Como cada 2 de febrero, la Villa de Candelaria acogió a cientos de devotos que quisieron honrar a la madre de Dios en el día de la Solemnidad de la Patrona de Canarias.
Asimismo, este domingo la Iglesia celebró la fiesta de la presentación del Señor en el templo y la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
A las 11.30 h., partía la procesión cívica del traslado del Pendón de la Villa hasta la Basílica de Candelaria, donde a mediodía comenzaba la eucaristía que este año fue presidida, por vez primera, por el administrador diocesano, Antonio Pérez. La parte musical corrió a cargo del Orfeón La Paz de La Laguna.
En esta ocasión, la imagen lució un manto azul brocado de seda natural que fue confeccionado en Paiporta, en los talleres de José Bartual Castellets. Se trata de una obra de arte donada en su momento por una familia del Puerto de la Cruz. De esta manera, se quiso realizar un gesto de solidaridad con la comunidad valenciana que en octubre sufrió las graves consecuencias de la DANA.
En la celebración estuvieron presentes, entre otras autoridades, la alcaldesa de la villa mariana, María Concepción Brito junto a la corporación municipal; el alcalde de Teror, Sergio Nuez, (municipio hermanado con Candelaria); el subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, Jesús Javier Plata; la consejera de Bienestar Social, Igualdad, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, María Candelaria Delgado; la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila y varios diputados, senadores, cónsules, alcaldes y concejales de la isla de Tenerife. Asimismo, se contó con la presencia de Julio Salom, Teniente General Jefe del Mando de Canarias.
El administrador diocesano, en su homilía, comenzó expresando que tanto la celebración de la Virgen de Candelaria como la presentación de Jesús en el templo, son dos luces que iluminan nuestra vida. “Jesús, proclamado por Simeón como luz de las naciones; y María, nuestra Candelaria, la madre de las candelas, el faro que ilumina y acompaña a este pueblo desde hace siglos”.
Pérez añadió que mirar a la Virgen de Candelaria sosteniendo a Jesús en sus brazos, es una llamada a renovar nuestra fe. “Ella nos recuerda que, aun en los momentos más oscuros, Dios sigue actuando y llevando a cabo su plan de salvación. Nuestra Señora de Candelaria no es solo una imagen muy querida por nuestro pueblo. Ella está en el corazón mismo de nuestra fe canaria”.
Al hilo de esta idea, Pérez destacó que la historia de la Virgen de Candelaria nos conecta con nuestras raíces más profundas, con aquellos primeros habitantes de estas islas, los guanches, que, aun antes de la llegada del Evangelio, la reconocieron como algo extraordinario en la playa de Chimisay. “Ella es la Madre que se adelantó en el amor y en el cuidado a los canarios, como primera evangelizadora, nuestra primera catequista, para ofrecer a este pueblo al niño que lleva en su regazo: Jesús, la luz del mundo. Percibimos su presencia acogedora en medio de nosotros porque ella es la Chaxiraxi, “la Madre del Sustentador del cielo y la tierra”.
En otro momento de su homilía, el administrador diocesano quiso poner de relieve el tema de la migración en la denominada “Ruta Atlántica”. “Este mismo mar que nos trajo a la Virgen es protagonista ahora de un drama humanitario que no podemos ignorar. Son muchos los migrantes que alcanzan estas costas buscando la luz de un futuro mejor, a menudo arriesgando sus vidas. Frente a este desafío, no podemos permanecer indiferentes. Nuestra fe, inspirada por la Virgen, nos llama a hacer realidad la petición que nos hace el Papa Francisco. Sus palabras han de resonar hoy con fuerza en este templo: “Todos estamos invitados a acoger, proteger, promover e integrar a las personas que abandonan su patria para salvar sus vidas o en busca de un futuro digno”.
Pérez invitó a los diocesanos a ser personas solidarias y acogedoras con estos hermanos nuestros. “Por las mismas aguas que trajeron hace siglos la imagen de la Virgen, hoy llegan hombres, mujeres y niños con el corazón lleno de esperanza y necesidad. María, nuestra madre, que supo acoger al Hijo de Dios en su seno, nos invita a abrir nuestros brazos como Iglesia y como sociedad. Ella es la madre de todos, y bajo su manto cabemos todos: los que nacimos aquí y los que han llegado desde lejos buscando refugio”.
Por otro lado, el administrador diocesano indicó que, en este Año Jubilar de la Esperanza, María tiene un papel vital para nuestra fe. “Ella es la que nos llama a no quedarnos paralizados por nuestros problemas, la que nos anima a caminar, con la confianza de que Dios nos espera con los brazos abiertos. La esperanza es esa virtud, esa llama que nos ayuda a confiar en que, con la ayuda de Dios, las personas, las historias del día a día y la gran Historia de nuestras islas y de la Humanidad mejorarán. Incluso aquello que otros consideran perdido se encuentra bajo el amparo de la esperanza que nace de la confianza en Dios”.
Por último, Pérez recordó que en octubre tendrá lugar una esperada cita. La peregrinación de la imagen de la Virgen de Candelaria hacia Santa Cruz de Tenerife. “Vendrá al encuentro con sus hijos, llevando consigo toda la fe, la esperanza y el amor. Ella recorrerá nuestras calles cargando la mochila de nuestras tristezas y nuestras alegrías, se hará al camino como peregrina de la fe. Ella será, una vez más, nuestra mejor medicina”.
Finalizada la misa, la imagen de la patrona de Canarias no pudo salir en procesión alrededor de la plaza de la Basílica, debido a que las condiciones meteorológicas no eran las adecuadas.