Jesús un regalo para los necesitados y refugiados

 

         PAZ Y BIEN

Jesús un regalo para los necesitados y refugiados

 Celebrar la Navi-DAD es acercarse a BELEN, símbolo, y al mismo tiempo, un lugar humano y teológico, en donde encontramos a Jesús, el Hijo de Dios y el hijo del hombre, para ofrecernos alegría, esperanza, amor, paz, ganas de vivir con sentido, en busca de la VERDAD.

            La Navi-DAD es una buena oportunidad para despertar la necesidad de colaborar con los más necesitados descubriendo la diferencia entre lo superfluo y lo esencial, para poder vivir en clave de justicia y solidaridad.

Buena oportunidad tenemos para compartir mesa, invitando a los necesitados y abandonados, porque tienen la sensación de no tener derecho a sentarse a ninguna mesa.

Y ¿Qué hacer con los hartos materialmente?. Hablarles al corazón para suscitar en ellos el hambre de una auténtica Navi-DAD. Hambre de pensar, hambre de comunidad… Hablarles al corazón para que crezca la esperanza que nos proteja en las dificultades y nos ayude a mantenernos, a luchar y no decaer.

 

 

 

Para poder celebrar la Navi-DAD debemos acoger, abrir nuestras puertas. Nuestras comunidades deben ser lugares de acogida: a los sin techo, a los refugiados… a tantos que no saben de dónde vienen ni a saben a dónde van: desplazados, peregrinos y advenedizos, inmigrantes… Navi-DAD de los “sin miedo” a tener abiertas nuestras comunidades, familias, grupos… ¿Cuántos negaron posada a José y María?. Estamos llamados a tener nuestras puertas abiertas para acoger. Unos buscarán refugio, otros sosiego, muchos buscarán afecto, reconocimiento, cariño… incluso la seguridad que no encuentran en otros lares.

Así viviremos en esta Navi-DAD el camino de la misericordia, que no es neutral, es una reacción que choca con las estructuras que pretenden institucionalizar el dolor, el sufrimiento… asumiendo la imposibilidad del cambio.

 

 

 

La misericordia es una llamada a la disidencia que hacen todos, o de lo que el mundo ve como “lo que nos  ha tocado vivir”. El conformismo no es el camino. El Niño-Dios  busca en nosotros y nuestras comunidades un lugar donde posar y reposar, poder parar y sosegar… para poder crecer desde el silencio y ver a nuestros prójimos como próximos que están ahí a nuestro lado. Caminamos no con grandes reflexiones sino con nuestro silencio  y presencia que les acompaña.

Jesús viene a nuestro encuentro para renovarnos por dentro, para salvaguardarnos y ofrecernos a todos la vida, que nos salva. Dejemos que dé a nuestro caminar el ritmo sanador de la projimidad con una mirada espiritual y llena de compasión pero que al mismo tiempo sane, libere y aliente.

Que todo lo que hagamos por los hermanos refugiados, los pobres, los hombres y mujeres de buena voluntad, las comunidades y pueblos, nos acerque a  las periferias donde nace Dios. Todo aquello que se haga por el Dios que “se ha hecho carne” nos ayude a ser  más humanos y entonces ayudaremos a las personas a sanar, fortalecerse y aliviar la propia humanidad.

Nos sentimos cómplices del planeta mundializado, porque creemos que todo pueblo tiene derecho a soñar su futuro, porque creemos en la solidaridad de todos y nos puede la utopía, que es el horizonte que buscamos. “Si andamos dos pasos, el horizonte se desplaza dos pasos; si nos paramos, el horizonte se para también… Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, PARA CAMINAR” (E. Galeano). Y soñar el futuro es apostar y trabajar por una vida digna, y calidad de vida para todos, en un mundo habitable, humano y solidario, hogar de hermanos e iguales.

Con Leónidas Proaño queremos:

“Mantener la mirada siempre alerta y los ojos tendidos sobre el mar en busca de algún náufrago en peligro, ES NAVI-DAD.

Dejarse transportar por un mensaje cargado de esperanza, amor y paz, hasta apretar la mano del hermano, ES NAVI-DAD.

Compartir los peligros en la lucha por vivir, en justicia y libertad, arriesgando en el amar hasta dar la vida ES NAVI-DAD.

En la celebración de esa NAVI-DAD, seguimos subidos en la utopía de Jesús en la primera NAVI-DAD.

Gratitud, Paz y Felicidad”.

 

Los ángeles en Belén señalan la dirección: “No tengáis miedo. Os anuncio una gran alegría para vosotros y para todo el pueblo”: “Hoy en la ciudad de David os ha nacido un Salvador” (Lc. 2, 11).

 

 

Granada, Navidad 2015.

 

     ¡¡FELIZ NAVI-DAD

          Y FELIZ AÑO DE LA MISERICORDIA!!

 

Severino Calderón Martínez, ofm

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