
364 días han pasado desde aquel 29 de diciembre del pasado 2024 cuando el Obispo de Jaén abría el Año Santo de la Esperanza en el templo jubilar, la Catedral. Desde entonces miles de personas han pasado por la Seo jiennense para lucrar las gracias que emanan de este tiempo de misericordia y esperanza. Junto con la Catedral, el Hospital, las Hermanitas de los Pobres, el Hogar de Santa Clara de Cáritas o la Prisión provincial han sido, de manera extraordinaria, lugares hasta donde la Iglesia de Jaén ha llevado la esperanza que no defrauda.
Este domingo de la Sagrada Familia, cientos de jiennenses han acudido, de nuevo hasta el relicario del Santo Rostro para participar del último de los jubileos ordinarios en su Eucaristía de clausura, además de en la Jornada de la Sagrada Familia.

El Prelado del Santo Reino ha presidio la celebración en la que han concelebrado el Provicario General, el Deán de la Catedral, el Rector del Seminario, el Delegado para el Jubileo y otros miembros del Cabildo, así como el Vicario territorial de la zona de Jaén y Mágina. El Seminario al completo ha querido estar en la Misa. También estaban en el presbiterio el equipo de acólitos de la Catedral, así como, varios diáconos permanentes.
El director de Cáritas, Rafael Ramos; Los delegados de Familia y Vida, Isabel Sánchez y Juan de Dios García; los directores del COF (Centro de Orientación Familiar), José Manuel Ureña y Gema Álvarez y personas relacionadas con la pastoral familiar, religiosas, el presidente de la Agrupación de Cofradías de Jaén, Francisco Sierra y muchas familias han querido celebrar juntos este día.

Las lecturas han estado participadas por el director de Cáritas, la directora del COF y uno de los seminaristas, Guillermo Ballesteros ha cantado el salmo. El diácono permanente, D. Manuel Rico ha proclamado el Evangelio, en una celebración armonizada por las voces del grupo litúrgico musical EscuchArte.

Homilía
La familia y los frutos del jubileo de la esperanza han centrado las palabras de Monseñor Chico Martínez. “Celebramos en este domingo de Navidad una fiesta muy entrañable: la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José. Y lo hacemos, además, en un día muy significativo para nuestra Iglesia diocesana, porque en esta Catedral de Jaén, Templo Jubilar, clausuramos el Año Jubilar de la esperanza que hemos vivido como tiempo de gracia, de conversión y de esperanza”, ha comenzado diciendo, para añadir, “Venimos a dar gracias por lo recibido. Venimos también a pedir luz para el camino que continúa, la peregrinación de nuestra vida. Y venimos, sobre todo, a poner en manos del Señor lo más valioso y lo más frágil que tenemos: nuestras familias”.

Después, y a la luz de las lecturas proclamadas, Don Sebastián ha afirmado sorbe el matrimonio y la familia, “Hoy necesitamos la familia más que nunca, enraizada en la vocación matrimonial, llamada de Dios, voluntad de Dios que genera “un hogar”. En un mundo duro, con soledades y cansancios, todos necesitamos un lugar de aceptación y afecto. Y, al mismo tiempo, sabemos que la familia sufre: dificultades de identidad – cuando se presenta la fidelidad, el sacrificio, la renuncia y la entrega total como una carga – y dificultades muy reales: trabajo, vivienda, economía, conciliación, educación de los hijos… Por eso, hoy reafirmamos con serenidad que la familia es un bien insustituible, y cuidarla es servir al bien común, es cuidar y proteger a nuestra sociedad, a nuestra humanidad”.
De igual modo, ha querido tener palabras de agradecimiento por todo lo sembrado en este año jubilar, a la vez que ha hecho memoria de lo acontecido: “Damos gracias por este tiempo de gracia en el que Dios nos ha devuelto a lo esencial: la esperanza no es un optimismo ingenuo; la esperanza es Cristo. Él ha sido el centro de este Jubileo: su misericordia, su palabra, su perdón, su Eucaristía”.

En este sentido, Monseñor Chico Martínez ha resaltado cuatro caminos a los que conducen todo lo vivido durante el último año:
“A volver a lo esencial: a poner a Jesucristo en el centro: Cristo es nuestra esperanza. Él sostiene la Iglesia. Él nos espera siempre”.
“A una Iglesia reconciliada y misericordiosa: por eso, el Jubileo nos empuja a ser una diócesis donde se respire reconciliación: en las familias, en las parroquias, en las comunidades, también entre nosotros, siendo fermento de comunión en nuestra sociedad”.
“A una Iglesia en salida: esperanza para los que más sufren: los pobres, los enfermos, los mayores que están solos, los que viven la precariedad, los que están lejos de la fe, los que se sienten descartados… se traduce en caridad concreta, en cercanía, en compromiso”.
“A fortalecer la fe en lo cotidiano: El Jubileo nos enseña a vivir la fe no como algo añadido, sino como alma de la vida. Y eso se juega en lo ordinario: en el trabajo, en las relaciones, en la educación, en la familia, en las pequeñas decisiones de cada día”.
Para finalizar sus palabras, el Obispo ha querido agradecer a todos y cada uno de los que a lo largo del último año han participado de forma activa en el Jubileo, en la preparación, acogida, celebraciones, intendencia, para que todo saliera bien. Y antes de terminar ha encomendado a la Sagrada Familia de Nazaret a las familias de la Diócesis: “Encomendemos a Jesús, María y José a todas nuestras familias. Que nos enseñen a vivir unidos, a sostenernos en las pruebas y a cuidar lo esencial. Y que, al salir de esta Catedral, cada uno pueda ser en su casa y en su entorno una pequeña luz que diga, sin palabras, una gran verdad: Dios está con nosotros. Y por eso, siempre hay esperanza”.
Los jóvenes, muchos de ellos implicados activamente en la vida de la Diócesis a través de distintas Delegaciones y Secretariados han hecho la oración de fieles, junto a los acólitos de la Catedral y las Hermanitas de los Pobres. Las ofrendas las han llevado hasta el altar la familia Lechuga Escobar.
Después de la comunión y como ha sido tradición en todos los jubileos, el Obispo ha impartido la bendición con el Santo Rostro, que ha llevado desde su capilla el Deán de las Catedrales. Antes, el Obispo ha pedido a los niños que subieran hasta el presbiterio para participar desde allí de esa oración ante la reliquia más venerada en la Diócesis.
Con un canto a la Virgen y animando al próximo jubileo, el Obispo ha despedido a la asamblea.
Homilía del Obispo de Jaén en la Clausura del Jubileo y Jornada Sagrada Familia 2025
Galería fotográfica: «Clausura del Jubileo de la Esperanza y Jornada de la Sagrada Familia»
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distintas islas, además del fallecimiento del que fuera obispo nivariense, Bernardo Álvarez, etc





















