Inicio Blog

Mons. Santiago Gómez ordena a un presbítero y tres diáconos en una solemne celebración en la Catedral

0

Mons. Santiago Gómez ordena a un presbítero y tres diáconos en una solemne celebración en la Catedral

La Iglesia de Huelva ha vivido este sábado, 13 de septiembre, una jornada de especial gozo en la Santa Iglesia Catedral de la Merced, donde ha tenido lugar la Sagrada Ordenación Sacerdotal del Rvdo. Sr. D. Iván Huzo y la Sagrada Ordenación Diaconal de los seminaristas Rvdo. Sr. D. Ángel Fábregas Martín, Rvdo. Sr. D. Manuel Higueras García y Rvdo. Sr. D. Marcelo Andrés Zeballos Villegas.

La celebración fue presidida por el Obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra, quien, mediante la imposición de manos y la oración consecratoria, confirió el sacramento del Orden a estos cuatro hermanos llamados al servicio del Pueblo de Dios. La Catedral, que se llenó de fieles venidos de diferentes puntos de la diócesis, fue testigo de una liturgia solemne en la que se hizo visible la comunión y la alegría de toda la comunidad diocesana.

En su homilía, Mons. Santiago Gómez Sierra invitó a los ordenandos y a toda la asamblea a contemplar la ordenación no solo como un rito solemne, sino como el reflejo de una historia de amor en la que Dios lleva siempre la iniciativa. Recordó las palabras del profeta Jeremías: «Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré» (Jer 1, 4).

El Obispo subrayó, en primer lugar, que la vida cristiana y el ministerio ordenado se apoyan en una herencia recibida: la fe transmitida por la familia, la comunidad y los pastores, cuya plenitud se encuentra en Cristo mismo, presente en su Palabra, en los sacramentos y en la Iglesia. Citando el salmo, expresó: «El Señor es el lote de mi heredad y mi copa… me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad» (Sal 16, 5-6).

En segundo lugar, recordó el mandato de Jesús: «Esto os mando: que os améis unos a otros» (Jn 15, 17). Explicó que evangelizar, administrar la Palabra y los sacramentos, así como guiar la comunidad, son siempre oficios de amor, según san Agustín. Y señaló que la cruz es el signo pleno de ese amor verdadero: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos». La Eucaristía, continuó, es la actualización constante de esta entrega, que configura de modo especial la vida del sacerdote y del diácono.

En tercer lugar, habló de la misión a la que son llamados los ministros ordenados: hacer que todos los fieles reciban de manera consciente, libre y agradecida la obra de Cristo y la manifiesten en su vida. Recordó que el ministerio no se mide en horarios, sino que exige la entrega de toda la vida: «Sé tú un modelo para los fieles, en el hablar y en la conducta, en el amor, la fe y la honradez» (cf. 1 Tim 4, 16).

En su conclusión, Mons. Santiago Gómez Sierra exhortó a los nuevos ordenados a custodiar el don recibido:

«Hoy recibís con el diaconado y el presbiterado un don hermoso, que puede ser muy valioso para la Iglesia y para la sociedad. Custodiadlo con gratitud y fidelidad. Que María, Madre de la Iglesia, os acompañe y a Ella acudid cada día de vuestra vida».

Una celebración de esperanza

La comunidad cristiana diocesana expresó su cercanía y afecto a los nuevos ordenados, acompañándolos con la oración y el testimonio de fraternidad en este paso decisivo de su vocación al servicio de Dios y de la Iglesia.

Ministerios y destinos pastorales

  • El Rvdo. Sr. D. Iván Huzo es Cura Párroco de las parroquias de la Asunción de Nuestra Señora, de Zalamea la Real; San Juan Bautista, de Berrocal; Asunción de Nuestra Señora, de El Villar; y San Pedro de Marigenta-El Membrillo Alto, además de capellán de las Hermanas de Belén, de la Asunción de la Virgen y San Bruno, de Marigenta.
  • El Rvdo. Sr. D. Ángel Fábregas Martín desarrolla su ministerio como Diácono Colaborador en la parroquia de San Antonio Abad, de Trigueros.
  • El Rvdo. Sr. D. Manuel Higueras García ejerce como Diácono Colaborador en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, de Isla Cristina.
  • El Rvdo. Sr. D. Marcelo Andrés Zeballos Villegas colabora como diácono en las parroquias de Nuestra Señora del Carmen y de Santa María del Mar, de Punta Umbría.

La entrada Mons. Santiago Gómez ordena a un presbítero y tres diáconos en una solemne celebración en la Catedral se publicó primero en Diócesis de Huelva.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Nuevos nombramientos para el curso pastoral

0

Nuevos nombramientos para el curso pastoral

PÁRROCOS

  • Rvdo. Sr. D. Iván Huzo, Cura Párroco de las parroquias de la Asunción de Nuestra Señora, de Zalamea la Real; San Juan Bautista, de Berrocal; Asunción de Nuestra Señora, de El Villar y San Pedro de Marigenta-El Membrillo Alto. Y capellán de las Hermanas de Belén, de la Asunción de la Virgen y San Bruno, de Marigenta.

ADMINISTRADORES PARROQUIALES

  • Ilmo. Sr. D. Juan Manuel Pérez Núñez, Administrador Parroquial de las parroquias de Nuestra Señora de Guadalupe, de El Almendro; Santa Catalina, de El Granado; y Purísima Concepción, de Villanueva de los Castillejos.
  • Rvdo. Sr. D. Eliécer López Cardona, Administrador Parroquial de las parroquias de Santiago Apóstol, de Castaño del Robledo; Nuestra Señora de los Remedios, de Cortelazor; Espíritu Santo, de Fuenteheridos; y Nuestra Señora de Gracia, de Los Marines.

VICARIOS PARROQUIALES

  • Rvdo. Sr. D. Jacew Pawel Piskrzynski, Vicario Parroquial de las parroquias de Nuestra Señora del Carmen y Santa María del Mar, de Punta Umbría.

DIÁCONOS COLABORADORES

  • Rvdo. Sr. D. Ángel Fábregas Martín, Diácono Colaborador de la parroquia de San Antonio Abad, de Trigueros.
  • Rvdo. Sr. D. Manuel Higueras García, Diácono Colaborador de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, de Isla Cristina.
  • Rvdo. Sr. D. Marcelo Andrés Zeballos Villegas, Diácono Colaborador de las parroquias de Nuestra Señora del Carmen y de Santa María del Mar, de Punta Umbría.

La entrada Nuevos nombramientos para el curso pastoral se publicó primero en Diócesis de Huelva.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Pospuesta al domingo 21 la entrega de seis nuevas medallas Pro Ecclesia en la Catedral de Cádiz

0

La entrega de estas distinciones queda pospuesta y tendrá lugar finalmente el domingo 21 de septiembre, en la Catedral de Cádiz, siendo presidida la celebración por Mons. Rafael Zornoza.

Esta distinción, que se presentó en el marco del Año Jubilar por el 750 Aniversario del Traslado de la Sede de Medina Sidonia a Cádiz y el 600 de la creación de la diócesis de Ceuta, reconoce la dedicación de personas de nuestra diócesis en favor de la Iglesia en ámbitos como la atención a la comunidad parroquial, la caridad o el desarrollo de iniciativas pastorales.

Las personas que las recibirán son: Francisco Vázquez Vargas, Miguel Carreño, María del Carmen Miranda Asencio, María Dolores Orte, Manuel Delgado Cerro y Ramón Caño Señoranes. A través de sus esfuerzos, estas seis personas han dejado una huella significativa en la vida de la Iglesia y de la comunidad diocesana.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Reabierta la iglesia del convento de las Claras, después de la restauración de sus cubiertas

0

El Cabildo de Tenerife ha culminado la restauración parcial de las cubiertas del Convento de Santa Clara, inmueble histórico que forma parte del patrimonio de la ciudad, garantizando su conservación y seguridad estructural. La intervención se ejecutó conforme al informe técnico del arquitecto Alejandro Beautell García. La restauración fue presentada en la tarde del  viernes y contó con la asistencia de la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila; la directora insular de Patrimonio, Isabel de Esteban; el segundo teniente de alcalde de La Laguna, Fran Hernández; la abadesa de la comunidad de religiosas Clarisas, sor María del Pilar Climent Lorenzo; y el obispo, Eloy Santiago.

La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, señaló que la restauración del Convento de Santa Clara ha supuesto una inversión de más de 400.000 euros, y “es una muestra de nuestro compromiso con la conservación del patrimonio histórico de Tenerife. Proteger estos espacios es preservar nuestra memoria colectiva y reforzar el legado cultural que nos distingue como isla”.

Por su parte, la directora insular de Patrimonio Histórico, Isabel de Esteban, recordó que la citada intervención “no solo garantiza la seguridad estructural del edificio, sino que también asegura su transmisión a las generaciones futuras como un referente espiritual, histórico y arquitectónico”

El obispo  quiso agradecer públicamente la implicación del Cabildo en esta línea de colaboración. “Deseo expresar mi gratitud al Cabildo de Tenerife por la colaboración sostenida en el tiempo, que ha permitido avanzar en la conservación y restauración de nuestro patrimonio común. Las buenas relaciones que mantenemos con la institución insular son un ejemplo de cooperación al servicio de la sociedad, y confirman la importancia de trabajar unidos para preservar la memoria histórica y cultural de nuestra tierra”, subrayó

El segundo teniente de alcalde de La Laguna, Fran Hernández, puso en valor la intervención realizada por el Cabildo en el convento y subrayó que “la preservación de nuestro conjunto histórico es también una prioridad municipal, porque supone reforzar la identidad de una ciudad Patrimonio de la Humanidad y garantizar que espacios tan valiosos sigan formando parte de la vida de nuestros vecinos y vecinas. Esta restauración nos recuerda que proteger no es solo conservar edificios, sino cuidar de la memoria colectiva de La Laguna y proyectarla hacia el futuro”.

Daños detectados y alcance de la intervención

Antes de la restauración, las cubiertas del Convento presentaban un deterioro progresivo que comprometía tanto la seguridad de las personas como la conservación del inmueble. Se observó un desplazamiento generalizado de tejas y numerosas piezas fracturadas, con el consiguiente riesgo de desprendimientos hacia la vía pública y el claustro interior. Además, en la nave principal de la iglesia apareció una grieta lineal en el alero, indicativa de tensiones estructurales, mientras que las filtraciones de agua habían comenzado a provocar humedades en vigas y elementos de madera, debilitando paulatinamente la estabilidad de la cubierta.

La intervención permitió consolidar las zonas más afectadas, reponer piezas dañadas y corregir deformaciones, garantizando la estanqueidad de la techumbre y la preservación de los valores patrimoniales del convento.

Una joya arquitectónica 

El Convento de Santa Clara, primer convento femenino del Archipiélago, fue erigido entre 1575 y 1577 gracias al mecenazgo de Olalla Fonte del Castillo. Tras el incendio de 1697, se reconstruyó y reabrió al culto en 1700, conformando el inmueble esencialmente del siglo XVIII que hoy conocemos, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1978. Destaca su ajimez de gusto mudéjar (1717) y la armadura ochavada de la capilla mayor.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Conferencias y actividades, algunas abiertas a todos, llenan el Congreso Nacional de Seises que se celebra en Guadix

0

Conferencias y actividades, algunas abiertas a todos, llenan el Congreso Nacional de Seises que se celebra en Guadix

El viernes se inauguró una exposición sobre los Seises de la Catedral de Guadix, en el Hospital Real, esta tarde habrá un concierto de la Escolanía Pueri Cantores de la Catedral, en la parroquia de Santiago, y mañana se podrá ver danzar a los Seises de Guadix en la Misa de clausura, en la Catedral accitana

Ya ha comenzado el Congreso Nacional de Seises, que del 12 al 14 de septiembre se está desarrollando en Guadix, con motivo del 75 aniversario d ellos Seises de la Catedral accitana. En la sesión de aperura ya tomaron la palabra el obispod e Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, el alcalde accitano, Jesús Lorente, y los organizadores del congreso. Después hubo una primera jornada con varias conferencias y la inaugruraciónd e una exposición sobre los Seises de la catedral de Guadix, que se puede vistar en el Hopsital Real de la Caridad.

La jornada del sábado 13 de septiembre en Guadix viene marcada por un intenso programa de conferencias, visitas y actividades en torno a la tradición de las danzas religiosas y el papel de los seises en España. La sesión de la mañana se centrará en el análisis histórico de estas expresiones, con ponencias como la del académico Juan Aranda Doncel, que abordará las danzas en las fiestas religiosas de la Córdoba del siglo XVII, y la del profesor José Manuel Rodríguez Domingo, que tratará las del Corpus en el Guadix del Siglo de Oro. Le seguirán las intervenciones del profesor R. Javier Moreno Abad sobre los Seises de Toledo y de la maestra de capilla María Jesús García Sánchez acerca de la tradición de Úbeda.

Por la tarde, las ponencias retomarán la temática bajo el título Historia y presente de los seises en España. Se repasarán experiencias como los 75 años de la danza de los Seises en Guadix, a cargo de Antonio Francisco Gabarrón Torrecillas, la búsqueda de la tradición en Cartagena, presentada por Ibán Huertas San Millán, y la evolución del patrimonio vivo de los Seises granadinos, analizada por Rosa Suárez Muñoz y Juan Bedmar Zamora. La programación se completará con visitas guiadas a la Catedral y a diversos espacios urbanos, y culminará con un concierto de la Escolanía Pueri Cantores de la Catedral de Guadix en la iglesia parroquial de Santiago.

Finalmente, con una mesa redonda sobre los desafíos a los que se enfrentan los Seises y la Misa de clausura, en la Catedral, terminará este Congreso, el domingo 14 de septiembre, que, sin duda, es uno de los actos principales del 75 aniversarios de los Seises en Guadix. La Misa de clausura estará presidida por el obispo de Guadix y en ella habrá una danza extraordinaria de los Seises accitanos.

Antonio Gómez

Delegado diocesano de MCS. Guadix

Ver este artículo en la web de la diócesis

COPE ESPEJO ALMERÍA: Testimonio de un matrimonio de Almerienses en la Canonización de Carlo Acutis

0

La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería y el Palacio Episcopal. San Indalecio, Varón apostólico y mártir según la tradición, es el Obispo fundador de la Iglesia de Almería, que comenzó siendo la Iglesia hispanorromana de Urci.

Ver este artículo en la web de la diócesis

“La universidad tiene que ser un espacio de diálogo sereno”

0

Querido señor Rector;
miembros de la Junta de Gobierno de la Universidad;
queridos profesores;
queridos alumnos;
queridos amigos todos:

Es un motivo de alegría empezar el curso con esta celebración. Con esta celebración en que desde la fe le pedimos al Señor pedimos que envíe Su Espíritu y que ayude en los trabajos.

Acabamos de escuchar la Palabra de Dios en que reivindica sabiduría. Esa sabiduría que, como decía Eliot, “¿dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento?, ¿dónde está el conocimiento que hemos perdido con la información?”.

Hoy más que nunca tenemos un caudal de información infinito, inmenso. Tenemos un caudal inmenso de conocimientos, que se han ido adquiriendo y que constituyen el bagaje de la humanidad, transmitido de unos a otros y que, realmente, forma parte de nuestro acervo. Pero, en ese camino, tenemos que preguntarnos si no hemos perdido grados de sabiduría. En su sentido más genuino y profundo del sentido. El ser humano es el ser que busca el sentido; que busca el sentido de la existencia; que no se conforma con tener medios de vida, calidad de vida, esperanza de vida, se llama. No se conforma, simplemente, con la sociedad del tener, sino que aspira a saber y, sobre todo, aspira a ser más, mejor. Y estas dimensiones del ser humano, integradas en lo que es esa vida completa, esa vida buena de la que hablaban los clásicos, esa vida en plenitud, en definitiva, que la civilización cristiana ha ido conformando en la dignidad de la persona humana, con sus derechos inalienables; esa situación, ese estar, que nace del ser de la persona, de su naturaleza profunda, de lo que el Papa Ratzinger llamaba “de la gramática de la naturaleza”, de la constitución profunda de la persona…

Queridos amigos, eso es algo a preservar. Y preservar, sobre todo, cuando vivimos en un mundo enormemente complejo. Estamos en una zona en que los movimientos sísmicos casi nos hemos acostumbrado. Pero, estamos asistiendo a nuestro mundo, no solo a un cambio, estamos en un cambio profundo, no sólo en una época de cambios, sino un cambio de época. Estamos asistiendo, por primera vez en la historia, con una aceleración inusitada a una transformación, y no sólo a una transformación propiciada ciertamente por las nuevas tecnologías.

Estáis, todo el verano ha sido noticia la UGR por la inteligencia artificial. Yo os felicito que por fin esto pueda, porque detrás hay un esfuerzo, hay toda una ilusión y todo un trabajo. Pero no voy a hablar de política. En comunicación, se dice que la política la ha invadido todo. Si cogemos un periódico que es la expresión de la agenda de las personas, de la agenda de la sociedad, vemos que la política está en todo. Ocupa gran parte. De tal manera, que la vida ha quedado reducida a una página, a dos páginas, que ahora se llama de sociedad. Y al mismo tiempo, en esta sociedad convulsa nuestra, han aumentado las páginas de sucesos. Las páginas de necrológica han desaparecido, porque la realidad de la muerte no la queremos ver aparecer. Y Él nos ha dicho en la Escritura que el Señor nos ayude a calcular nuestros años, para que adquiramos una sabiduría.

Luego, en este mundo convulso, en este mundo acelerado, en este mundo de un acelerador no sólo de partículas que tenéis entre mano, sino en ese acelerador de la vida tenéis una función esencial. El rector decía el otro día que la universidad no es una máquina de expender títulos. No se trata simplemente de conseguir un título, de tener unos saberes -si queréis, unos conocimientos cada vez más parcializados o más especializados, pero, al mismo tiempo, sin el intercambio de la ‘universitas’ de saberes-, y toda esa armonía de saberes es lo que da la universidad. Y un crecimiento en cantidad no lleva consigo un crecimiento en calidad, en intensidad, en profundidad. Don Miguel de Unamuno, ilustre rector, decía que tenemos que cultivar el adentramiento, el adentro de la persona. Lo que nos da esa sabiduría que reclamaba Elliot, que la Sagrada Escritura nos propone como un don de Dios, como algo que nos hace saborear la vida: sabiduría-saborear.

Y desde esa sabiduría es la que hay que transmitir, hay que llevar a la gente. Con un sentido testimonial del profesor, del que profesa (hay un intercambio permanente en las terminologías entre los religiosos, no en vano de la universidad, la funda de la Iglesia); hay un trasvase entre el ámbito del conocimiento de la universidad y el ámbito litúrgico. La cátedra es donde se sienta el obispo, de ahí viene catedral-el que enseña; profesor viene de profesar, y profesar se llama al credo, la profesión de fe. Y profesar se llama cuando los religiosos, las religiosas, hacen la entrega de su vida, profesar.

Pues, yo os pido, queridos profesores, que profeséis un sentido y una sabiduría de vida que da sentido a lo que se hace y a lo que se transmite. Que tengáis un sentido testimonial, porque pasan por vosotros generaciones, para que salga con la información necesaria, ciertamente, sin esa polución informativa de la que se habla en el mundo de la comunicación. Que sepan seleccionar realmente lo que constituye algo bueno para el ser humano. Y al mismo tiempo, con un acervo de conocimientos, que ahora los llamáis competencias; un acervo de conocimientos, pero, sobre todo, con el desarrollo de algo que constituye uno de los elementos esenciales del humano, la curiosidad, la pregunta, el sentido. Y, lógicamente, que pongáis las bases de una sabiduría con la que moverse, con una recuperación del sentido común en nuestra sociedad, con una recuperación de lo obvio en un mundo de relatos, con una recuperación, en definitiva, de la persona que peligra en medio de esta vorágine, de esta aceleración de vida, de esta polarización que asistimos.

Vivimos un momento complejo. Y la universidad no puede ser no sólo una expendedora de títulos, sino simplemente un lugar; sino que tiene que encontrar en el ámbito social, en el ámbito público, y la vida personal de cada uno, un tiempo que marque, como un tiempo de profundización, de crecimiento, no sólo de adquirir competencias para encontrar un hueco en un mercado laboral, sino algo mucho más profundo, para saber y mejorar en ser, para saber y mejorar en la buena vida, en el sentido de la virtud.

Y esto es importante, queridos amigos. Y la fe viene ahí a iluminar, a dar sentido. Porque sin Dios se viene abajo todo. Sin el que es la verdad suprema, que es la respuesta. Y Jesús mismo nos dice “Yo soy el camino” (y al mismo tiempo, la meta, decía San Agustín), “Yo soy la verdad”, que da razón a nuestras preguntas, “Yo soy la vida”, que nos hace superar ese sentido de la hierba que nace y que muere y fenece por la tarde, sino que aspira a una plenitud por la que el ser humano es eso también: anhelo, plenitud, deseo, tensión, proyección. Todas esas cosas tenemos que… Y evitar la politización, por favor. Y al mismo tiempo, poner esos cortafuegos, que son tan necesarios en nuestra España, visto el verano que hemos pasado, para preservar la identidad del sentido originario de la universidad. Y aspirar a lo mejor, a formar hombres y mujeres que sepan ser personas, no sólo individuos o sólo elementos de un engranaje, de una cadena de mercado, según ofertas y demandas. Y, sobre todo, la recuperación del sentido social de la universidad, que no está sólo en su titularidad pública, sino en el sentido del quehacer. No es gente que sale para lucrarse, sino para servir. Fijaros, hasta los ministros vienen de la palabra servir. Y ahora se ha quedado para los elementos de informática, que son los servidores.

Queridos amigos, recuperemos el sentido genuino. Pensemos en esta sociedad nuestra. Y otra cosa que quiero transmitir. La universidad tiene que ser en esta España plural, en esta España que ha cambiado su rostro, un espacio de diálogo sereno, no de imposición ideológica. Una defensa con la razón, pero, sobre todo, con la paz de esa mansedumbre de la que habla Jesús. Con esa mansedumbre que no se puede tener violencia en nombre de Dios, en absoluto. Tampoco la universidad puede ser un escenario de enfrentamiento o de leña para la polarización que vivimos.

Tenemos que recuperar el sentido del quien piensa contrario y del respeto que va más allá de la tolerancia. El respeto se basa en las convicciones propias y en la certeza, a la que se ha llegado por unos saberes que incluyen la fe, al menos una recta razón, pero se lleva al respeto del otro y su dignidad. Por favor, vivamos una universidad que genere personas de paz, personas de convivencia, personas que sepan del respeto más allá de la tolerancia o de la coexistencia pacífica, sino personas que llevan el sentido del reconocimiento del otro en su grandeza y su dignidad. Y de ahí nace una solidaridad cimentada, no una solidaridad de eslóganes según moda o según estrategias políticas, sino una solidaridad que nace del amor a la persona por lo que es, no por lo que piensa ni por lo que tiene.

Todo esto lo vamos a pedir al Señor, al menos yo lo haré por vosotros, a la par que pido por vuestras familias y por el trabajo que realizáis. Y pido también por los difuntos de vuestras familias, de los profesores, de todos.

Que la Virgen, hoy celebra la Iglesia el Dulce Nombre de María, que Ella, con esta imagen de la Virgen de los Remedios, que también remedie tanta necesidad que tenemos.

Así sea.

+ José María Gil Tamayo
12 de septiembre de 2025
Parroquia Santos Justo y Pastor

Texto íntegro y audio de la homilía en la Eucaristía de inicio del ministerio episcopal en Málaga

0

Homilía de Mons. José Antonio Satué Huerto en la Eucaristía de inicio del ministerio episcopal en Málaga celebrada en la Catedral el 13 de septiembre de 2025

Queridos hermanos obispos y sacerdotes.

Hermanas y hermanos de la vida consagrada y del laicado; seminaristas.

Autoridades presentes que habéis tenido la deferencia de acompañarnos.

Representantes de otras confesiones religiosas.

Queridos amigos y amigas.

Comienzo estas palabras dando gracias a Dios. En primer lugar porque nunca ha dejado de cuidarme ni de sorprenderme. Me ha guiado por senderos que jamás habría imaginado, conduciéndome al encuentro de personas —dentro y fuera de la Iglesia— que han sido auténticas caricias divinas en mi camino.

A través del Espíritu, me ha ido llamando desde Sesa, mi pueblo natal, pasando por el Seminario de Zaragoza, diversas parroquias de Huesca, el Colegio Español de Roma, el Dicasterio para el Clero en el Vaticano y la Diócesis de Teruel y Albarracín, hasta traerme a esta tierra bendita.

Gracias también por la confianza del Santo Padre León al encomendarme el cuidado pastoral de esta Iglesia que peregrina en Málaga y Melilla.

Gracias por la fraternal acogida de Mons. Jesús Catalá y de tantas personas que hasta ahora he podido saludar y me habéis dado la bienvenida.

Quiero dar gracias a Dios por el formidable equipo de trabajo que, con dedicación y esmero, ha preparado esta celebración: ¡Mil gracias!

Y quiero agradecer vivamente la presencia de quienes me acompañáis con vuestro cariño y oración, tanto aquí en la Catedral como a través de la radio y la televisión. Grazie per gli amici e amiche venuti dall’Italia.

La Palabra de Dios que hemos proclamado ilumina este momento “como lámpara para nuestros pasos” (Sal 119). Al acogerla en el corazón, he sentido tres llamadas que deseo compartir; tres actitudes que, con la ayuda de Dios y la vuestra, quisiera cultivar tanto en mi vida personal como en la comunidad eclesial.

1. Humildad

La primera llamada es a la humildad.

Las palabras de san Pablo a Timoteo resuenan hoy con fuerza en mí: «Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero» (1Tim 1,15). Y añade: «Pero por esto precisamente se compadeció de mí: para que yo fuese el primero en el que Cristo Jesús mostrase toda su paciencia» (1Tim 1,16).

No tengo mejores palabras para presentarme ante vosotros, hermanos y hermanas de Málaga y Melilla. Vengo tal como soy: un hombre nacido en una familia humilde, grande de estatura, pero pequeño por mis limitaciones y pecados, porque tropiezo a menudo en la misma piedra. Y precisamente por ello, un creyente agradecido por haber experimentado, una y otra vez, la misericordia de Dios.

El camino de la humildad es inexcusable para cada creyente y también en nuestra experiencia de Iglesia. Estamos llamados a vivir en humildad, sin negar los talentos recibidos ni exagerar nuestras faltas; porque, como bien decía Santa Teresa “humildad es andar en verdad” (VI Moradas 10, 7).

Con el testimonio del papa Francisco hemos recordado que sólo una Iglesia que renuncia al triunfalismo y deja de mirarse a sí misma, para poner en el centro a Dios, que nos envía a aliviar el sufrimiento de las personas más vulnerables y a buscar el bien de la humanidad, puede abrir caminos de encuentro con Jesucristo, “manso y humilde de corazón” (Mt 11,29), que no quiebra la caña cascada ni apaga la mecha vacilante (cf. Mt 12,20). Sólo desde la humildad, la Iglesia puede ser madre que engendra nuevos cristianos y maestra que contagia el deseo de vivir con alegría el Evangelio.

Quiero elevar hoy ardientemente mi oración al Señor, por intercesión de su humilde servidora, la Virgen de la Victoria, para que nuestra Iglesia diocesana de Málaga respire humildad, en sus celebraciones y en el ejercicio de la caridad, en el anuncio de la Buena Noticia y en la denuncia profética de las injusticias, y también en los momentos en que, aunque nos cueste, debamos reconocer nuestros errores.

La Diócesis de Málaga ha aprendido la humildad en el Sagrario, allí donde sus obispos más ejemplares enseñaron a buscarla. San Manuel González encarnó la humildad como una de sus virtudes más profundas, cultivada en su cercanía con los pobres y alimentada por su amor constante a la Eucaristía. En su amor a Cristo Eucaristía descubrió la grandeza de lo pequeño, la fuerza de lo escondido y la verdad de una vida entregada sin buscar protagonismo.

El ejemplo de nuestro querido “Don Manuel” ha marcado la historia de esta diócesis, ha inspirado la espiritualidad de su clero y ha configurado su Seminario. Todos estamos invitados a reavivar este espíritu.

2. Coherencia

La segunda llamada es a la coherencia.

La humildad no se contradice con la coherencia y la determinación. Jesús nos dice en el Evangelio: «Quien escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a uno que edificó su casa sobre roca» (Mt 7,24).

Por tanto, queridos hermanos y hermanas, pidamos al Señor que nos conceda crecer en coherencia:

  • No basta con tener en nuestros labios el nombre de Dios. Es necesario abrirle cada día nuestro corazón y permitirle que transforme desde nuestra sensibilidad más profunda hasta la manera en que nos relacionamos con los demás. Porque, ¿qué podemos aportar de original los creyentes a nuestro mundo, si no es una vida tocada por la gracia de Dios?
  • No basta con hablar de sinodalidad, hay que vivirla. Para escuchar el susurro del Espíritu, debemos alejarnos de la crispación y la polarización que nos asfixian, y abrir espacios reales de escucha mutua, de entendimiento y de colaboración: en nuestras familias, en nuestras parroquias, en nuestros barrios y en nuestros puestos de trabajo.
  • No basta con hablar de solidaridad ni del cuidado de la Creación. Es urgente dar pasos firmes que transformen nuestro estilo de vida, porque muchas personas —e incluso pueblos enteros— no pueden esperar más; porque las generaciones futuras tienen derecho a disfrutar del mar, de las montañas y de este planeta precioso que Dios ha puesto en nuestras manos.

Cristo nos pide y el mundo espera una vida coherente con lo que creemos. No hay nada más elocuente que un cristiano que vive con sencillez, con alegría y con verdad lo que predica.

La coherencia comienza por ti y por mí, por cada comunidad cristiana. Se manifiesta en nuestra manera de tratar a los pobres, de organizar nuestras parroquias, de administrar los bienes que se nos han confiado, y también en la forma en que nos comunicamos en los despachos, desde los púlpitos y a través de las redes sociales.

El cardenal Ángel Herrera Oria fue un ejemplo de coherencia de vida, tanto en su etapa como laico comprometido como en su vocación sacerdotal y episcopal. Vivió con integridad cada una de sus convicciones, sin separar la fe de la vida pública ni la doctrina social de la acción concreta, con una unidad de vida que lo hizo testigo creíble para su tiempo.

Otros ejemplos de coherencia han florecido de entre la vida consagrada en nuestra diócesis: La beata Madre Petra de San José, la beata Madre Carmen del Niño Jesús, el beato Tiburcio Arnaiz, misionero de los sencillos de corazón. Y también, en el ámbito seglar: tantos mártires que entregaron su vida por fidelidad al Evangelio, y otros que han dejado un testimonio de servicio público, inspirado por una fe viva, como el siervo de Dios José Gálvez Ginachero.

3. Misión

La tercera llamada, que da sentido a las anteriores, es la misión. Hoy resuena en nosotros el grito del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la Buena Noticia a los pobres, a vendar corazones rotos, a liberar a los cautivos…» (cf. Is 61, 1-3).

No podemos, por tanto, permitirnos ser una Iglesia autorreferencial, encerrada en sí misma, preocupada solo por sus necesidades y problemas. No hemos sido llamados para optimizar recursos ni para mejorar nuestra imagen, mucho menos para proteger privilegios. Nuestra vocación no es conservar espacios, sino promover procesos de liberación, de justicia y santidad, especialmente entre las personas marginadas en las afueras de la sociedad y de la Iglesia. Sólo así, “todos, todos, todos” nuestros hermanos y hermanas podrán experimentar la ternura de Dios y su salvación.

San Juan Crisóstomo, cuya fiesta hoy celebramos, nos recuerda la importancia de estar centrados en la misión, viviendo la opción preferencial con quienes sufren:

¿Deseas honrar el cuerpo de Cristo? No lo desprecies cuando lo contemples desnudo en los pobres. Ni lo honres aquí, en el templo, con lienzos de seda, si al salir lo abandonas en su frío y desnudez (Homilía 50 sobre el Evangelio de San Mateo).

Como sabéis, vengo de mi querida diócesis de Teruel y Albarracín, siguiendo los pasos del obispo José Molina Lario, nacido en el pequeño pueblo de Camañas, en Teruel. En 1775, él también pasó de Albarracín a Málaga.

Aquel pastor dejó una huella profunda entre los más humildes: cuidó la vida cristiana de las gentes de la Sierra de Albarracín y, a la vez, impulsó el desarrollo económico de esas tierras, promoviendo la industria textil y fundando un Monte de Piedad. Ya en Málaga, fomentó el arte, dialogó con la cultura y financió mejoras en infraestructuras y servicios.

Molina Lario, en las circunstancias propias de su tiempo, encarnó aquellas palabras del papa Francisco en Evangelii Gaudium: «Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades» (n. 49).

Inspirados por el testimonio de este gran obispo, acojamos la llamada a vendar corazones rotos y a anunciar el Evangelio, «no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino por atracción» (EG 14).

En esta tierra próspera de Málaga también hay heridas: soledad, pobreza, adicciones, violencia, inmigrantes explotados, jóvenes sin rumbo, familias rotas… Ante esta realidad, las parroquias junto a las Hermandades y Cofradías y otras realidades eclesiales, deberíamos ponernos en camino, «con los corazones fervientes, los ojos abiertos, los pies en camino, para encender otros corazones con la Palabra de Dios, abrir los ojos de otros a Jesús Eucaristía, e invitar a todos a caminar juntos por el camino de la paz y de la salvación que Dios, en Cristo, ha dado a la humanidad» (Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2023).

Conclusión

Estas tres llamadas: la humildad, la coherencia y la misión, no son recetas ni tampoco un programa pastoral. Sencillamente son invitaciones que he sentido en la oración, y que he compartido con vosotros en mis primeras palabras como pastor de la Iglesia que peregrina en Málaga y Melilla.

Os pido que recéis por mí, para que nunca me aparte del camino de Jesús: humilde, coherente y misionero. Ruego a San Lorenzo, el diacono oscense, cuya imagen está sobre nuestras cabezas, que me acompañe, por lo menos hasta que coja confianza con sus amigos: nuestros patronos San Ciriaco y Santa Paula. Que Santa María de la Victoria, en este especial año jubilar, revestida de esperanza, interceda por nosotros. Que Ella, humilde y valiente, servidora y misionera, nos enseñe a decir cada día: «Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad».

Ver este artículo en la web de la diócesis

¿Quieres ver la toma de posesión de D. José Antonio Satué?

0

Ofrecemos la retransmisión de la toma de posesión de Mons. Satué como Obispo de Málaga ofrecida por COPE Málaga y TRECE desde la Catedral de la Encarnación, el 13 de septiembre de 2025.

Retransmisión en COPE Más Málaga

Retransmisión en TRECE

[embedded content]

Ver este artículo en la web de la diócesis

«Como tú y contigo, hermana y hermano», la oración de D. José Antonio

0

Al final de la Eucaristía de Toma de Posesión de Mons. José Antonio Satué como nuevo obispo de Málaga se distribuyeron entre los asistentes 3.000 unidades del recordatorio de Inicio del Ministerio Episcopal que, además de la explicación de su escudo episcopal incluye una oración que Mons. Satué ha querido compartir este día en torno a su lema episcopal “Como tú y contigo”.

Como tú y contigo, hermana y hermano,
abrazando los gozos y las tristezas de quienes sufren,
compartiendo nuestras angustias y esperanzas,
entretejiendo búsquedas, dudas y certezas,
caminando juntos, trabajando por el Reino de Dios,
celebrando y contagiando la alegría de creer y amar.

Como Tú y Contigo, Jesús.
Que abra mi corazón al Espíritu, como Tú y Contigo;
que sea cercano a todas las personas, como Tú y Contigo;
que ame y ore a Dios Padre, como Tú y Contigo;
que trabaje en comunidad, como Tú y Contigo;
que busque primero tu Reino, como Tú y Contigo;
que defienda a los más débiles, como Tú y Contigo;
que anuncie tu Evangelio, como Tú y Contigo;
que acepte y abrace la cruz, como Tú y Contigo;
que viva por amor y con amor, como Tú y Contigo;
para disfrutar y compartir tu vida resucitada,
en esta tierra y por toda la eternidad. Amén.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Enlaces de interés

ODISUR
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.