Las vicarías de Cartagena y del Campo de Cartagena – Mar Menor han sido las primeras en peregrinar al templo catedralicio en el Jubileo de la Esperanza.
Ayer tuvo lugar la primera de las grandes peregrinaciones de las zonas pastorales de la Diócesis de Cartagena a la Catedral: la de las vicarías de Cartagena y del Campo de Cartagena – Mar Menor, cuyos fieles se desplazaron hasta el templo jubilar para lucrar la indulgencia plenaria en el Jubileo que la Iglesia celebra este año.
«Andando por el camino te tropezamos, Señor (…) tenían tus palabras fuerza de vida y amor, ponían esperanza y fuego en el corazón». Entonando este conocido canto, los fieles, después de realizar la estación jubilar en la Parroquia San Bartolomé de Murcia, peregrinaron a pie hasta la Catedral. Acompañados por un buen número de sacerdotes, acudieron numerosos feligreses de las parroquias de Fuente Álamo, La Unión, Lo Pagán (San Pedro del Pinatar), Torre Pacheco, San Javier, Sucina (Murcia) y de las poblaciones cartageneras de Cabo de Palos, El Albujón, Las Lomas del Albujón, La Aparecida, La Manga, La Palma, La Puebla, Los Belones y Pozo Estrecho; todas ellas pertenecientes a la vicaría del Campo de Cartagena – Mar Menor. De la zona de Cartagena acudieron feligreses de hasta once parroquias de esta ciudad.
Al llegar al templo catedralicio comenzó la Eucaristía jubilar. La presidió el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, que en su homilía se dirigió a los peregrinos: «Habéis venido para poner vuestro corazón ante Dios, para sumergirlo en su gracia que nos transforma interiormente; no sois un grupo de conformistas, sino que sois la gente que Dios ha llamado para abrir nuevos caminos; sois el pueblo de Dios que camina, y caminar juntos significa ser oyentes de la Palabra y celebrar juntos la fe, lo que nos ayudará a evangelizar con más fuerza, a transformar esta sociedad».
El prelado exhortó a los fieles a llevar el Evangelio a los demás en su día a día, especialmente a quienes viven situaciones de sufrimiento. «Esta tarea es vuestra, mía, de cualquiera de nosotros: hablar a los demás de Dios y animarlos a encontrarse con el Señor; sois capaces de llevar el tesoro de la fe a todos los que os rodean, capaces de buscar cada día la justicia, la verdad, la paz; sois hermanos que vais a hablar no con palabras, sino con el testimonio de una vida en esperanza, con sencillez y humildad».
Por último, el obispo animó a los feligreses a ayudarse unos a otros a fortalecer su fe, así como a seguir profundizando en la oración. «Habéis elegido a Cristo; como hermano vuestro, os felicito de verdad y os digo con seguridad que habéis elegido bien, no hay otro camino mejor; no os vais con los bolsillos vacíos, os vais llenos de esperanza y ojalá que el Señor os conceda mantenerla durante toda vuestra vida».
La celebración de la Eucaristía terminó con el rezo de las preces jubilares, que completan las condiciones para lucrar la indulgencia plenaria: peregrinar a la Catedral, realizar la confesión sacramental, recibir la comunión eucarística y orar por las intenciones del Santo Padre.
Las otras vicarías de la Diócesis de Cartagena realizarán esta misma peregrinación en las próximas semanas. El delegado diocesano para el Jubileo, José Antonio Ibáñez, explica que hasta el mes de diciembre se irán sucediendo estas peregrinaciones desde las distintas zonas pastorales. Una experiencia que «con la previa preparación en las parroquias y la ayuda inestimable de los sacerdotes ayudará a preparar el corazón de los fieles para ganar la indulgencia plenaria y vivir este Jubileo de la Esperanza».
Una experiencia vivida desde la alegría
El vicario de la zona pastoral de Cartagena, José Abellán Ibáñez, destacaba la buena participación de las parroquias de la vicaría en esta primera peregrinación y que los fieles «volvieron muy reconfortados a nivel de experiencia de fe; se habían preparado para vivir la peregrinación y lucrar la indulgencia plenaria y han vivido una experiencia hermosa; las palabras de Mons. Lorca les han parecido muy alentadores y esperanzadoras».
El vicario del Campo de Cartagena – Mar Menor, Manuel Verdú Moreno, también resaltaba la respuesta de los fieles de esta zona pastoral a esta peregrinación a la Catedral. «La han vivido con muchísimo entusiasmo y alegría, es una oportunidad que se nos brindó desde el Pontificado del Papa Francisco y que han querido acoger con la ilusión que caracteriza a los feligreses de estas parroquias».
El 22 de octubre, sobre Madeleine Delbrêl, y el día 25, con el Coro Tomás de Victoria.
Una conferencia sobre “Madeleine Delbrêl. Una mística de ojos abiertos” y un concierto en la Catedral de Granada, dentro de sus actos conmemorativos en el V centenario, son las dos propuestas del Centro Cultural del Arzobispado para esta semana.
El día 22 el salón de actos de la Curia Metropolitana acogerá la conferencia sobre la figura de Madeleine Delbrêl, dentro del Ciclo “Semblanzas”. La conferencia, que se celebrará a las 19:30 horas y colabora la Librería Cruz de Elvira, estará a cargo de la profesora de la Facultad de Teología (UGR) Mariola López Villanueva (RSCJ).
“La figura de Madeleine Delbrêl y su manera de vivir una espiritualidad enraizada en la vida cotidiana, contemplativa y comprometida con los más vulnerables, se nos ofrece como una guía valiosa para muchas de nuestras búsquedas actuales. Su camino interior conecta fuertemente con las necesidades y los desafíos de los hombres y mujeres de hoy, que viven la fe a la intemperie y que necesitan reparar el tejido relacional. Su misma vida en un barrio periférico de París, y en un ambiente descristianizado, se va a convertir en una parábola significativa: poeta, trabajadora social, y mística; en ella se unen, con sorprendente naturalidad, la vida interior y la acción por la justicia; el enraizamiento en la propia fe y el diálogo y el amor hacia los que no la comparten; la soledad y una vida en común deseada y arriesgada”, explica Mariola López.
La segunda convocatoria cultural de la semana es el concierto que acoge la S.A.I Catedral el sábado día 25 con el Coro Tomás de Victoria, con obras de Pierluigi de Palestrina bajo la dirección de Pablo García Miranda. Será a las 19:30 horas y la entrada es libre hasta completar aforo.
Durante los días del 10 al 13 de octubre se ha celebrado en la Casa de Espiritualidad de San Juan de Ávila, en La Yedra, un nuevo Cursillo de Cristiandad, el número 338 de nuestra diócesis.
Este Cursillo ha sido coordinado por María de los Ángeles Negrillo Palacios en un equipo de once responsables junto a cuatro personas más como equipo doméstico. Acompañados como siempre con nuestro consiliario D. Sebastián Guerrero Fernández, y viceconsiliario D. Carlos Moreno Galiano.
Una vez más el Señor no ha dejado de sorprendernos y ha derramado su Gracia en los veintitrés cursillistas que han vivido este triple encuentro: un encuentro consigo mismo, un encuentro con Dios y un encuentro con los hermanos.
No hay palabras para explicar lo que se vive en un Cursillo de Cristiandad, lo que sí se puede expresar es que las personas que lo viven experimentan la misericordia y el amor de Dios; una misericordia que sana almas y un amor que te abraza y llena de sentido la vida.
El Cursillo de Cristiandad es una experiencia de Vida que te lleva a descubrir lo fundamental cristiano, es una proclamación testimonial, alegre y jubilosa del Evangelio y de la alegría de vivir en cristiano. Las caras y los testimonios de quienes lo viven son fiel reflejo de que algo nuevo brota durante esos tres días. Se puede entrar con una mochila cargada de piedras pesadas, pero ante lo que allí se descubre se sale ligero de equipaje. Se puede entrar con los ojos cerrados, pero se sale con la mirada más atenta a todo lo que el Señor nos regala cada día. Se puede entrar con la mente bloqueada, pero se sale con pensamientos más claros y esperanzadores. Se puede entrar intranquilo y preocupado, pero se sale con una paz que aleja miedos. Se puede entrar con un corazón endurecido, pero se sale con un corazón ensanchado por el amor de los hermanos.
Y todo es obra de Dios, nada es mérito de nosotros. Solo basta dejarse hacer, dejarse llevar por Él. Ante las dificultades el Señor nos guía, nos apoya, nos da su fortaleza y aliento. Orar y confiar en Él. Ante sus bendiciones sentirnos agradecidos, compartirlas con los demás y alabarlo, porque Dios es fuente de todo bien. Poner nuestras obras y proyectos en sus manos. Él solo desea el bien para nosotros y así nos lo ha mostrado una vez más en esta vivencia que marca la vida.
Jesús es nuestro “manual de instrucciones” que nos llena de luz y color las hojas en blanco de nuestra vida. Una vida que, interiorizada por los valores del Evangelio, nos lleva a volar alto, a vivir más en plenitud entregándonos al más necesitado. Una vida que encuentra la felicidad procurando la felicidad de los demás. Una vida en la que Jesús cuenta con nosotros para que seamos sus brazos y trabajar por su Reino; para que seamos testigos del Amor tan grande que nos tiene.
El Señor ha estado grande muy con nosotros en este 338 y por ello le damos gracias. Gracias Señor por todo lo que nos transmites, por todo lo que nos ayudas a descubrir, por todo y por tanto que transformas nuestros corazones.
Tras sendas ordenaciones celebradas el pasado sábado en la Catedral.
Desde el pasado sábado 18 de octubre, la Archidiócesis de Granada tiene un sacerdote más y un nuevo diácono permanente, tras sendas ordenaciones presbiteral de Rosileno dos Anjos Araújo y Óscar Álvarez Rosales, respectivamente.
Ambas ordenaciones tuvieron lugar durante la Eucaristía celebrada en la S.A.I Catedral Metropolitana, presidida por el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo y concelebrada por un grupo de sacerdotes diocesanos con la participación de los seminaristas.
Rosileno dos Anjos Araújo, procedente de la Comunidad Católica Shalom donde vio crecer su fe cristiana, recibía la imposición de manos de nuestro arzobispo y de los sacerdotes concelebrantes, y la oración de consagración que lo convierten en presbítero diocesano. También recibía la unción de las manos y la entrega del pan y vino, que en la Eucaristía consagrará a partir de ahora, así como el abrazo de la paz de nuestro arzobispo.
El nuevo presbítero fue revestido con los ornamentos sacerdotales, antes de incorporarse al altar junto al presbiterio, ayudado por el Vicario General, D. Enrique Rico Pavés, que fue rector del Seminario Mayor San Cecilio durante la etapa formativa como seminarista.
La primera Eucaristía de Rosileno dos Anjos Araújo será el miércoles día 22 en el monasterio de San Jerónimo, a las 19:30 horas. Dos Anjos estará en las parroquias de San José de Válor, de la Purísima Concepción de Mecina Alfahar, de La Encarnación de Nechite, del Cristo de la Luz de Mairena y de Nuestra Señora del Rosario de Laroles, donde ha servido hasta ahora como diácono y ahora como párroco.
DIÁCONO PERMANENTE
En la misma celebración, fue conferido como diácono permanente el laico granadino y profesor de Religión Óscar Álvarez Rosales. Es el tercer grado del Sacramento del Orden, en este caso el diaconado, que pueden recibir los laicos, casados o no.
“El diaconado permanente es diferente al que nosotros comúnmente estamos acostumbrados. Nosotros siempre estamos acostumbrados a verlo en chavales que se van a ordenar sacerdotes y lo reciben como el primer paso dentro del Sacramento del Orden, que sería el tercer grado, previo al Sacramento, a la recepción del segundo grado del Sacramento del Orden, que es el presbiterado. Sin embargo, el Sacramento del Diaconado Permanente es diferente en tanto en cuanto tiene una identidad propia y una vocación propia en él mismo”, explica el director de formación del diaconado permanente en la Diócesis y delegado episcopal para el clero, D. Antonio Jesús Pérez Martínez.
“No se trata de un sacramento que se recibe en vista a recibir el presbiterado, sino que tiene una entidad propia. Además, el Sacramento del Diaconado Permanente lo pueden recibir personas que están casadas también. No es exclusivamente para personas que están casadas, puesto que también lo puede recibir una persona que está soltera, que no está casada”, subraya.
Junto a Óscar Rosales estaba su familia y numerosos fieles que quisieron acompañar a los ordenandos en ese día de júbilo para la Iglesia diocesana y la Iglesia universal.
El pasado miércoles 15 de octubre, el Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, visitó Beas de Segura para celebrar la festividad de Santa Teresa de Jesús en la Iglesia Conventual del Monasterio de San José del Salvador, de Madres Carmelitas Descalzas. Así se ha sumado a la celebración extraordinaria que el pueblo de Beas vive este año con la celebración del 450º aniversario de esta fundación por la propia Santa Teresa de Jesús, un hecho que lo hace único en nuestra Diócesis.
La Misa Solemne inició con procesión de entrada desde la sacristía mayor de la Iglesia Parroquial de nuestra Señora de la Asunción y estuvo amenizada por las voces de las propias madres carmelitas descalzas, desde el Coro Alto de la Iglesia Conventual. La Eucaristía fue presidida por Don Sebastián y concelebrada por el Vicario Territorial de la zona, D. Manuel Luis Anguita, y varios sacerdotes, entre ellos D. Agustín Rodríguez, Delegado Episcopal de Hermandades y Cofradías, hijo de Beas, a quien el Obispo agradeció públicamente su labor por la organización del Rosario Magno que se celebró hace unos días en la capital del Santo Reino.
Durante la homilía, Monseñor Chico Martínez saludó afectuosamente al Alcalde y demás autoridades civiles y religiosas que acudieron a la celebración litúrgica y destacó que, “celebrar la festividad de Santa Teresa en el primer convento de carmelitas descalzas de Andalucía, es un motivo de profundo gozo y de gratitud” añadiendo que “este convento que durante siglos ha sido faro de oración y silencio, es un auténtico don para la Diócesis de Jaén y para toda nuestra tierra del Santo Reino”.
Nuestro Obispo remarcó que la fundación de este monasterio supuso “la siembra de una nueva primavera espiritual en tierras andaluzas y desde aquí la reforma del Carmelo se extendió con fuerza irradiando su luz por toda la región y más allá”, recordando no sólo la gran labor de Santa Teresa de Jesús, sino también la de San Juan de la Cruz, la Beata Ana de Jesús y las primeras carmelitas descalzas, que también dejaron una huella espiritual y humana imborrable.
El Prelado mostró su agradecimiento: “Gracias hermanas, por vuestra fidelidad escondida, por sostener con vuestra oración la vida de la Iglesia, por sostener a nuestras familias, por encomendarme a mí y a todo el presbiterio. Gracias al pueblo de Beas, que ha sabido cuidar este tesoro espiritual con cariño y devoción generación tras generación”.
Al finalizar la Eucaristía, el Alcalde de Beas, D. José Alberto Rodríguez Cano, dio lectura del Acuerdo del Concejo fechado el 2 de febrero de 1.618 por el que los Regidores en Cabildo y representación de todo el pueblo de Beas, nombraron a Santa Teresa de Jesús por Patrona y Protectora de esta Villa “para siempre jamás”, un patronazgo que comparte con el místico Doctor San Juan de la Cruz y la Santísima Virgen de la Paz.
Tras la Misa, la imagen de Santa Teresa de Jesús recorrió las calles de Beas de Segura en procesión extraordinaria, con motivo de la celebración de esta efeméride y ante la devoción de los beasenses.
Homilía de Mons. José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, en las ordenaciones diaconal y sacerdotal del 18 de octubre de 2025, en la S. A. I. Catedral de Granada.
Queridos Óscar y Lenon,
Queridas familias,
Queridos hermanos y hermanas también,
Que antes se me ha olvidado saludaros a los que habéis venido de los pueblos. No se me olvida. Yo también soy obispo de toda la diócesis y de los pueblos de la Alpujarra, con mucho cariño, además. De Válor, de Mecina, Alfalá, de Nechite, de Mairena, de Laroles, de Jubar. Y también de la Herradura, de Jete, de Otívar y de Lentegí.
Bienvenidos seais todos. Estáis en vuestra casa. Aunque cueste mucho llegar. Sois unos pueblos de altura. Muchas gracias por vuestra presencia. Queridos hermanos y hermanas. Queridos sacerdotes concelebrantes, queridos diáconos, queridos seminaristas. Es, como os decía, un motivo de alegría la ordenación que estamos celebrando. Lo es para la Iglesia de Granada, lo es para la Iglesia Universal.
El pasado miércoles, al Papa León, a quien saludé por primera vez en manifiesto de la comunión y el cariño de la Iglesia de Granada con él, sucesor de Pedro. Desde ese espíritu vivimos esta celebración. Acabamos de escuchar las palabras de Dios que es lámpara para nuestros pasos, luz en nuestro sendero. En esa Palabra de Dios hemos escuchado en el texto del libro de Isaías, en que nos habla de que el Espíritu del Señor está sobre el Mesías. Y este texto se lo apropia el propio Jesús en la sinagoga de Nazaret. Cuando se levanta hacia la lectura, es proclamado este texto y dice: Hoy se cumplen estas palabras que acabáis de oír.
Él es realmente aquel sobre el que se ha posado el Espíritu. Él es el que ha sido enviado a evangelizar a los pobres, a darnos la libertad verdadera, a salvarnos. A darle al mundo la alegría del Evangelio, la esperanza. Y esto es a lo que estamos llamados todos en la Iglesia. San Pablo VI decía que la Iglesia existe para evangelizar. Y esa evangelización se lleva a cabo con orden, mediante la disposición con la que Dios ha querido ordenar su pueblo.
Todos estamos llamados a ser anunciadores de Cristo. Todos participamos del sacerdocio real de Cristo por nuestro bautismo, que es la condición fundamental, la de hijos e hijas de Dios. Pero Dios ha elegido entre los hombres de su pueblo aquellos que participen de una manera especial de su capitalidad, que es Cristo, cabeza y pastor de su pueblo. Ese pastor que, como hemos entonado, cantado en el salmo, no nos abandona, continúa. Continúa mediante el ministerio apostólico, continúa a través de los pastores del pueblo de Dios, anunciando el Evangelio con el nombre y la autoridad de Cristo.
Y eso es cometido. Ahora, Oscar, dentro de un momento, te entregaré los santos Evangelios. Te diré que recibas el Evangelio de Cristo del que has sido constituido mensajero. Convierte en fe viva lo que te voy a decir. Y lo que has hecho fe viva anúncialo, difúndelo. Y lo que has anunciado, testimónialo con tu ejemplo. Allí está resumido… Que también vale para todos los otros sacerdotes.
Lo hizo también Lenon en el día de su ordenación de diácono. Vale para todos nosotros. Vais a ser anunciadores, privilegiados y cualificados de la Palabra de Dios. Ya no simplemente sois unos expertos en la Sagrada Escritura, sino que también sois maestros del pueblo de Dios. Pero es el testimonio lo que convence. Es ciertamente Dios el que hace crecer la semilla de su Palabra en nosotros.
Pero lógicamente, nos tenemos que hacer creíbles por nuestro testimonio, por nuestra palabra. Querido Oscar, llevas mucho tiempo dedicado al anuncio mediante la enseñanza religiosa, su seguimiento. Te has preparado durante muchos años y esperado con paciencia. Gracias a Dios, la Iglesia instituyó pues de nuevo el ministerio de diácono permanente. Que vivieron los primeros cristianos, como nos relata el libro de los Hechos de los Apóstoles y la primitiva comunidad cristiana. Y que el Concilio Vaticano II puso de nuevo en la Iglesia como un ministerio, no solo destinado en el camino al sacerdocio ministerial mediante el presbiterado, sino también como ministerio propio. Como vocación completa.
Pues, querido Oscar, ha llegado ese momento. Dios tiene su tiempo. Nunca llega tarde, aunque nosotros nos parezca. Él tiene el momento que no coincide con nuestros relojes, con nuestros calendarios. El Señor te bendiga. Te has preparado. Ahora, anuncia Jesucristo y doy gracias a tu familia por acoger este don y esta vocación. También tu familia ha sido seminario, semillero, donde esa semilla de la vocación que Dios puso en ti hace ya mucho tiempo, la han cuidado, la han completado.
Has vivido ese testimonio con el que el Señor bendice a su Iglesia, también mediante el sacramento del matrimonio que continúa. Que continúa en esta nueva vocación al servicio del pueblo de Dios. Ahora, ya como ministro cualificado, como alguien que anuncia el Evangelio en el nombre y con la autoridad de Cristo, como servidor de la mesa de la Palabra, pero también de la mesa eucarística.
Pero hay algo que nos ha mostrado hoy la Palabra de Dios y que vale para todos nosotros, los cristianos, pero de manera especial para el ministerio ordenado. El ministerio es servicio. Nuestro Señor nos ha dicho que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos. De alguna manera, hoy sois expropiados de una manera especial.
Sois expropiados de vuestro ego, de vuestro yo, aunque que siempre la tentación del hombre viejo reclama sus fueros perdidos. Pero estamos hechos para Dios y para los demás. La consagración nos lleva, precisamente, a ese sentido de una proexistencia en favor de Dios y de los otros. Y el Evangelio, hoy vemos que Jesús se pone por los suelos. San Juan no nos relata la institución de la Eucaristía en Jueves Santo, porque ya nos ha hablado del discurso del pan de vida, del capítulo seis de su Evangelio.
Nos ha explicado el sentido teológico de la Eucaristía como nadie. De Cristo, como pan de vida eterna, que nos anticipa la Resurrección y al mismo tiempo el misterio de su entrega, sacrificada por nosotros. Tenéis que ser hombres de Eucaristía, hombres de Cenáculo. Pero una cosa, el Cenáculo también es lavatorio de los pies.
El Cenáculo también es servicio. Un autor francés escribía no hace mucho en el diario La Croix: ordenados por los pies. Y habla y recuerda de que Cristo es Mesías por abajo. Y puede sorprendernos, ¿qué quiere decir ordenados por los pies? Cuando la ordenación, cuando la haré dentro de un momento, es por la cabeza. Cuando somos consagrados, precisamente, al ser ungidos. Y al mismo tiempo por la imposición de manos en nuestras cabezas.
Y este autor francés, con una gran creatividad, dice que Cristo en la Última Cena, cuando instituyó el sacerdocio, les muestra a sus discípulos que hay que ser también ordenados por los pies. ¿Habéis visto lo que yo he hecho con vosotros? Vosotros también debéis hacer lo mismo. Debéis lavaros los pies unos a otros.
Es el ejemplo y el testimonio del Papa Francisco pocos días antes de morir, visitando la cárcel el Jueves Santo y rememorando el lavatorio de los pies. Cristo fue ungido también en sus pies por una mujer, por una pecadora. A María también. Fue ungido con perfume, fueron lavados sus pies con lágrimas. Cristo nos enseña que tenemos que estar a los pies.
Y esto no se puede… No entráis a formar parte de una casta, sino de un ministerio. No podéis servir a Dios y al poder. No podemos servir a Dios y al dinero. Este es el estilo, lo que has leído, lo que has hecho fe viva, difúndelo, predícalo. Lo que has predicado, vívelo con tu ejemplo. Este es nuestra vida. Y esto exige un permanente e inseparable relación con el misterio eucarístico de Dios que se anonada.
Pero ese Dios es Jesús de Nazaret. Ese Dios es el Señor. Ese Dios es sobre quien está el Espíritu, porque me ha ungido. Me ha enviado. Luego está la misión, también. Lenon, vas a recibir ahora el ministerio de la santificación de una manera especial. Te vas a comprometer a vivir de manera especial, único Jesucristo. Los dos. Impersonando a Cristo, cada uno en el orden que recibís. Personando a Cristo, Lenon, en el sacrificio eucarístico. Celebrando la Eucaristía como el centro y culmen de tu vida, como lo es de todo sacerdote y de todo fiel cristiano. Haciendo el centro, haciendo el amor de tus amores. Viviendo ese sentido al mismo tiempo de misterio, de oración ante el Dios que se ha hecho nuestro. Y que está presente en nuestros Sagrarios, desde la Alpujarra a la costa. Desde poniente hasta la parte opuesta, hasta el Levante.
Está entre nosotros. Ese Dios es el que se pone por los suelos, pero que es Eucaristía, que es el Señor. Que es el Mesías que nos anuncia el Evangelio de la alegría, como como hemos oído. Vas a ser dispensador del perdón de Dios.
Y yo te pediría que aprendas también del pueblo de Dios, que acuda a pedir el perdón. Porque hay mucho santo. Hay mucho santo en el pueblo de Dios. Santos anónimos, santos de la puerta de al lado, decía Francisco. Ejercita el ministerio del perdón y vive el perdón para con los demás. Y no dejes de recibirlo. Ejercita también la cercanía a los enfermos. Con la unción, como nos dice Santiago en su carta: Si alguno está enfermo, llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren por él y lo unja.
Vas a ejercitar el ministerio de acompañamiento de los esposos. Vas a ejercitar, en definitiva, la presencia de Cristo en medio de su pueblo. Y ambos, unidos al ministerio del obispo. De este pobre obispo, en vuestro caso. Y todos bajo Pedro y con Pedro, en su sucesor, el Papa.
Tenéis un regalo que nos ha hecho el Papa. Al mismo tiempo, con el recuerdo y con la presencia en sus letras y en su espíritu del Papa Francisco, en la exhortación apostólica “Dilexi te”. Donde nos habla de que los pobres no son una opción, es una obligación. Los pobres concretos, los pobres con rostros, no podemos nunca olvidarnos.
Queridos hermanos, os vais a comprometer también en la oración, en identificación con Jesucristo. Tenéis que ser hombres de oración, hombres de espíritu en un mundo paganizado y en un mundo materializado.
Hombres serenos que den paz a quien está agobiado, a quien está polarizado, a quien está enfrentado. Tenéis que ser, en definitiva, entre comillas, superhombres. Sabiendo que sois débiles y de que nuestra fortaleza es prestada, es de Dios. Y que nosotros también seremos como Pedro, capaces de andar sobre las aguas. Pero el momento en que dudemos, nos vendremos abajo como él. Y el Señor nos dirá: ¿Por qué has temido, hombre de poca fe?
Queridos hermanos, os pongo bajo la protección de la Virgen Santísima. Madre del ministerio ordenado, madre nuestra, la que es la servidora por antonomasia, porque es la esclava del Señor. Y por eso en ella hizo la más grande. En vosotros y en mí también la hará, en la medida en que demos permiso a Dios para que nos expropie y sea Él. Y podamos decir como el apóstol: Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí.
Ella no molesta, y puede ser “medicina para el alma”
Me parece mentira, pero no lo es. Si no ocurre algo extraordinario, este martes, a la imagen de la Virgen de Candelaria se le abrirá la puerta de la prisión, las misma que se usa para los detenidos y penados. Entrará e irá al encuentro de una multitud de personas que llevan semanas esperando este momento y que al principio de la noticia se mostraban un poco incrédulos diciendo – déjese de bromas, pero, ¿qué viene la Virgen de Candelaria de verdad? -.
He sido testigo con cuanta ilusión se está preparando esta singular visita. Elaboración de pancartas, carteles, flores de papel, limpieza, pintura, arreglo de jardines, peana, arco,… y otros tantos detalles con los que queremos acoger la Sagrada Imagen de nuestra querida Morenita. Gracias a los internos e internas por tener tan buen corazón, y gracias a la dirección del Centro y trabajadores por su generosa implicación. Es muy agradable oír estos días –para la Virgen, lo que haga falta-.
También estoy siendo testigo cada día del entusiasmo y emoción que despierta en muchos de nosotros la cercanía de este histórico acontecimiento. En conversaciones personales, en la misma misa de hoy, hablando y motivando para recibir con cariño a la Virgen se me quiebra la voz, me emociono, y a ustedes también les cambia la cara, les brillan los ojos, y algunos bajan la cabeza para no dejar ver las lágrimas que asoman. Ayer me decía un paisano de mi querido sur cuando le pregunté si saldría a verla –si ustedes la traen de tan lejos, ¿no voy yo caminar 40 o 50 metros para verla, ¿cuándo he venido de San Miguel a Candelaria varias veces? -.
Soy consciente que, mientras unos sentimos un gran entusiasmo por esta visita, otros, no llegan a tanto, y se quedan solo en un entusiasmo normalito. Hay otros que la miran con indiferencia o frialdad. Y algunos, hasta les puede molestar. Los entiendo a todos.
A unos y a otros les ofrezco esta reflexión inspirada en las palabras que ayer me dijo un periodista al que no autorizan a entrar al Centro Penitenciario para dar fe de lo que va acontecer. Decía –pienso que esta visita puede ser una medicina para el alma-. Estoy totalmente de acuerdo con él.
Siendo verdad, que lo es, que La Virgen está, según nuestra fe, en el cielo, y desde ahí, nos quiere, nos cuida e intercede por nosotros como madre. La que va a entrar en la cárcel es la imagen de la Virgen de Candelaria. Esa entrañable y querida imagen que acogieron, respetaron y veneraron los guanches y también nuestros abuelos y padres (los míos me enseñaron a quererla desde muy pequeño y, se lo agradezco cada día). Yo, en la Virgen de Candelaria veo un icono de la madre de Jesús y de nuestras madres de la tierra.
Estoy confiado que va a llevar a muchas personas luz, consuelo y esperanza. Que su presencia en un lugar como la cárcel regalará ternura, paz y deseos de libertad y no solo física. Estoy convencido que puede ser buena “medicina para el alma”, curar heridas y ayudar a restaurar vidas. Confío en ello. Afirmo también, que la Virgen no molesta, porque las madres nunca molestan. Las madres incluso hacen milagros. La mía, en medio de una familia pobre, los hacía cada día. Las madres son así. Piensa un poco en la tuya y verás que tengo razón.
Y he dejado para el final dirigirme a todos los funcionarios y profesionales que trabajan en el Centro de Tenerife. Hace un tiempo, ustedes gritaban “tu abandono me mata”, y cuánta razón había en esa queja y denuncia hacia las Instituciones Penitenciarias por la dejadez, olvido e inseguridad con la que tienen que trabajar cada día. Durante años he compartido, no solo lugar de trabajo, sino amistad, momentos festivos y de duelo, celebraciones de la fe de algunos y de sus familiares. Siempre he sentido admiración y gratitud por su trabajo. Pienso en tantos que son de la península, lejos de su tierra y de los suyos, algunos con padres mayores o enfermos. Otras veces ni siquiera han podido estar junto a ellos en la hora de su muerte. Hoy les digo –La Virgen también viene para ustedes, ¡acójanla! Valoren que para la Iglesia de Tenerife ustedes y las personas presas son importantes y queridas, por eso traemos a la Virgen a la cárcel-.
Un saludo, con el deseo que la Virgen de Candelaria ilumine siempre sus vidas y llene de paz a sus familias.
Agustín Domingo
Delegado Diocesano de Pastoral Penitenciaria y capellán de la cárcel
Antonio Ramón Jiménez, cronista de la localidad, impartió una conferencia y presentó su libro el domingo, 19 de octubre
En noviembre de 2024 comenzó en la parroquia de San Francisco y San Rodrigo de Cabra la celebración del año jubilar del Sagrado Corazón de Jesús. La última actividad que ha tenido lugar dentro del marco del año jubilar ha sido la conferencia “Historia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús” ofrecida por el cronista oficial de Cabra, Antonio Ramón Jiménez Montes, el pasado domingo, 19 de octubre, en el Cinestudio municipal “Antonio Espinar Arcos”. En su intervención el cronista realizó un recorrido por los principales hitos de la devoción al Sagrado Corazón en Cabra y destacó el arraigo popular y su presencia en la vida de la parroquia y en las distintas hermandades y comunidades religiosas de lo largo de los siglos.
En este año jubilar la parroquia ha intentado promover la renovación espiritual de los fieles y fortalecer su amor a Cristo. El párroco, Mario González, destacó el sentido profundo de este año jubilar como un tiempo de gracia, renovación y esperanza.
Ese mismo día, Antonio Ramón presentó su libro “El Sagrado Corazón de Jesús, Teología, Historia y Actualidad. Su presencia en Cabra”, una publicación que se enmarca dentro de las iniciativas culturales y pastorales que la parroquia ha promovido para que los fieles fortalezcan su amor al Corazón de Cristo.
Programa emitido en COPE Granada y COPE Motril el 19 de octubre de 2025.
Disponible el informativo diocesano “Iglesia Noticia”, emitido en COPE Granada y COPE Motril el 19 de octubre de 2025, en el que informamos del Domingo Mundial de las misiones (DOMUND) y hablamos con el misionero granadino comboniano padre José, que ha estado, entre otros lugares, durante 14 años en la misión en Perú.
También sobre el curso de órgano litúrgico que se ofrece en la Diócesis y cuyo plazo de inscripción concluye el 30 de octubre.
Durante la Audiencia jubilar, celebrada este fin de semana en el Aula Pablo VI, donde entregaron una vara de mando a León XIV, y a la que asistieron representantes procedentes de 70 países.
La Pastoral gitana de Granada ha participado este fin de semana en el jubileo de la esperanza celebrado en Roma. El Aula Pablo VI del Vaticano, donde se celebró la Audiencia de la comunidad gitana con el Santo Padre, sonó la voz de Granada con la interpretación de un cuadro flamenco, compuesto por granadinos, a la guitarra, en el baile, las palmas y en la voz del cante de Rafael Fernández Jiménez, más conocido como Rafaelo.
“Papa León te queremos. Papa León te adoramos. Papa León te cantamos porque somos gitanos” es el mensaje que la comunidad granadina dirigió al Santo Padre con los acordes rumberos a la guitarra y en la voz de Rafelo.
Al término de la interpretación, Rafael se dirigió al Santo Padre para entregarle una vara de mando. “Los gitanos de España le hemos traído un obsequio. ¿Me permite que se lo entregue con mi primo José?”, le pregunta Rafael al Papa. Tras la entrega, León XIV y Rafael se funden en un abrazo.
Foto: Vatican Media
Para la comunidad de Granada ha sido una “experiencia única”, que recordarán con cariño en su primer encuentro con el Papa León XIV desde su elección como pontífice de la Iglesia universal.
JUBILEO
Junto a ellos, el Aula Pablo VI del Vaticano estaba llena de rostros procedentes de todo el mundo para este jubileo gitano, ataviados con sus faldas gitanas bordadas, chalecos bordados, pañuelos de lunares, sombreros de ala ancha y peinados adornados con flores.
En sus palabras durante la Audiencia General, León XIV apeló a la fe, la oración, el trabajo, educación, formación y acompañamiento como instrumentos con los que derribar “los muros de la desconfianza”. “Todo ser humano nace con la imagen de Dios. Si uno es pobre, si viene de una familia rica, si tiene propiedades, si no las tiene, todos somos hermanos y hermanas. Entonces, respetemos esta fraternidad de todos y veremos que el mundo puede cambiar también ahí”.
“Sed protagonistas del cambio de época en curso, caminando juntos con otras personas de buena voluntad desde los lugares donde os encontráis, yendo más allá de la desconfianza mutua, dando a conocer la belleza de vuestra cultura, compartiendo la fe, la oración y el pan fruto del trabajo honesto”, señaló el Santo Padre en la Audiencia jubilar.