Visita de Fr. José Rodríguez Carballo,ofm, Ministro General de la Orden Franciscana a la Provincia Franciscana de Granada de Nuestra Señora de Regla.
El español fr. José Rodríguez Carballo que en la actualidad el sucesor 119 de Francisco de Asis, es el Ministro General de los Hermanos menores que preside a mas de 15000 hermanos y 18000 clarisas de todo el mundo saluda a todos los hermanos y hermanas con la PAZ Y EL BIEN.
Nos hace una visita para fortalecer los lazos que unen a los hermanos menores de la Provincia franciscana de Granada de Nuestra Señora de Regla con Francisco de Asis y Clara de Asis, en el año en que estamos celebrando el VIII Centenario de las Hermanas Pobres.
Invita a los hermanos que renueven la confianza en Dios y vivan con ilusión la propia vocación, priorizando la vida con Dios y la misión, subrayando que lo esencial es vivir el Evangelio y evangelizar desde las vivencias. Por ello habla de la necesidad de «descentrarnos», de salir de nosotros mismos y no quedarnos encerrados esperando; al contrario, como hermanos menores evangelizadores, hemos de salir al mundo con el corazón vuelto a Dios, para llevar adelante una misión «ad gentes» y «inter gentes». Afirma con pesar que «si nos separamos de la gente, no tenemos razón de ser», e invita a nuestra Provincia a reflexionar sobre nuestra condición de «provincia misionera», especialmente para Tierra Santa y Marruecos, y a no dejar que la escasez de hermanos paralice nuestra misión, remarcando que quizá sea necesario recortar presencias para no renunciar a nuestra identidad misionera, pues «hay más alegría en dar que en recibir».
El gran reto de la Orden es «dejarnos habitar por el Evangelio y así poder ser portadores de ese Don para nuestros contemporáneos». Por ello subraya los tres pilares en los que debe cimentarse la Vida religiosa y en concreto la Franciscana: Espiritualidad (reto: dejarse transformar por el Espíritu de Dios); Vida Fraterna en Comunidad (reto: intercomunicación entre los hermanos); Misión en fraternidad (reto: ser «cruzadores» de fronteras). Para ello alude a nuestro voto de «sin propio», sin casa estable, ni seguridades ficticias, instándonos a vivir más libres, más itinerantes, más en consonancia con los signos de los tiempos, y demanda a la nueva entidad que surja a partir del 2015 que se plantee presencias en medio de la marginalidad.
Termina su exposición pidiendo a los hermanos que nos abramos a los laicos, especialmente a la OFS, que contemos con ellos y les demos «su responsabilidad» en la común tarea evangelizadora, pues en la evangelización es donde mostramos nuestra significatividad. Por ello acaba con la frase «que callen las palabras y hablen las obras».
Tras un tiempo de diálogo en que se aclararon algunas cuestiones planteadas por los presentes, el Ministro General visitó a los hermanos de la Enfermería y compartió con ellos unos minutos. Tras un breve descanso, a las 18,30 H. pasamos al Santuario donde se encontraba un nutrido grupo de hermanos de la parroquia, las cofradías y la OFS, tanto de Chipiona como de Cádiz, Jerez y Lebrija, así como numerosos laicos que colaboran con la fraternidad de Chipiona.
VIII Centenario con la hermanas Pobres de Santa Clara, en Estepa (Sevilla)
El encuentro, en el Convento de San francisco, con la hermanas clarisas las invita que la fraternidad debe ser «profética», con capacidad para leer los signos de los tiempos y darles respuesta adecuada desde el Evangelio y el propio carisma.
En segundo lugar, la fraternidad ha de ser «humana»: no se puede construir una fraternidad evangélica si no se cimienta en verdaderas relaciones humanas (fe horizontal), basadas en el amor y en la comunicación desde el interior, de sentimientos, con capacidad de acogida y comprensión de las distintas necesidades y sensibilidades.
En tercer lugar, una fraternidad que viva «sin propio», que es como los lugar, una fraternidad que viva «sin propio», que es como los franciscanos profesamos nuestro deseo de vivir en pobreza: no sólo pobres, sino sin tener nada propio, ni siquiera el monasterio; es la absoluta libertad de quien no tiene nada que lo ate. Por ello se impone potenciar la unidad, el diálogo y una mayor apertura a la Federación, ampliando el horizonte de la comunidad, pues a pesar de que han profesado vivir en un convento concreto, la realidad actual hace que las miras hayan de traspasar los muros de cada monasterio y practicar, aún siendo contemplativas, la «itinerancia».
Encuentro con los laicos y educadores
Después de saludar a los hermanos imparte una conferencia abierta a todo el Pueblo de Dios y hermanos venidos de otras localidades sobre el tema de la Nueva Evangelización, que según sus palabras debe basarse en tres leyes, enunciadas en su momento por el entonces Cardenal Ratzinger: Ley del grano de mostaza: la evangelización es una tarea humilde y paciente. No se puede caer en la tentación de la eficacia y de querer obtener frutos inmediatos. Ley de la expropiación: el evangelizador no se predica a sí mismo sino a Cristo pobre y crucificado, dejando que Jesús entre y transforme nuestra vida, pues hay que dejarse evangelizar para poder evangelizar. Ley del grano de trigo, que muere para dar fruto: tener presente la lógica de la cruz y la fuerza del testimonio de los mártires.
Destacó también que en la evangelización llegan siempre los momentos difíciles, pero que no podemos renunciar nunca a la esperanza, que se fundamenta en la fuerza de Dios: «Dios no fracasa. Su creatividad es inagotable. Encuentra siempre modos nuevos de llegar a los hombres».
A continuación habló de la familia, como el ámbito clave para empezar esa nueva evangelización, y señaló la importancia de las escuelas cristianas y franciscanas como plataformas de evangelización, centrándose en dos conceptos claves: Educar y acompañar. «Educar» es hacer aflorar las posibilidades que los niños y los jóvenes tienen dentro de sí. Y «acompañar» es poner sobre la mesa el mismo pan, sobre todo el pan de los valores propios, siendo maestros y testigos, uniendo la preparación profesional con la seriedad de vida.
Finalmente comentó tres valores franciscanos que hay que transmitir: la fraternidad; la pasión por Jesús, sin sentirse acomplejados por creer en él, pues «cuando Cristo entra en la vida de un hombre no quita nada, lo da todo» (Benedicto XVI); y el respeto por la naturaleza y la creación.
En el turno de preguntas acentuó una serie de valores franciscanos esenciales en la Evangelización: Fundamentados en una fuerte experiencia de Dios; evangelización en y desde la fraternidad, en medio de la gente, especialmente los más sencillos, como misioneros capaces de romper fronteras, desde la apertura a los laicos, confiándoles la misión que les corresponda, y en colaboración con otros religiosos y miembros de la Iglesia.
Habló también de la importancia de los padres en la educación de los hijos (estar cerca de ellos, manteniéndose en el papel de padres) y de las vocaciones (pidió nuestra
Encuentro en Granada
El Ministro General, se encuentra con las fraternidades y los hermanos para estimularnos en la misión que tenemos, de reunificar el franciscanismo en una gran franja de la geografía española, de cara a la revitalización del carisma y de las nuevas presencias que será preciso diseñar en el nuevo mapa de presencias.
En otra ocasión y dado que partía desde allí para Méjico, nos hará una visita mas pausada a la ciudad granadina
Severino Calderón Martinez, ofm