75 aniversario de la reorganización de la Cofradía de Estudiantes

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en el 75 aniversario de la reorganización de la Cofradía de Estudiantes celebrada en la Catedral de Málaga.

75 ANIVERSARIO DE LA REORGANIZACIÓN

DE LA COFRADÍA DE ESTUDIANTES

(Catedral, 14 noviembre 2020)

Lecturas: Prov 31,10-13.19-20.30-31; Sal 127,1-5; Tes 5,1-6; Mt 25,14-30.

(Domingo Ordinario XXXIII-A)

1.- Acción de gracias

Celebrar el setenta y cinco Aniversario de un acontecimiento importante en nuestra vida es un motivo de acción de gracias a Dios, en primer lugar; y también de felicitación. La Eucaristía es una “acción de gracias” por estos setenta y cinco años de la “re-institución” de la Cofradía de los Estudiantes. Y es también una felicitación a quienes formáis parte de la misma.

Queremos hacer memoria histórica de la buena; memoria agradecida y memoria realista. Porque hay otras formas de hacer “memoria histórica”, que no son objetivas, que manipulan la realidad o que esconden datos de lo realmente sucedido. Nosotros queremos ser objetivos.

La imagen de un río puede ayudarnos a comprender mejor lo que significa un proceso histórico. Desde que nace y comienza a recorrer su camino, el río puede arrastrar tras de sí cosas, árboles, casas y otras cosas; pero, al mismo tiempo también fecunda los campos por donde pasa. Hemos de aceptar que puede haber destrozos y aspectos negativos al pasar por los distintos lugares en su recorrido, que significa el proceso histórico; pero, fundamentalmente, son muchos más los beneficios que esas aguas proporcionan a las tierras por las que discurre.

La historia de la Cofradía podría compararse al recorrido de un río.

2.- Orígenes de la Cofradía de Estudiantes

La cofradía del “Santo Cristo Coronado de Espinas y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza”, conocida como Cofradía de los Estudiantes, cuyas dos imágenes presiden hoy el altar mayor de la Catedral, fue fundada en el siglo XVII en la iglesia de san Agustín en Málaga; pero con el paso del tiempo desapareció.

En 1936 un grupo de estudiantes del colegio San Agustín decidió reorganizar la corporación sin llegar a constituirla oficialmente. Posteriormente, pasada la contienda civil, en 1945, a instancias del Obispado de Málaga se “reconstituyó” canónicamente como cofradía y, aprobados sus Estatutos, ingresó en la Agrupación de Cofradías.

La imagen del Santo Cristo Coronado de Espinas fue realizada en el año 1946 por el imaginero Pedro Moreira; y la imagen de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza salió de los talleres Caderot de Madrid en 1948. Ambas imágenes procesionaban cada Lunes Santo y la Hermandad hacía su estación de penitencia en la plaza del Obispo, quien solía saludar desde una ventana

del Palacio episcopal; en los últimos años, desde mi antecesor, se realiza el acto en el atrio de la fachada principal de la Catedral.

La Hermandad tuvo que peregrinar por distintas sedes, al igual que el río va haciendo sus curvas y meandros: la primera fue la iglesia de san Agustín; después tuvo que trasladarse a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen; hasta recabar, finalmente, en su actual sede canónica, la iglesia del Santo Cristo de la Salud. La sede social, en cambio, se encuentra delante del Teatro romano.

La vinculación de la Cofradía a la Universidad de Málaga es una característica propia, por lo que entona el canto “Gaudeamus igitur” como melodía de su procesión. Este canto latino es muy vitalista, pero tiene cierta ironía respecto al disfrute de la vida, expresando que al final se pierde el vigor y los goces de la juventud y llegan los achaques de la vejez.

3.- Celebración del 75 aniversario de la Cofradía

Hoy, queridos cofrades, hermanos y amigos, damos gracias a Dios por el setenta y cinco Aniversario de la re-constitución canónica de la Cofradía.

Y también queremos felicitar a los hermanos por su empeño en la preparación de esta celebración en el campo socio-caritativo, propio de toda cofradía. Además de vuestra implicación habitual en proyectos como la Fundación Corinto y vuestra colaboración en la parroquia de los Santos Mártires, os habéis esforzado en realizar un signo especial de servicio a los pobres, a pesar de las circunstancias adversas a causa de la pandemia del coronavirus, destinando con motivo del 75 aniversario de la Cofradía una aportación especial a la Fundación “Casa del Sagrado Corazón” (Cottolengo) de Málaga.

¡Enhorabuena por este Aniversario y por tantas iniciativas que habéis puesto en marcha! Algunas no habéis podido realizarlas, pero otras sí. Lo más importante es que, aún en circunstancias adversas, la fe no se detiene y el amor tampoco; las cofradías no cierran en tiempo de pandemia y las iglesias tampoco; las caritas no cierran y las celebraciones litúrgicas tampoco. Es importante que asumamos esto en los difíciles tiempos que estamos viviendo.

Os animo a que mantengáis vuestra colaboración con la Delegación diocesana de Pastoral universitaria, por vuestra vinculación al mundo universitario, para ayudar a los jóvenes a encontrarse con el Cristo de la Verdad. Cristo coronado de espinas y sentado en su trono es el Maestro que enseña la verdad, porque la Verdad es Él. Hay muchos jóvenes y universitarios despistados que no encuentran la Verdad; es decir, no encuentran a Cristo y no encuentran sentido a sus vidas, marchando por otros derroteros.

Como bien sabéis, nuestra sociedad vive de simples opiniones y pareceres, que pretenden erigirse como verdades para el hombre, pero que no responden a los acuciantes interrogantes sobre el sentido de la vida que tiene planteado el ser humano. Parece que cualquier opinión tiene carta de

ciudadanía, aunque vaya en contra del sentido común, de la ley natural, de la prudencia y de la lógica humana. En este sentido vivimos tiempos caóticos. La Verdad tiene que relucir en medio de tanta falsedad, mentira y manipulación de la información.

4.- Vivir como hijos de la luz

Las lecturas bíblicas de hoy nos animan a celebrar con mayor gozo y profundidad el setenta y cinco Aniversario de la Cofradía de Estudiantes.

Os invito a secundar la invitación del apóstol Pablo, quien, en su carta a los Tesalonicenses nos exhorta a vivir como hijos de la luz: «Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas para que ese día no os sorprenda como un ladrón» (Tes 5,4).

Vivir en la tiniebla significa rechazar la Luz de Dios y regirse por los simples deseos humanos, que no llevan a ninguna parte ni dan sentido a la vida humana.

Los cristianos somos «hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas» (Tes 5,5). La noche significa la oscuridad del corazón y de la mente, que muchas veces queda embotada; la noche es el ámbito natural de las malas acciones; la noche es el rechazo del verdadero amor, el fomento del odio, de las maledicencias y todo aquello que denigra al ser humano; la noche es el tiempo en que se generan los pensamientos negativos y se cometen los actos contra las personas. Al hablar de la noche no nos referimos a un tiempo cronológico, sino a un tiempo vital: se puede vivir en la noche o vivir iluminados por la luz del sol, que es Cristo. Son dos formas o estilos de vivir. Los cristianos y, de modo especial, los cofrades somos hijos de la luz, hijos de Dios.

Ser iluminados por la Luz de Cristo Coronado de Espinas es un gran regalo, un don que nos enriquece y nos llena el corazón de alegría y felicidad. Demos gracias a Dios por tener en Cristo coronado de espinas que la Verdad y la Luz. Es un gran regalo, del que tal vez no nos damos cuenta.

Por eso san Pablo nos anima a estar en vela aguardando al Señor, que llega cuando menos se le espera (cf. Tes 5,2). Hemos de estar en vela viviendo sobriamente (cf. Tes 5, 6), no opíparamente ni “epulonamente”, para poder ser más caritativos.

5.- Hacer fructificar los talentos

Según el evangelio Jesús expuso a sus discípulos la parábola del señor que encargó a sus siervos de sus bienes, distribuyendo diversos talentos a cada uno (cf. Mt 25,14-15). Unos hicieron fructificar bien los talentos recibidos (cf. Mt 25,16-17.20.22) y otros no (cf. Mt 25,18).

Al cabo del tiempo regresó el señor de aquellos siervos y se puso a ajustar las cuentas con ellos. A los que habían hecho fructificar los talentos recibidos, les recompensó de dos maneras: con cargos importantes y entraron a gozar de la presencia de su señor (cf. Mt 25,21.23).

Pero quien no había hecho fructificar el talento recibido, fue reprendido por su señor como siervo negligente y holgazán (cf. Mt 25,26-27) y fue echado fuera de la presencia de su señor (cf. Mt 25,30). Fue echado a las tinieblas, es decir, fuera de la presencia del Señor. Si hacemos fructificar los talentos que nos ha dado, Él nos puede recompensar de dos maneras: con beneficios y, sobre todo, con el gozo de su presencia.

Quien recibe talentos debe negociar con ellos en espera de rendir cuentas, pues, queridos hermanos, no somos dueños, sino simples administradores de lo que Dios nos da. El Señor nos ha regalado unos talentos a cada uno (cf. Mt 25, 15) y nos ha encargado una tarea (cf. Mt 25, 14).

Los dones que el Señor da al hombre son muchos: la vida, la fe, el perdón de los pecados, el amor generoso, la familia, la Iglesia, la sociedad, la cultura, los bienes de la naturaleza, la salud, la economía, el trabajo, la tarea socio-política. Podéis añadir todos los dones que el Señor os haya regalado a cada uno y ponerlos en lista para rendir después cuentas al Señor. Nadie escaparemos de ese juicio.

Los dones del Señor se convierten al mismo tiempo en deberes y tarea a realizar. De este modo debemos desempeñar con fidelidad y generosidad nuestros deberes individuales, familiares, religiosos, sociales y profesionales, haciendo fructificar los talentos que el Señor nos ha dado.

6.- Agradecidos al pasado y mirando al futuro

Hoy hacemos memoria agradecida y gozosa de los setenta y cinco años de la re-organización de la Cofradía de los Estudiantes. Damos gracias a Dios y a todos aquellos que, desde el primer momento, iniciaron esta devoción y esta cofradía, dando testimonio en nuestra querida ciudad de Málaga. A todos ellos agradecemos su fe y su testimonio. A los que ya partieron a la Casa del Padre le pedimos que sea misericordioso y que les haga entrar en su presencia en el reino de la luz y de la paz. Y para los que vivís en este mundo pedimos al Señor que os siga colmando de sus bienes y de su presencia, para ser fieles a lo que recibís del Señor.

¡Enhorabuena, queridos cofrades de la Hermandad de los Estudiantes! ¡Muchas felicidades! Este “río-cofradía” aún no ha desembocado en el mar; es decir, aún sigue su curso natural en la historia y le quedan muchos años de recorrido. La Cofradía debe continuar y debéis seguir formando a las generaciones jóvenes, que vienen detrás de vosotros, para que mantengan este caudal fecundo que pasa por Málaga, que recorre el mundo universitario. ¡Ánimo!

Pedimos a María Santísima, Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que interceda por nosotros para ser agradecidos a Dios por los dones que nos regala, por el setenta y cinco Aniversario de la Cofradía y para que sepamos hacer fructificar los talentos recibidos. Amén.

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