Este pasado miércoles 12 de enero, se celebró en La Palma una reunión entre las Hijas de la Caridad, los arciprestes y el vicario de la isla, a fin de avanzar en un proyecto que realizará esta congregación en el arciprestazgo de Los Llanos de Aridane, de cara al acompañamiento, escucha y visita a personas vulnerables, afectadas por el volcán.
En dicho encuentro estuvo presente Sor María del Carmen Polo, Visitadora de las Hijas de la Caridad de la Provincia de España-Sur, quien también quiso visitar en el día de hoy jueves, al obispo Nivariense.
Sor María del Carmen indicó que tienen el deseo de aportar lo que está en sus manos para ayudar a los damnificados de la erupción en La Palma. “En la reunión que mantuvimos, conocimos de primera mano en qué situación están los habitantes de la isla. Ahora toca que comiencen a rehacer sus vidas y, de alguna manera, nosotras queríamos colaborar y contribuir en todo lo que la diócesis emprenda para mejorar las condiciones de vida de estas personas”.
En este sentido, Sor María del Carmen expresó que la congregación ha ofrecido la presencia de dos hermanas para el acompañamiento espiritual y la escucha. “Hemos visto la necesidad de tener un punto de encuentro donde las personas puedan expresar cuáles son sus necesidades. Sabemos que hay muchas personas mayores y vulnerables que necesitan ser escuchadas y acompañadas desde la fe. Hay que pensar que, en esta tarea de la reconstrucción, es muy importante la parte humana y el acompañamiento”.
Sor María del Carmen recordó que el carisma de las Hijas de la Caridad es, precisamente, servir a Cristo en los más necesitados. “No hay pobreza que nos resulte ajena. La congregación nació en el S.XVII en Francia. Nuestros fundadores fueron San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac y ellos siempre se colocaron al lado de los más pobres de la sociedad en la que vivieron. San Vicente, desde su creatividad y su entrega a Dios, dio respuestas a muchas necesidades. Esa misma creatividad y entrega son muy necesarias en los tiempos que vivimos. Estamos en un momento histórico donde no tenemos ninguna seguridad. En el fondo, cada día lo tenemos que construir y para nosotras es muy importante tener la certeza de que, en comunión, unidos como Iglesia, podemos conseguir grandes cosas”.