto a perdonar. En ese tiempo creía que todo el mundo me hacía zancadillas, que estaban en mi contra, pero nada más lejos de la realidad, el “problema” era yo.

Me di cuenta de que el “amor” no formaba parte de mi vida. En el Cursillo tuve mi encuentro personal con Jesús de Nazaret y aprendí a ver a mi “prójimo”, a ese ser humano que también pasa por mi situación, que no es un extraño ni un desconocido.

Desde ese Cursillo, Jesús se instaló en el centro de nuestras vidas y encontré en el Movimiento de Cursillos a esa familia que echaba en falta, a esos que no te reprochan nada, a esos que se alegran siempre de verte, a esos que te ayudan sin pedir nada a cambio, a esos que te quieren cristianamente.

Gracias a ese Cursillo comencé a vivir otra vez “en la luz”, se acabó la oscuridad para siempre, desde ese momento vivo “DE COLORES”.

¡Un abrazo en Cristo y María! ¡DE COLORES!

Encarni Llamas Fortes

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