Navidad 2013. Responder al Don de Jesucristo

Quien quiera que seas: FELIZ NAVIDAD. Es la fiesta de Dios disfrazado de niño. Tú también eres una luz porque aportas muchas cosas, porque vales mucho, porque te queremos, porque vemos a Dios en tus ojos y en tu corazón, porque regalas, piensas y sabes, porque hueles a pan, a vino, y a gloria. Tú eres un regalo.

Acércate al Misterio de la Navidad, llama a la puerta con suavidad. Acércate a Belén y déjate querer. También para ti están dirigidas las palabras que oyeron los pastores en la noche: «Paz a los hombres a quien Dios quiere tanto». Experimenta la alegría de saber que Dios te quiere como eres, como puedes, como sabes, como le preguntas y dudas.

Acércate a Belén, como Francisco y Asís, comprueba como Dios huele a familia, a amigos, a fiesta, a esperanza, a convivencia… Dios se escribe como sentimientos y emociones. Si puedes, construye, ilumina, abre, sonríe, aporta, regala, alaba, colabora y felicita. Nota que Dios te quiere como eres.

Sueña mejoras, haz senderos, enciende e ilumina, construye e inventa. Haz el bien. Trabaja por superarte. Sé una persona honesta y sincera. Haz favores aunque no sean recompensados. Echa una mano aunque alguien se aproveche de ti. Ofrece al mundo lo mejor que tienes aunque no recibas aplausos. Sonríe todo lo que puedas. Ayuda a construir una mejor Iglesia, Comunidad y Familia. Recibe una Buena Navidad. No te olvides de la pobres y comparte con ellos lo que tienes porque «no se está realmente con los pobres sino luchando contra la pobreza», aporta lo que puedas para ayudar a los vecinos y necesitados. Da esperanza con el Nacimiento del Señor a todos aquellos que ya lo han perdido todo.

Con Francisco de Asís estamos invitados a ser tenaces en nuestros compromisos y nuestro servicio, manteniendo los ojos fijos en la meta y permaneciendo fieles a la promesa de caminar con el Pueblo de Dios, especialmente con los pobres y con el corazón vuelto hacia el Señor. Nosotros como San Francisco, debemos dar pasos concretos para poder ser hoy presencia reconciliadora de Dios en el mundo, un mundo sediento de paz.

Que la Navidad te ayude a recuperar tus recursos internos, tus conocimientos y talentos y en la capacidad que tienes de superar lo que se presente.

Un abrazo agradecido en nombre personal y de la Fraternidad franciscana.

PAZ Y BIEN PARA TODOS Y BUENA ENTRADA EN EL AÑO NUEVO.

Severino Calderón Martínez, ofm

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