
Soledad Calzado, madre general de las Religiosas Filipenses se encuentra en nuestra diócesis realizando una visita para gestionar la presencia de la congregación en Tenerife. “Cada vez somos menos religiosas y necesitamos reestructurar y modificar algunos aspectos. Antes, teníamos dos casas aquí, pero una de ellas se la hemos cedido al obispado para que la gestione como mejor convenga”, indicó Calzado.
La madre general añadió que en Europa las vocaciones en la actualidad son prácticamente nulas. “Sin embargo, en América, donde tenemos cinco casas, hay algunas jóvenes que han respondido a la llamada del Señor. Donde sí hay bastantes vocaciones es en Kenia. Allí tenemos dos casas. Con estas jóvenes trabajamos mucho en la formación para que puedan asumir la entrega a la generosidad y a la vida religiosa”.
Las Religiosas Filipenses, siguiendo su carisma de caridad y misericordia, atienden a mujeres en riesgo de exclusión social. Muchas de ellas provenientes de realidades duras: prostitución, violencia de género, drogadicción … Otras acuden por falta de vivienda e incluso algunas son menores de edad y con hijos. “Somos poquitas religiosas –expresa Calzado-, pero queremos seguir esforzándonos en acoger, atender y promocionar a la mujer. Sobre todo, a las más necesitadas. El objetivo es conseguir que puedan salir de los círculos de esclavitud y de pobreza en los que a veces se ven envueltas”.